El 1º de Mayo encuentra a los trabajadores de Bolivia sin trabajo seguro, con pésimas condiciones laborales y con la constatación de que el denominado «proceso de cambio» favoreció a los más ricos en desmedro de los pobres, según varios estudios del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (Cedla).

Como en todo el mundo, los trabajadores marcharán para reclamar por empleo y mejores condiciones de vida.

Esta conmemoración encuentra al Gobierno y a la Central Obrera Boliviana (COB) en estado de confrontación verbal por la decisión de descontar a los trabajadores que participaron de los nueve días de protestas la segunda semana de abril por un incremento salarial que se resumió a un 1% adicional al 10% decretado inicialmente.

Según el Cedla, la pobreza que afecta a 6 de cada 10 bolivianos, constituye una estadística permanente que refleja la ineficiencia de los programas económicos del Gobierno para reducir esa incidencia.

«En las ciudades del eje (La Paz, El Alto, Cochabamba y Santa Cruz), el 20 % más pobre de los trabajadores apenas recibía el 4% de la masa total de ingresos laborales el 2010, mientras que el 20% más rico pasó a concentrar el 48%, 12 veces más en comparación con los más pobres», según el Cedla, que con 31 años de existencia, se ha convertido en una fuente alternativa de información que refleja estadísticas que contradicen las proyecciones del Gobierno.

DESIGUALDAD

«La desigualdad campea entre los asalariados», dice el informe que refleja cómo «el 20% de los trabajadores asalariados peor remunerados solo retienen un ínfimo 2,5% de la masa salarial, 17 veces menos en comparación con la masa salarial que queda en manos del 20% mejor remunerado».

Entre los mejor remunerados se encuentran los legisladores y autoridades del Órgano Ejecutivo, según denunció anteriormente el secretario ejecutivo de la COD de Oruro, Jaime Solares.

DESEMPLEO

Al finalizar el año 2010, cinco de cada 10 trabajadores tuvieron un empleo inestable, con ingresos que no les alcanzaba para alimentar a sus familias y sin aportes a la jubilación. En el 2001, esta condición de los empleos alcanzaba a 2 de cada 10 trabajadores. En materia de calidad, estamos peor, según el Cedla.

La pérdida de calidad del empleo es una tendencia que se reafirma año tras año. De un período en el que predominaba la estabilidad laboral dentro de un modelo de relaciones laborales reguladas política y socialmente (hasta antes de 1985), se ha pasado a otro –el neoliberalismo, aún vigente– que dejó que las fuerzas del mercado actuasen sin traba alguna, empeorando las condiciones laborales de la población, precisa la institución, dice el estudio.

El Gobierno prepara para conmemorar el 1º de Mayo una serie de normativas que supuestamente «sepultarán» el decreto 21060 que estableció el modelo de libre mercado en el país en 1985.