Hidrocarburos Bolivia • Cedla: La Paz carece de una estrategia energética

La Paz está sufriendo las consecuencias de haber olvidado que la energía es un ingrediente vital para el crecimiento y desarrollo sostenible, y que es el motor dinamizador para la mayoría de las actividades económicas, asegura el especialista energético Héctor Uriarte.

“A pesar de que actualmente a nivel regional y mundial se incide en la búsqueda y desarrollo de fuentes de energía, de eficiencia y de integración energética, el Departamento de La Paz no explora ni explota sus recursos naturales, tampoco diseña una política energética como herramienta para su competitividad y crecimiento económico”, señala Uriarte.

En su estudio “Las políticas energéticas al interior de las regiones de Bolivia. El caso de La Paz”, difundido por la Plataforma Energética, Uriarte sostiene que la ausencia de una política energética regional ha incidido notablemente en el rezago del que hasta hace unas décadas era el Departamento líder del país.

“Los últimos 20 años fueron de estancamiento o de disminución en la participación de la economía paceña en el PIB nacional: se pasó de representar el 33% del PIB total en 1970 a algo menos del 22% en el 2006. Este panorama coincide a su vez con resultados mediocres en términos de reducción de pobreza y de aumento del desarrollo humano”.

“Los sectores productivos han disminuido tendencialmente su participación en el PIB regional. En 30 años tal participación se ha reducido cerca del 10%”, asegura en el informe remitido a la Plataforma Energética, que funciona bajo la coordinación del CEDLA y es un espacio plural y participativo para compartir información, generar conocimiento y promover el debate público sobre los temas fundamentales del sector energético.

Sin rumbo, ni norte

La investigación señala que en La Paz no existen políticas energéticas y ni siquiera las bases para su establecimiento. “Existe una enorme dispersión en la concepción del principal objetivo del desarrollo energético para el Departamento de La Paz”.

Así, sin rumbo ni norte claro para la región, unos plantean la sustitución de hidroelectricidad por gas domiciliario, otros la exploración y explotación en el norte, mientras que algunos postulan el incremento de los niveles de productividad, el aumento de la cobertura, la satisfacción de las necesidades energéticas y otros objetivos igual de diferentes y poco aglutinadores.

“Al admitir que no hay políticas de desarrollo energético en La Paz, no se observa coincidencia de criterios y por tanto no se sabe con precisión si se incorporan criterios de eficiencia energética, integración energética y preservación del medio ambiente”, señala otra de las conclusiones del estudio que recalca también sobre la necesidad de impulsar el uso del gas natural  y aprovechar el potencial hidroeléctrico de la región.

“Las tareas pendientes energéticas en La Paz son la generación, transmisión y distribución de energía eléctrica, además de la electrificación rural, el cambio de la matriz energética en el transporte pesado y la conversión al GNV (gas natural vehicular) en las zonas francas”.

El estudio, remitido a la Plataforma, señala, que la organización del sector energético para La Paz es adecuada, aunque insuficiente, por lo que postula la necesidad de “realizar una evaluación de los recursos energéticos”.

La investigación de Uriarte apunta, además, que “la principal limitación para la electrificación rural en La Paz es la inexistencia de políticas; los proyectos no son bien elaborados”.

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