La Razón • Victoria del partido único

José Gramunt de Moragas

L a victoria del candidato-presidente, Evo Morales se prevé arrolladora. Así, ganaría el partido único. Aunque no estoy muy seguro de si el MAS es un partido propiamente dicho o un conglomerado de fuerzas sociales bajo el mando de un caudillo carismático. Si esto fuera así, habría que deducir que el partido único con un jefe único, ha de imponer el pensamiento único, sin espacio para las minorías ni para el juego de peso y contrapeso que es propio de la democracia liberal.

Pues bien, con la abrumadora victoria de Evo Morales se abre una nueva etapa del “cambio” que ha venido pregonando, aunque ejecutando, sólo en parte. Teniendo en cuenta el precedente del actual ejercicio de gobierno, no se espera que Don Evo esté dispuesto a aceptar un consenso nacional que comportaría un diálogo con los principales partidos aún existentes. Don Evo está demasiado poseído de sí mismo y no admite sombras ni debate. En la pasada campaña, no se dignó debatir con esos “otros candidatos (porque) es perder el tiempo” (sic), dijo Evo con soberbio desdén. Aunque es verdad que el desempeño de los partidos opositores en la pasada campaña fue peor que mediocre. Tampoco les ha sido fácil competir con una aplanadora financiada gracias al derroche a cuenta de fondos públicos sin límite.

Reinstalado Don Evo en el poder, es bueno prever cómo va a gobernar el país. Es evidente que impondrá con mayor fuerza que hasta ahora, el partido único, el MAS. Para esto contará con la mayoría absoluta en la Asamblea Legislativa Plurinacional. Hasta el cómputo final de los comicios no sabremos si cuenta también con los “senadores de oro”. En cuanto a otro poder del Estado, el Judicial, hay motivos suficientes para prever que éste no va a ser dignificado, ni respetada su independencia, sino que va a ser subyugado por el poder gubernativo, tal como se ha venido haciendo hasta ahora.

En lo que se refiere a una política económica que debería impulsar la creación de empleo digno, permanente y bien remunerado y, como consecuencia, la ascensión de las clases populares a una amplia clase media estabilizadora, el MAS da muy pocas esperanzas de cumplir estos objetivos. Según los últimos informes del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA), el desempleo creció en un 11%. Basta comprobar el monumental fracaso de la política de hidrocarburos para prever el estancamiento de la economía nacional. ¡Y tantas esperanzas sobre las grandes reservas gasíferas que el país se había forjado! Pues, en estos últimos años, Bolivia ha perdido la autosuficiencia lograda en 1954, según afirma con autoridad, el experto en esa materia, Carlos Miranda P.

En esta breve enumeración de cuestiones que el próximo Gobierno deberá encarar, no podría olvidar a los medios de comunicación. Tal como el Sr. Presidente ha venido tratando —maltratando— a los periodistas independientes, a partir de hoy tendrán que poner sus barbas a remojar (simbólico para las periodistas).

Total que, el triunfo de Evo Morales no es prenda de garantía para imaginar un cambio sustantivo hacia delante, de lo que ha sido capaz de llevar a cabo hasta el presente. El soñado Estado democrático de Derecho será suplantado por el partido único, el pensamiento único, el jefe único y continuista.

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