La Prensa • Los cooperativistas pasaron a ser empresarios • 7/06/2015

Gregory Beltrán

El informe dice que en muchos casos los cuentapropistas dirigen, vigilan y administran la explotación de oro e incluso tienen socios capitalistas a quienes devuelven la inversión.

Algunas categorías de cooperativistas que operan en el norte del departamento de La Paz pasaron a ser empresarios, según el estudio elaborado por el sociólogo Neyer Nogales para el Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (Cedla). «Mientras ciertos estratos de cooperativistas se consolidan como clases propietarias de medios de producción y rentistas, crece paulatinamente el número de trabajadores que dependen de la venta de su fuerza de trabajo a cambio de una remuneración monetaria».

Peones, trabajadores a contrato, operadores de maquinaria, «representante» o «voluntario», afirmó  el especialista, resultan igualmente  requeridos y otras veces rechazados por temporadas en esa cuenca del norte tropical paceño, que es considerado uno de los depósitos aluviales más importantes del mundo.

Por lo menos esa fue la calificación que le dieron en los años 80 la cooperación francesa y la universidad estatal en investigaciones a las que accedieron entonces los afiliados de la Federación Regional de Cooperativas (Ferreco), de acuerdo con el convenio, aunque ahora se cree que yacimientos más ricos hay en los ríos Tuichi, de La Paz y Madera, de Pando.

Otros tipos de trabajadores son denominados también «barranquilleros», quienes constituyen «una sobrepoblación relativa, anexada por el capitalismo para la producción minera, que se incorporan como parte del ejército de reserva de desocupados, de la clase obrera rural, en espera del llamado de la industria», en este caso aurífera.

TAMBIÉN TIENEN SOCIOS CAPITALISTAS. El número de trabajadores depende del capital de la cooperativa y va de entre 30 a 60 para quienes tienen un costo de capital de un millón de dólares.

El informe señala que desde el alza de precios de 2.000 y la intensificada producción en los últimos cinco años, «prácticamente todas las comunidades indígenas conformaron cooperativas o empresas», carentes de capital y conocimientos mineros «terminan en alianza con capitales privados, es decir que complementa su trabajo agrícola con una renta minera de la tierra, en tanto que la empresa se lleva el grueso de los beneficios».

Encontró también que en un contexto de desigual participación en los excedentes generados por la minería del oro, «la reducción de las categorías de voluntarios y representantes a favor de los asalariados sin otra denominación», confirma a capas de cooperativistas como clase propietaria. Por su parte, los denominados «barranquilleros» en crecimiento, disputan la bonanza aurífera y en algunos casos llegan a tener «participaciones notables», que dan pie, paradójicamente, al «apogeo de rescatistas y comerciantes» y otros actores formales e informales que adquieren el oro en el lugar.

La estatal Empleomin identificó a empresas comercializadoras mayoristas y minoristas con  capacidad de negociar entre un gramo y un kilo de oro para su reventa, aleado o puro, al mercado de joyería.

LOS DENOMINADOS RESCATISTAS SON EL CANAL INFORMAL DE ACUMULACIÓN DE ORO E INTERMEDIARIOS PARA LAS VENTAS AL PERÚ Y CHILE.

EL MECANISMO QUE EMPLEAN LAS CASAS QUE COMPRAN ORO SON LOS PRÉSTAMOS O «HABILITO», MEDIANTE EL CUAL SE DESEMBOLSAN DE entre 10.000 a 200.000 dólares, como pago adelantado por la producción. A las transformaciones generadas por las operaciones auríferas, el incremento de áreas deforestadas y contaminadas, el cambio en el entorno ambiental es evidente, aseguró Nogales, por la construcción del corredor Guayaramerín-Yucumo,según los proyectos regionales IIRSA-CAF, que inciden en el aumento de actividades agrícolas y extracción de madera. «Tomando en cuenta que los habitantes, no ya insertos en cooperativas y empresas realizaron en cierto momento el barranquilleo, se puede decir que el desarrollo del capitalismo trastrocó hasta los últimos espacios de esta región rural”. Dotados de tecnología, «los socios se han alejado aún más de ser productores directos, han fortalecido su perfil como propietarios privados de acciones y explotadores de mano de obra, es decir capitalistas, en sentido estricto», dice el informe.

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