La Razón • Evo en Estados Unidos y el debate del camino al socialismo • 1/11/2015
Ricardo Aguilar Agramont
El foro en busca de inversiones estadounidenses para Bolivia en Nueva York abre un debate sobre la identidad ideológica del MAS, además que plantea preguntas: ¿se puede convivir con el gran capital?, ¿se debe anularlo?, ¿cómo?.
El viaje a Nueva York de Evo Morales en busca de inversiones de empresarios estadounidenses fue el campo de batalla de un debate sobre el progresismo del proceso de cambio y su identidad ideológica. Mientras desde la izquierda se criticó lo que puede ser visto como una alianza con el gran capital, lo que se contradice con el discurso anticapitalista y antiimperialista del Movimiento Al Socialismo (MAS), el Gobierno, en boca del vicepresidente Álvaro García, apeló al argumento de “queremos socios, no patrones” contra los que llamó “izquierdistas deslactosados” y, en una entrevista en el programa Esta casa no es hotel de la red televisiva ATB, habló del no aislamiento del país respecto a lo que sucede en el resto del mundo.
ANTICAPITALISMO. Con base en un discurso nacionalista, el MAS, desde antes de llegar al poder hasta hoy, se ha caracterizado por enunciar un discurso anticapitalista y antiimperialista que ha sido acompañado con algunas decisiones concretas que coincidieron con su decir, como por ejemplo la declaratoria de persona no grata al embajador de Estados Unidos y la expulsión de agencias de ese país que tenían oficinas en Bolivia.
Solo semanas antes del viaje de Morales a Nueva York para asistir al foro “Invirtiendo en la nueva Bolivia”, organizado a solicitud del país por el Financial Times, el ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, acusaba a Estados Unidos de haber tenido planes, en 2008, de asesinar al presidente Morales.
Una de las razones del Gobierno, sin embargo, dice que Bolivia quiere “socios, no patrones”. “Es muy importante tener socios para seguir creciendo económicamente (…) y por ahora hay buena impresión de Bolivia (en el mundo)”, declaró Evo Morales antes de la reunión en Estados Unidos.
Por su parte, el vicepresidente García, en el programa citado, señaló que en Estados Unidos “estamos yendo a buscar créditos del sector privado. Pero, ¿qué mejor momento que éste para llevar adelante esta iniciativa?: economía estable, somos la de más crecimiento en América Latina, situación política sólida, estable, democrática, situación social estable, situación económica en ascenso, en bonanza, en crecimiento”.
Académicos de izquierda cuestionaron la búsqueda de inversiones del capitalismo norteamericano y el debate ganó en producción de sentidos cuando García citó a Vladimir Ilich Ulianov, Lenin, para explicar el acercamiento con la gran empresa estadounidense.
“El problema es la imagen que tiene alguna izquierda deslactosada de lo que es una revolución”, atacó, mientras mostraba el tomo 35 de la edición de las obras completas de Lenin que contienen sus escritos entre 1920 y 1921.“Lenin, el socialista ruso que hizo temblar el mundo en 1917, entregó en concesión a empresas del mundo, comenzando desde países que estaban invadiendo Rusia —(como) Alemania, Inglaterra, Estados Unidos—, carbón, petróleo, bosques”.
“¿Cuál es la aplicación de Lenin?, no tenemos suficiente capital para desarrollar esos sectores. ¿(Los capitales extranjeros) representan un riesgo? Sí, representan un riesgo, pero si el poder político está en manos de los trabajadores y controlamos bien e impedimos que intervengan en el ámbito político, esa inversión va a servir a la revolución. Van a ganar ellos, es verdad, pero va a haber más ganancia para la revolución, va a haber más ganancia para el país porque se habrán desarrollado fuerzas productivas técnicas y cognitivas que le van a permitir fortalecer su proceso; lo dice Lenin. Claro, ése es un debate muy minucioso de lo que es una revolución”, apuntó Álvaro García. Entonces, el gobernante planteó el debate sobre cuál es el camino al socialismo y al comunismo. Al final de cuentas, el significado de la sigla MAS plantea esta misma discusión.
No obstante, ese camino al socialismo es visto de modo muy diferente por el economista de formación marxista Carlos Arze, quien ve en la invitación al capital estadounidense la consolidación de la economía transnacional en el país. Aborda la lectura de lo dicho por Lenin de dar concesiones a la inversión extranjera en 1921 desde el momento histórico.
“Esta decisión política (de Lenin) la toman en un momento muy crítico en la URSS. Lenin nunca sostuvo que convocar a la inversión extranjera era una vía hacia el socialismo. El concepto era un paso atrás, para dar dos adelante. Era un retroceso temporal en un avance del socialismo”, apunta.
LENIN. Si Lenin dice que se va a controlar a esa inversión extranjera —contextualiza Arze—, lo dice porque en ese momento toda la economía de la URSS estaba socializada, estatizada, y era un gobierno obrero basado en el soviet y no en el “parlamento representativo burgués”, no existía capitalismo interno. El Estado controlaba toda la economía, la banca etc., entonces “no se puede comparar con una economía como la nuestra, que nunca ha salido de la dependencia y sometimiento al capital transnacional”. En realidad, lo que está hacien-do García, indica Arze, “es traer más capital para profundizar el dominio de esos capitales”.
El contraste es, entonces, diametralmente opuesto: mientras García afirma que “la revolución” se puede “profundizar” con la inversión del gran capital estadounidense que dejaría tecnología y conocimiento; para el economista, el planteamiento del Vicepresidente es errado al creer que “el capitalismo imperialista nos va a ayudar a hacer el socialismo”.
El contraataque del miembro del MAS desechó a la izquierda crítica al oficialismo: “Claro, la izquierda deslactosada —que es una izquierda de cafetín que ve The History Channel para enterarse de las revoluciones, hasta ahí llega su conocimiento de una revolución— cree que un país tiene que desarrollar solito, aisladamente, autárquicamente, sus condiciones. No, señores, todo está articulado en el mundo, y los revolucionarios saben utilizar la tecnología, incluso la inversión extranjera”. La historia probó con Cuba un ejemplo del socialismo real en el aislamiento.
Por eso, Arce apunta que: “Obviamente un país no puede aislarse, pero no por eso se puede sostener que el no aislarse signifique subordinarse a los poderes capitalistas. Una revolución lo que hace, en el caso nuestro, dominado por el imperialismo, es liberarse de ese dominio. Nadie pide aislarse, sino no someterse. Tú podrás siempre asistir al mundo vendiendo o comprando, no hay soberanía absoluta, peor en un país atrasado, pero el atraso viene del sometimiento a los poderes capitalistas y se trata de romper con esos poderes”. ¿Se puede, entonces, ser socios del capital conociendo su tendencia a la acumulación omnívora?
El economista Roberto Laserna ve el hecho desde un punto de vista alejado de la discusión ideológica: “Rechazar o justificar estos actos con argumentos ideológicos me parece estéril. Hay que evaluarlos por sus resultados. El país necesita emprendimientos que dinamicen el crecimiento y generen empleos de calidad, necesita mejorar su competitividad e integrarse más y mejor a los mercados globales. Poner etiquetas a eso, no cambia nada.”
Para Laserna, lo más importante del foro realizado en Nueva York han sido “las señales que el Gobierno dio al mundo de los negocios. La sola realización del evento indica que está interesado en promover inversiones y en atraer para ello a empresas y capitalistas internacionales”.
Un inversionista compara los beneficios que puede obtener con los riesgos que se le presentan, tanto económicos como políticos y sociales, y la capacidad del marco legal e institucional para controlar o reducir estos riesgos —explica Laserna. Por ello, la tarea del Gobierno, si quiere aprovechar las expectativas que ha levantado, “debe concentrarse en reducir los riesgos. La independencia de la justicia y un sistema de normas legales sencillas, claras y estables deben ser los objetivos inmediatos. Lo primero que ve un inversionista externo es cómo tratan a los inversionistas internos”.
Sin embargo, para García, la discusión pasa por lo ideológico: “Estoy en pelea casi personal con una serie de críticas que creen que un pequeño país, por decreto, puede abolir el mercado mundial; por decreto, puede aislarse del mundo; por decreto, puede declarar el comunismo, y porque no lo hacemos nos critican: ‘traidor, está con una empresa’. A esos tipos que no conocen lo que es una revolución, les digo izquierda deslactosada”.
PROCESO. Para el Vicepresidente, un proceso tiene que “fortalecerse utilizando los medios que hay en el mundo, sabiendo controlar e impedir que esa presencia se convierta en poder político. Si fortalece a la revolución, mejora su economía, su tecnología, bienvenida; bajo control, bajo vigilancia, bajo sometimiento, cuando en el fondo se trata de permitir el ingreso de capitales extranjeros que trabajen para el desarrollo de Bolivia”.
Volviendo a la cita a Lenin, el control que la URSS podía hacer al capital extranjero al que hizo concesiones en un contexto de crisis, Arce señala que no es equiparable con Bolivia. En primer lugar, el contexto actual, aunque haya bajado el precio de la exportaciones primarias del país, no es de crisis.
El control que se pueda ejercer a las transnacionales estadounidenses es puesto en duda: “el capital que venga además tiene a la banca, al comercio y la economía se mueve con reglas de mercado. Esas condiciones no tenían en Rusia. Por eso podía decir Lenin que iban a controlar porque ellos controlaban la banca y la economía”. Entonces, de concretarse la alianza significará la agudización “del dominio de los capitales extranjeros”, concluye.
Lo que sucedió es que los empresarios estadounidenses expresaron interés, según voceros gubernamentales. “Bolivia abre las puertas para que vengan a invertir con las reglas que establece el Estado boliviano: socios, no patrones, éstas son las reglas impositivas”, dijo el Vicepresidente. Se reitera la pregunta: ¿puede el capitalismo tener buena fe, puede ser solo socio bien intencionado?
“No puede haber armonía entre la ballena y la sardina. Un conocimiento básico del capitalismo es que tiene tendencia a la concentración y centralización del capital. La base de la explotación de la dinámica capitalista impone la destrucción de la competencia”, asegura Arze, quien luego considera que hay “mala fe” en García y un intento de “encubrir” su sometimiento al capital.
“No hay filantropía ni solidaridad” en los inversionistas que vienen, esto es negocios, “si tienen que comerte Yacimientos, Comibol, a toda la empresa estatal boliviana, lo van a hacer.”
El cómo llegar al socialismo entonces presenta dos visiones contrapuestas, para García este tipo de alianza “es parte de los procesos revolucionarios” en interdependencia con las economías del mundo. Un país grande o pequeño “no puede aislarse del resto del mundo”.
“¿Cómo llegamos al comunismo? Eso va a ser un hecho mundial o no es. Un país solo no construye el socialismo, […] imposible, jamás va a poder hacerlo solo. Un país puede avanzar unos pasos, pero la victoria será en el ámbito mundial porque la tecnología es mundial, el dinero es mundial, el conocimiento, todo es mundial”, argumenta el Vicepresidente.
La discusión sobre la identidad ideológica del MAS y el nivel de correlación entre ésta y su manejo del Estado ocupa la reflexión tanto de los ideólogos del partido de Gobierno como de académicos de izquierda. Las preguntas vienen de antes y siguen vigentes: ¿se puede convivir con el gran capital?, ¿se debe anularlo?, ¿se puede abolirlo?, ¿cómo? Servido está, el debate.
Si ayuda a la revolución, bienvenida la inversión: Álvaro García Linera, vicepresidente
Un proceso tiene que fortalecerse utilizando medios que hay en el mundo, sabiendo controlar e impedir que esa presencia se convierta en poder político. Si fortalece la revolución, mejora su economía, su tecnología, bienvenida; bajo control, bajo vigilancia, bajo sometimiento, cuando (…) se trata de permitir el ingreso de capitales extranjeros que trabajen para el desarrollo de Bolivia.
Se agudizará el dominio del capital: Carlos Arze, economista
Qué dicen ellos? “Vamos a romper con el capitalismo”. Es solo cubrir su impostura discursiva: decir “muera el capitalismo”, pero al mismo tiempo no querer soltarse de su levita. La economía boliviana ya está controlada por el capital. Se va a agudizar ese dominio con más capitales extranjeros; en el caso de la URSS, era algo excepcional, dominaba la economía ya socializada.
Lo ideológico es estéril, importan los resultados: Roberto Laserna, economista
Rechazar o justificar estos actos con argumentos ideológicos me parece estéril. Hay que evaluarlos por sus resultados. El país necesita emprendimientos que dinamicen el crecimiento y generen empleos de calidad, y necesita mejorar su competitividad e integrarse más y mejor a los mercados globales. Poner etiquetas a eso no cambia nada.
Para ver la página de origen haga click aquí.
Deja una respuesta