Página7•Cedla advierte creciente explotación del oro en la Chiquitania e interés por las piedras preciosas

Para 2014, según el investigador Pablo Poveda, el 31% del volumen de la producción de minerales del departamento de Santa Cruz, y el 76% de su valor, provino de la región chiquitana.
viernes, 11 de octubre de 2019 · 19:09

ANF

El Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA) a través del investigador Pablo Poveda, advierte sobre el aumento de la explotación del oro en la Chiquitanía –ecoregión golpeada por incendios forestales- sin una co-relación de las regalías departamentales, junto con una mayor presencia de transnacionales interesadas en las piedras preciosas.

“Los cuadros de volumen y valor de la producción minera de la Chiquitania, muestran que la explotación de oro es la más importante, con una producción de un poco más de dos toneladas y media, y un valor de 105 millones de dólares. Y aunque la producción de piedras preciosas y de otros minerales es todavía baja, la región tiene un potencial enorme que se está desarrollando rápidamente, principalmente por empresas internacionales”, señala el estudio.

Entre las transnacionales que cita el estudio figuran la canadiense Orvana en el yacimiento aurífero Don Mario; la brasileña Votarantim, líder mundial en la producción de zinc y níquel, que tiene áreas de explotación en el Rincón del Tigre; y, la empresa Gosobyk de capitales ingleses, brasileños y bolivianos, con áreas de explotación en Cerro Pelón.

Poveda señala que la actividad minera era prácticamente irrelevante hasta el año 2000, con producción marginal de hierro y manganeso, mientras que la producción aurífera empieza desde el año 1997 con media tonelada por valor de 5,5 millones de dólares.

“Para el 2007 ya se tiene una producción diversificada de oro, plata, plomo, wólfram, estaño, tantalita, cobre y piedras preciosas, cuyo volumen ascendía a 6.865 toneladas por un valor de 66 millones de dólares”, cita.

Para 2014, según el investigador, el 31% del volumen de la producción de minerales del departamento de Santa Cruz, y el 76% de su valor, provino de la región chiquitana. Por importancia el oro encabezó la lista, seguido de la tantalita, granito y piedras preciosas como la amatista, bolivianita y cuarzo.

Falta de control

Pablo Poveda señala en el estudio que llama la atención en la explotación de oro, que la mayoría de los vendedores son unipersonales que no declaran la procedencia del oro que venden, y que además, lo comercializan como oro marginal, por lo que las regalías que se pagaron por ejemplo el 2014, apenas alcanzan a 1,5% del valor bruto de producción.

Esto no es coherente con las áreas de producción minera otorgadas en la región por la Autoridad Jurisdiccional de Administración Minera (AJAM), ya que existen 431 áreas en 4.220 km2, de las cuales el 68% está en manos de empresas, 17% en unipersonales, 8% en cooperativas y 7% en Comibol. Es decir, la producción de oro debería provenir mayoritariamente de empresas que pagarían la regalía máxima de 7%. Por otra parte, existen antiguas explotaciones de oro controladas por empresas transnacionales que emplean tecnología de punta como Orvana y Paitití, que en sus informes declaran grandes inversiones, que no se reflejan en la producción que realizan, registrada por Senarecom.

La falta de control de la producción minera en la Chiquitania es preocupante, es una muestra más del fracaso de la política minera del MAS, que en los primeros años de gobierno planteaba que el éxito del modelo económico productivo social comunitario para vivir bien, se basaba en la administración estatal de los recursos naturales. Contrariamente, lo que más bien se observa, es el saqueo de los recursos naturales sin ningún aporte para el Estado y la región.

El incendio forestal de la Chiquitania sacó a relucir el abandono de la política agropecuaria orientada a los pequeños campesinos, revelándose la alianza de los agroindustriales con el Gobierno para la expansión de la frontera agropecuaria con cultivos de soya para la producción de biocombustibles y carne para la exportación, según el investigador, quien observa un importante potencial económico minero de la región.

“La región chiquitana se sobrepone al Precámbrico, una de las formaciones geológicas más antiguas, con una extensión aproximada de 200.000 km2, equivalente al 18% del territorio nacional, la cual “hospeda más de una centena de prospectos y ocurrencias de oro, plata, platinoides, níquel, tantalio, cobre, hierro, estaño, cromo, zinc, piedras preciosas y tierras raras”, señala Poveda.

En la región se encuentran las fajas metalíferas Auro-Manganesifera de Cratón de Paragua, la Polímetálica de Sunsas y la Ferro-Manganesífera de Mutún-Tucavaca: así como yacimientos principales como Mutún (hierro), Rincón del Tigre (azufre, cobre, platino, paladio, rodio y oro), Don Mario (oro, plata, cobre, plomo y zinc), Puquio Norte (oro), Miguela (oro, cobre, plata y zinc) y San Simón (oro en cuarzo).