El vicepresidente del Estado, Álvaro García Linera, respondió mediante una carta al casi medio centenar de intelectuales de América y Europa, que reaccionaron en una misiva previa a sus advertencias en contra de importantes organizaciones no gubernamentales (ONG) pronunciadas el pasado 8 de agosto en la localidad cruceña de Cotoca. Las ONG cuestionadas aquella tarde fueron el Centro de Investigación y Documentación Bolivia (CEDIB) y la Fundación Tierra.

Dos días después, las advertencias vicepresidenciales se ampliaron al Centro para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA) y la Fundación Milenio.

“Lamento profundamente que hayan sido utilizados por estas cuatro ONG en su intento de simular una imagen autoritaria de (bien lo saben ustedes) uno de los países más democráticos del mundo”, les dice en su respuesta dada a conocer este martes.

García Linera hace una aclaración de partida en torno a qué fue lo que dijo con respecto a las entidades cuestionadas. “He señalado que cuatro ONG mienten y camuflan su activismo político reaccionario bajo el manto de actividad “no gubernamental”. ¿Es que acaso no tienen derecho a mentir? Por supuesto que sí, pero yo también tengo derecho a denunciarlo”, afirma.

Más adelante, pone en claro a quiénes va dirigida su molestia. “A quienes sí he prevenido y advertido con la expulsión, es a organismos internacionales, ONG y gobiernos extranjeros que financian y se involucran en actividades políticas, que van en contra de los intereses del Estado Plurinacional de Bolivia y el proceso revolucionario del pueblo que se viene desarrollando durante los últimos diez años”, aclara.

Entre el 8 y el 10 de agosto, García Linera hizo cuatro acusaciones puntuales: las ONG citadas mienten, lo hacen financiadas por empresas y gobiernos extranjeros, quieren frenar el desarrollo de Bolivia limitando su rol al de guardabosques y se han ido llenando de derechistas. A la Fundación Tierra la acuso de estar dirigida por un exministro de Gonzalo Sánchez de Lozada, afirmación que resultó errada. En el caso del CEDLA y del CEDIB, dijo que son manejadas por trostskistas que se volvieron ecologistas.

En respuesta, intelectuales connotados como el portugués Boaventura de Sousa, la mexicana Raquel Gutiérrez (excompañera de vida y lucha de García Linera), la argentina Maristella Svampa, el uruguayo Eduardo Gudynas y el brasileño Leonardo Boff cuestionaron las advertencias al considerarlas como un gesto autoritario e intolerante.

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