El Deber • El drama laboral contrasta con las cifras optimistas y el empleo pierde calidad
No tiene horarios y mucho menos beneficios sociales. Juana Colque llega a su puesto de venta cargando varios bultos. Ella vende ropa deportiva en la calle Graneros, en el centro de la ciudad de La Paz. Juana no tiene feriados y hay días que se queda trabajando hasta cerca a la medianoche. Puede tener jornadas con pocas ventas, lo que implica la inestabilidad laboral y, por ende, el descuido familiar. Así como Juana, el 70% de la población boliviana (que aproximadamente bordea los cuatro millones de personas) en edad de trabajar está en la informalidad, lo que genera la pérdida de...