El FMI sugiere que se modere el gasto público en el país

Página Siete – Marco Belmonte

El organismo internacional destaca la salud macroeconómica de Bolivia y la fortaleza que tiene para enfrentar la desaceleración en la economía de China.
En un contexto económico internacional difícil por la desaceleración de China, el Fondo Monetario Internacional (FMI) sugiere en países como Bolivia una moderación en el gasto público y apuntalar la inversión privada, aunque en general el organismo internacional elogia la estabilidad macroeconómica por la que atraviesa el país.
“Se proyecta que Bolivia crezca a un ritmo superior al 5% (5,2% este año) en 2014 y 2015, debido en parte a la aplicación de una política fiscal expansiva. Se prevé que Ecuador se desacelere ligeramente, pero la capacidad ociosa sigue siendo muy limitada. En ambos países, la moderación del gasto público ayudaría a evitar presiones de sobrecalentamiento”, señala el informe del FMI.
El documento proyecta para Bolivia un crecimiento de la economía el próximo año en un 5% y una inflación de 5,5% en esta gestión y de un 5,2% en la siguiente.
Los datos del FMI dan cuenta que el gasto primario del sector público como porcentaje del PIB en 2013 fue equivalente al 37,5% del Producto, este año será de 38,5% y en 2015 de 37,1% (ver infografía).
Crecimiento regional
Según el organismos internacional, el crecimiento de América Latina se desaceleró más de lo previsto, principalmente por las economías de Sudamérica. Una demanda externa más débil que la esperada y términos de intercambio menos favorables son parte de la explicación, agrega el Fondo. También influyeron cuellos de botella del lado de la oferta e incertidumbre de política interna también afectaron la confianza y la demanda privada en varias economías.
El FMI pronostica un crecimiento regional del 1,3% este año, que es la segunda tasa más baja en los últimos 12 años y de 2,2% la próxima gestión.
Las revisiones a la baja son mayores en Argentina, Brasil, Chile, Perú y Venezuela.
Krishna Srivasan, director adjunto en el departamento de Europa y jefe de Misión del FMI para el Reino Unido, destaca el crecimiento de Bolivia en 5,2%, que será el más alto en América del Sur este año.
“Vemos buena inversión pública, y esto ancla la proyección a futuro. El país tiene buenas reservas internacionales y esto debería protegerlos contra el riesgo de que la situación sea peor de lo previsto en China”, preciso a Página Siete.
Añadió que Bolivia “lo ha hecho bien a nivel macroeconómico y social, pero es necesario apuntalar más la inversión privada”.
Alejandro Werner, director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, señaló que el organismo internacional observa en Bolivia “un modelo robusto que está apoyando el crecimiento. El desarrollo que han tenido ha sido bastante balanceado y hay una evolución favorable de los principales indicadores económicos”, subrayó en un breve contacto con este medio de comunicación.
Recomendaciones
Para el FMI, la política monetaria y la flexibilidad cambiaria deberían seguir siendo la primera línea de defensa ante shocks adversos, mientras que para la mayoría de los países no es aconsejable una política fiscal más relajada, especialmente en aquéllos con finanzas débiles.
También recomienda vigilar de cerca los riesgos del actor financiero en la región, debido a que la combinación de un cimiento más débil, un aumento de las tasas de interés en EEUU y tensiones geopolíticas plantean un desafío considerable.
“Un riesgo externo clave es la posibilidad de que la demanda global de materias primas sea menor a lo esperado, por ejemplo a raíz de una mayor desaceleración económica en China”, advierte el FMI.
Además, la consiguiente disminución de los precios de las materias primas, de los volúmenes de exportación, y de la confianza de los inversores golpearía con especial dureza las economías de América del Sur, añade el FMI.
El organismo internacional alerta que más allá de estos riesgos externos, los países deberían gestionar con cuidado los desafíos políticos que plantea un menor crecimiento doméstico.
“Un cambio hacia políticas económicas populistas podría estimular la actividad a corto plazo, pero pondría en peligro la estabilidad macroeconómica”, precisa el análisis.
En criterio del Fondo, la política macroeconómica debe centrarse en mantener marcos de política creíbles y márgenes de maniobra prudentes, que permitan hacer frente a shocks adversos futuros.
Inflación y mejora
Inflación El FMI proyecta una inflación de 6% en Bolivia para la presente gestión y que tendería a la baja, hasta llegar a un 5,3% en 2015.
Superávit El saldo o superávit en cuenta corriente será de 2,6% este año y de 2,8% en 2015, según las previsiones del organismo mundial.
Desempleo La tasa de desempleo, según las perspectivas hasta octubre de este año, llegará a 6,8% en esta gestión y se situaría en 6,2% en 2015.
Brasil Con respecto a las mayores economías de Sudamérica, el FMI pronostica para Brasil un crecimiento de 0,3% este año.
Inversión La baja competitividad, la poca confianza de las empresas y las condiciones menos favorables, con altas tasas de interés hasta abril, restringieron las inversiones.
Argentina El FMI proyecta que Argentina seguirá en recesión este año y el próximo, en un contexto de crecientes desequilibrios macroeconómicos e incertidumbre relacionada con el prolongado enfrentamiento con los acreedores disidentes, que reclaman el pago de sus deudas.
¿Qué se puede hacer?
Entonces, ¿qué pueden hacer las autoridades? La máxima prioridad es, indudablemente, promover un crecimiento sólido y sostenible sin poner en peligro la estabilidad macroeconómica.
En gran parte de los países de Latinoamérica, los cuellos de botella del lado de la oferta (incluido el déficit de infraestructura y el bajo capital humano) son prominentes y la capacidad ociosa es limitada, como lo evidencian las condiciones aún apretadas en los mercados de trabajo, la inflación por encima de la meta y los persistentes déficits de la cuenta corriente externa.
Este panorama requiere centrarse claramente y con urgencia en la aplicación de reformas para elevar la productividad y el stock de capital.
La mayoría de los países de la región debe abordar el perdurable problema de “bajo ahorro, baja inversión y baja productividad”, que había sido disimulado por el boom asociado a las materias primas, pero que ha resurgido ahora como un grave obstáculo para el crecimiento.
Los principales desafíos al respecto incluyen: abordar las deficiencias en infraestructura física, crear un mejor y más competitivo ambiente para que las empresas privadas inviertan y mejorar el desempeño de los sistemas educativos de manera que las ganancias derivadas del capital humano se distribuyan de manera más amplia.
Las políticas del lado de la demanda, en cambio, deberían mantenerse ancladas en un firme compromiso con unas finanzas públicas sólidas, bajos niveles de inflación y estabilidad macroeconómica.
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