SWI • El secreto bancario provoca un nuevo conflicto con Alemania • 08/05/2017

La embajadora de Suiza en Berlín convocada por autoridades alemanas que le solicitan explicaciones sobre el caso Daniel M. ​​​​​​​
Los clientes extranjeros ya no son beneficiarios del secreto bancario. Pero el conflicto fiscal entre Suiza y Alemania revivió gracias al espía suizo Daniel M. Se le acusa de haber obtenido información confidencial al interior del fisco alemán, siguiendo órdenes del servicio de inteligencia de la Confederación Helvética. A continuación, el recuento del conflicto.
2008: El secreto bancario suizo se hallaba bajo presión. Políticos alemanes e inspectores fiscales tenían a Suiza -a la que consideran un “paraíso fiscal”- en la mira. El ministro alemán de Finanzas, Peter Steinbrück, advirtió entonces que lanzaría toda su artillería contra del secreto bancario.
2009: La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) publicó una “lista gris” de paraísos fiscales. Suiza decidió aceptar los estándares de transparencia fijados por este organismo en materia de colaboración administrativa fiscal, lo que supuso el debilitamiento del secreto bancario.
2010: Por una suma de 2,5 millones de euros, un informador vendió a las autoridades alemanas las coordenadas de 1.500 clientes (de origen alemán) sospechosos de haber ocultado a su país cuentas bancarias que tenían en Suiza.
Los ministros de finanzas de los dos países concluyeron un Acuerdo de Doble Imposición. A partir de entonces se autorizó la asistencia administrativa entre gobiernos en casos de evasión fiscal, algo que no sucedía antes.
Inició una cacería que tenía como diana al Crédit Suisse de Alemania. Sus filiales fueron allanadas e inspeccionadas. Se cree que las sucursales sospechosas de cobijar la evasión fueron identificadas gracias a información robada que usaron las autoridades alemanas. El Servicio de Inteligencia de este país participó en este proceso.
Suiza y Alemania firman un nuevo Acuerdo de Doble Imposición. Esta vez introducen el llamado impuesto liberatorio. Este gravamen en automático los rendimientos de las cuentas suizas no declaradas de clientes alemanes y transfiere esos fondos al fisco germano, pero sin revelar el nombre del evasor. El esquema genera un debate a nivel binacional cuyos ecos levantan ámpula incluso en Bruselas.
2011: El Parlamento helvético aceptó que Suiza otorgue asistencia administrativa a Alemania en el marco del Acuerdo de Doble Imposición que tiene vigente con este país.
Desde entonces los bancos suizos comenzaron a retener un impuesto liberatorio del 26% sobre las ganancias generadas por los capitales de los ciudadanos alemanes.
En Alemania, la oposición al impuesto liberatorio se incrementó.
El Ministerio Público de la Confederación comenzó a investigar a tres inspectores de finanzas alemanes. En respuesta, en 2010, Norbert Walter-Borjans, ministro de finanzas del Estado alemán de Renania del Norte-Westfalia, adquirió CDs con información bancaria confidencial (que había sido robada) en un intento por atrapar a más evasores.
2012: La introducción del impuesto liberatorio -que obliga al evasor a pagar impuestos, pero sin dar a conocer su nombre- fracasó. El Bundesrat alemán -cámara baja del Parlamento- rechazó este acuerdo con Suiza. Por lo tanto, un sistema de tributación que podría haber servido a otros países de Europa quedó desarticulado.
2013: Los defraudadores del fisco alemán aguardaban algún tipo de acuerdo para regularizar su situación. En los años posteriores, más de 100.000 evasores decidieron auto denunciarse. Se estima que, de forma conjunta, poseían fondos no declarados por más de 100.000 millones de euros en cuentas que operaban en Suiza y otros países.
2014/2015: Suiza abolió el secreto bancario para las cuentas de ciudadanos extranjeros. El conflicto fiscal con Alemania bajó pues de intensidad.
28 de abril 2017: El Ministerio Público alemán interpeló al suizo Daniel M., de 54 años de edad, que es sospechoso de haber espiado al fisco alemán a solicitud de los servicios de inteligencia de la Confederación Helvética.
El caso acapara actualmente los titulares de la prensa y ha generado un huracán político en los dos países.
2 de mayo: La prensa reportó que la misión de espionaje realizada por las autoridades suizas consistiría en reunir información confidencial generada por los inspectores fiscales del territorio de Renania del Norte Westfalia.
Alemania convocó a la embajadora de Suiza a Berlín. El gobierno exigió explicaciones.
3 de mayo: El legislador liberal-radical Hans-Peter Portmann, sospechoso de corrupción, está utilizando en su provecho el conflicto de espionaje de Suiza. Aseguró que existen documentos que prueban lista de evasores que circula actualmente fue “rasurada”, esto es, fueron eliminados de ella los nombres de personalidades alemanas de gran influencia.
4 de mayo: Se escribió un nuevo capítulo sobre el caso: políticos alemanes se dicen indignados por el proceder de Suiza y su espía. En tanto, los políticos y partidos neoliberales de Suiza defienden al espía y reprochan a Alemania que también utiliza el espionaje económico.
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