Un eurodiputado polaco: “Las mujeres deben ganar menos porque son más débiles y menos inteligentes”
El País (España). 02 de marzo de 2017
Un polémico ultra, sancionado dos veces por sus exabruptos, defiende en la Eurocámara la brecha salarial por la «inferioridad» femenina
El machismo también tiene su escaño en el Parlamento Europeo. El polémico eurodiputado polaco Janusz Korwin-Mikke, conocido por sus comentarios racistas, sexistas y antisemitas, ha defendido este miércoles en la Eurocámara que las mujeres deben ganar menos porque son inferiores a los hombres, un comentario que ha provocado un encontronazo con la parlamentaria socialista española Iratxe García.
«¿Sabe usted qué papel ocupaban las mujeres en las Olimpiadas griegas? La primera mujer, ya se lo digo yo, ocupó el puesto 800. ¿Sabe usted cuántas mujeres hay entre los primeros cien jugadores de ajedrez? Se lo diré: ninguna. Por supuesto que las mujeres deben ganar menos que los hombres porque son más débiles, más pequeñas, menos inteligentes», dijo ante el pleno de la Eurocámara Korwin-Mikke, europarlamentario independiente desde 2014.
La referencia a la ausencia de mujeres entre los mejores jugadores de ajedrez no es casual. Korwin-Mikke practica este deporte habitualmente, pero en su comentario omite la desproporción en el número de practicantes, solo una mujer por cada 14 hombres. La húngara Judit Polgar llegó a estar entre los 10 primeros del ranking mundial.
La eurodiputada del PSOE pidió la palabra inmediatamente para contestarle: “Mire, señor diputado. Según sus teorías, yo no tendría derecho de estar aquí como diputada. Y sé que le duele y le preocupa que hoy las mujeres podamos estar representando a los ciudadanos en igualdad de condiciones. Yo aquí vengo a defender a las mujeres europeas de hombres como usted”.
La salida de tono del parlamentario, poco habitual en una institución como la Eurocámara, que tiene entre sus principios básicos la defensa de la igualdad, puede tener consecuencias. El líder de los socialistas, el italiano Gianni Pittella, ha pedido este jueves «una sanción ejemplar contra las vergonzosas declaraciones de Korwin-Mikke, que van contra los principios de igualdad de género de esta casa». El presidente, el también italiano Antonio Tajani, ha recogido el guante y ha anunciado una investigación contra el político polaco que puede derivar en sanciones.
La discusión se produjo en un debate en el Parlamento Europeo sobre la brecha salarial entre hombres y mujeres, que es de un 16% de media europea y un 18,8% en España. Durante la intervención machista de Korwin-Mikke, un ultra que se define como «conservador libertario», presidía la cámara una mujer, la alemana socialista Evelyne Gebhardt, y se encontraba en el pleno la comisaria de Igualdad de Género, Vera Jourová. El porcentaje de mujeres eurodiputadas ha ido en aumento en las últimas legislaturas desde el 16% de 1979 al 37% actual, si bien todavía son minoría.
Korwin-Mikke, defensor de la monarquía y la pena de muerte fue candidato a la presidencia de su país en 2015. Con un 4,8% de los votos, su partido se quedó a las puertas de conseguir el umbral mínimo del 5% para entrar en la cámara. Sin embargo, su llegada al Parlamento Europeo en 2014 se produjo con un 7,2% de los votos y un sorprendente apoyo de los electores más jóvenes: obtuvo el 28,5% de los sufragios entre los polacos de 18 y 25 años, más que ningún otro partido.
Su comentario de ayer no es un caso aislado. El eurodiputado de extrema derecha, casado tres veces y con ocho hijos, tiene una merecida fama de provocador que le ha costado ser sancionado dos veces por el Parlamento Europeo a causa de sus discursos racistas y ofensivos: en 2012 por sus comentarios contra los negros y en 2015 por entrar en el pleno haciendo un saludo nazi, lo que le costó una suspensión de sueldo de 10 días y una multa de 3.000 euros.
Su extenso historial de exabruptos no acaba ahí: ha llamado a los refugiados “basura humana”, lamenta que las mujeres tengan derecho a votar porque tienen menos conocimientos de política que los hombres, pone en duda las denuncias por violación y cuestiona que Hitler estuviera al corriente de los planes para exterminar a los judíos.
También ha dirigido sus diatribas en numerosas ocasiones a las instituciones europeas en las que ejerce como representante: tachó a la UE de «proyecto comunista dirigido por maoístas como Barroso», aludiendo al pasado político del que fuera presidente de la Comisión Europea, y llamó a dar al edificio de la Comisión un mejor uso transformándolo en un burdel.
El ascenso de fuerzas populistas en toda Europa ha sentado en el Parlamento a políticos de dudoso pedigrí democrático que acompañan en ocasiones de malos modos. El último gran incidente en la Eurocámara se produjo en octubre en Estrasburgo, cuando un eurodiputado del UKIP, la formación de Nigel Farage, fue agredido por un compañero de partido en una reunión interna.
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