Trabajar en la vejez, ¿opción o necesidad?
El Paísonline. 28 de mayo de 2017
¿Cómo subsisten las personas en la vejez? Esa es una pregunta central que se hace y responde un reciente estudio divulgado por el Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (Cedla), que permite evidenciar que las principales fuentes de ingresos de los adultos mayores en Bolivia.
Dicho estudio muestra que el 43,8% de las personas mayores de 60 años cuenta con ingresos que provienen exclusivamente de su trabajo. En cambio los que subsisten únicamente con los ingresos derivados de la seguridad social de largo plazo —que, según los autores del estudio, debiera ser “la fuente de ingresos que garantice la seguridad económica en la edad adulta”— apenas son el 11%.
Mientras tanto, los que combinan ambos ingresos (trabajo y jubilación) representan una fracción muy reducida (3,7%). En el otro extremo está el 41,5% de personas mayores “que no cuenta con ingresos”.
Por otra parte, si se considera solamente al conjunto de personas que disponen de ingresos (solo trabajo, solo jubilación y ambos, que son el 58,5% del total), el 75% de ellos debe seguir trabajando para asegurar su subsistencia.
La mayoría de ellos –explica el Cedla- se desempeña en el sector informal (familiar y semiempresarial), en actividades agrícolas y ganaderas, y el comercio, por tanto, no cotiza al sistema de pensiones.
“Estas personas tendrán que trabajar de por vida, porque la jubilación no es un derecho al que puedan acceder debido a la precariedad del empleo que tuvieron en su vida activa o del que tienen actualmente”, advierte el Cedla.
Por su parte, los que son formales (aquellos que trabajan percibiendo un salario en los sectores estatal y empresarial) y tienen la edad para jubilarse, deciden no hacerlo porque las rentas que percibirían al retirarse, serían “extremadamente bajas”. Y es que, según el estudio, “teniendo bajos salarios” (3.145 bolivianos en promedio), solo podrían acceder a la pensión solidaria de vejez, “condenándolos a recibir rentas miserables”.
La institución considera que esto es evidencia que la mayoría de los jubilados recibe rentas “extremadamente bajas, incluso sumando la fracción solidaria creada para compensar la baja cuantía de las mismas”.
En efecto, según datos al 2015, la proporción que representaba la pensión solidaria promedio respecto al costo de una Canasta Normativa Alimentaria de 2.331 bolivianos fue sólo del 77% (o sea que la pensión solidaria sólo cubre el 77% de esa canasta alimentaria). De ahí que el Cedla critique que la pensión solidaria no cumpla el objetivo de mejorar las rentas de jubilación.
Las pensiones se están deteriorando
El Cedla analizó información disponible para el año 2015 para poder comparar las pensiones promedio entre los jubilados del Sistema de Reparto (SR), del Seguro Social Obligatorio (SSO) y del Sistema Integral de Pensiones (SIP).
Lo que encontró es un “deterioro en la calidad de las pensiones como resultado de la aplicación de las reformas llevadas a cabo en el país”. Los primeros (SR) reciben una pensión promedio de 3.139 bolivianos, mientras que la pensión de los jubilados del SSO y del SIP está en torno al 75% del monto que reciben los jubilados del Sistema de Reparto (2.382 bolivianos en el SSO y 2.312 bolivianos en el SIP).
“Con rentas tan bajas”, advierte el informe, “las personas en edad de jubilarse se ven obligadas a continuar trabajando y a postergar su jubilación con la esperanza de mejorar su ahorro individual y optar por una renta que les permita alcanzar cierto nivel de bienestar. El trabajo que debería ser una opción, se convierte entonces en una necesidad porque el Estado no garantiza el derecho a una jubilación digna, es más, no garantiza este derecho para todos”.
Los bolivianos, ¿no se jubilan porque no quieren?
El pasado mes de abril, el viceministro de Pensiones y Servicios Financieros, Mario Guillén Suárez, afirmó que los bolivianos optan por demorar su jubilación porque “se sienten fuertes para trabajar” y porque la esperanza de vida es mayor.
“La esperanza de vida ha cambiado, pero también las condiciones de vida, del tema médico ha hecho que la gente a los 60 o 65 años tenga la posibilidad de trabajar o, es más, quiera seguir trabajando”, indicaba Guillen en una entrevista con la radioemisora estatal Patria Nueva.
Sin embargo, el experto Alberto Bonadona explicó que en realidad mucha gente decide no jubilarse para no tener una renta inferior al salario que percibe.
Por su parte, desde el Cedla afirman que la afirmación del Viceministro “no puede estar más alejada de la realidad. Lo que sucede en nuestro país, es que el sistema de pensiones basado en la capitalización individual, sin aporte empresarial y estatal, genera bajas rentas”.
Además, “la baja cobertura del sistema de seguridad social de largo plazo, responde a la estructura del mercado de trabajo boliviano que no genera ocupaciones estables ni trayectorias laborales continuas que permitan a los trabajadores cotizar de manera regular y con los montos suficientes para asegurar una pensión de jubilación que garantice su bienestar en la vejez”.
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