Página Siete • Sueldos y aportes altos a AFP no garantizan una buena jubilación

(Publicado el domingo, 01 de octubre de 2017)

En algunos casos, las pensiones de las personas consultadas representaban entre un 15% hasta un máximo de 30% del último referente salarial.

«Mi último sueldo, como Alcalde de La Paz, fue de 15.000 bolivianos, mi pensión, luego de haberme retirado hace seis años, es de 3.300 bolivianos” revela el ex alcalde y diputado Juan del Granado.
Como él, otras nueve personas consultadas por Página Siete revelaron que haber ganado buenos salarios  durante su vida laboral y tener una densidad de aportes superior a los 30 años, no fue  garantía para tener una buena pensión de jubilación.
De acuerdo con la Ley 065 de Pensiones, aprobada en 2013, uno de los requisitos para  jubilarse consiste en poder asegurar una pensión vitalicia igual o superior al 60% del último referente salarial.
Sin embargo, para Marcelo M. economista de 78 años, este punto no se cumple. «Me retiré de mi trabajo en un banco hace cinco años, esperando recibir una pensión que me permitiera mantener mi nivel de vida, pero en cambio recibí el 15% del sueldo que recibí los últimos 10 años de mi vida laboral”, reveló.
En otros casos, las pensiones de las personas consultadas representan entre un 15% hasta un máximo de 30% del último referente salarial (ver gráfica).
Marcelo, al igual que Del Granado, señalan  que en las Administradoras de Fondo de Pensiones (AFP) se les indicó que con los años, sus aportes mejorarían hasta alcanzar el 60% del promedio del salario de los últimos cinco  años trabajados.
«Cuando fui a gestionar el pago de mis pensiones a la AFP me dijeron que con el tiempo éstas iban a mejorar, pero con el paso de los años éstas sólo han subido marginalmente,  en cinco años aumentaron en 100 bolivianos”, explica el economista.
 Del Granado, que se jubiló a los 58 años, luego de ser Alcalde de La Paz, sostuvo que desde el primer momento sólo recibe  3.300 bolivianos, y que no ha visto que su renta se incremente.
El ministro de Economía, Mario Guillén, en una conferencia de prensa realizada hace dos semanas, indicó que los bajos niveles de jubilación de las personas que llegaron a ganar importantes cifras de dinero durante sus vidas laborales se debe a la asimetría de los aportes que realizaron durante los años trabajados.
«Una persona no empieza ganando 10.000 bolivianos, comienza su vida laboral ganando 1.000 y después va subiendo, entonces esa persona va aportando de acuerdo a su salario. Si los últimos años  gana 15.000, no puede esperar que su jubilación sea acorde a ese monto, porque la mayor parte su ahorro fue mucho menos”, explicó.
  Página Siete consultó a los call centers de las AFP para conocer la manera en la que estas calculan la pensión de vejez. Se lo hace dividiendo el ahorro que el trabajador alcanzó en sus años de trabajo entre los meses en los que recibirá la pensión, es decir su expectativa de vida.
 Al respecto, el Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA) en su documento «Hacia un sistema de pensiones solidario y digno” señala que además de los referentes salariales, otro factor que influye en las rentas es la densidad de aportes y la expectativa de vida calculada por las AFP. «La actual tabla de vida que manejan las AFP sobreestima la esperanza de vida de los trabajadores, llevándola tan lejos como hasta los 110 años, mientras que la expectativa de vida promedio en el país ronda los 70 años”, precisa.

Muchos deben  trabajar aún para mejorar sus ingresos

En muchos casos, los jubilados cuyas pensiones no alcanzan al 60%  o más, estipulado por la Ley de Pensiones, siguen trabajando para mejorar sus ingresos.
«Mi pensión me sirve como una base para poder pagar algunos gastos básicos de mi familia, pero yo sigo trabajando como consultor, ejerciendo mi profesión de abogado libremente para poder mantener mi nivel de vida”, relata el ex alcalde Juan del Granado.
Por su parte Honorio F., administrador de empresas con estudios en el extranjero de 68 años y tres de jubilado, ayuda en el negocio familiar, una importadora de bienes, para seguir generando ganancias. «No esperaba tener que trabajar después de mi retiro, pero no me quejo, al menos me mantengo ocupado y me siento útil y colaboro con el negocio familiar”, indicó.
Sin embargo, Jaime A., otro de los jubilados consultados, no piensa de la misma manera y ha tenido que adaptar su estilo de vida a su nuevo nivel de ingresos.
«He tenido que dejar algunos lujos de lado, recortar algunos gastos, pero por suerte tengo casa propia y una renta extra que viene de un alquiler, lo que me permite mantenerme regularmente bien”, sostuvo.
 Pedro B. ganaba 20.000 bolivianos antes de su retiro, pero ahora percibe 3.600 bolivianos, los cuales invierte íntegramente en mercadería para la tienda de su hija, la cual cuida por las mañanas.
«No me quejo, pero me gustaría poder comprarle cosas a mi nieta, me gustaría aportar a sus estudios, de cierta manera lo hago, aportando a la tienda, pero no es lo mismo que poder darle efectivo para que se compre cosas cuando las necesite”, agregó.
Punto de vista
Alberto Bonadona, Experto en pensiones

«El cálculo de vida de las AFP es exagerado”

«Las AFP hacen un cálculo arbitrario y exagerado de la expectativa de vida de los jubilados, y eso hace que las pensiones sean bajas en muchos casos.
Este factor puede bajar la renta de una persona que ganaba un monto considerable, si es que se jubila joven, ya que la expectativa media que calculan las AFP es de 110 años en promedio.
Esa expectativa se encuentra  fuera de toda lógica y es difícil creer que el Gobierno y en especial la Autoridad de Fiscalización de Control de Pensiones y Seguros (APS) permitan esto.
Lo más preocupante es que esto no va cambiar con el advenimiento de la Gestora Pública, ya que esta situación les conviene.
Por ejemplo, una persona con un ahorro en su cuenta personal de 240 mil bolivianos, se jubila a los 70 años, según las AFP tiene una expectativa de vida de 110 años, por lo que su ahorro debe dividirse entre las pensiones mensuales que recibirá, más el interés ganado, su pensión no llegará a más de 1.000 bolivianos.
Esto es especialmente perjudicial para las personas que están enfermas o no tienen una expectativa larga, ya que se quedan con rentas bajas, cuando sus ahorros podrían darles una mejor calidad de vida en sus últimos años.
Cuando la persona fallece, el saldo de sus aportes  pasa a engrosar el Fondo Solidario.
VER MAS: http://www.paginasiete.bo/economia/2017/10/1/sueldos-aportes-altos-garantizan-buena-jubilacion-154096.html

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