Página Siete • El empleo preocupa a los jóvenes • 11/10/14

La preocupación por el empleo, especialmente en los jóvenes, es un asunto global. En Europa, a raíz de la crisis económica, el tema del paro se convirtió en el principal problema para países como España, Italia y Portugal, a tal punto que se habla de «una generación perdida” (en España, país que lidera la crisis del paro europeo, la tasa de desempleo llega al 53,8% y se supone la cuarta parte de ellos son menores de 25 años).

En América Latina, la tasa promedio de desempleo está  alrededor del 13%, mientras que en Bolivia, según el Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA),  el desempleo bordea el 7% (3,2% de acuerdo con el Gobierno). En el caso de la juventud, el Gobierno no da indicadores oficiales, pero organizaciones independientes indican que el desempleo asciende a más del  13%.

De todas formas la búsqueda de oportunidades y de un empleo digno es una de las grandes preocupaciones de los jóvenes bolivianos. Un reporte de este medio puso en evidencia que las dos preocupaciones de los jóvenes bolivianos (especialmente en el área urbana) eran la falta de empleo digno y la salud reproductiva (concretamente los embarazos no deseados). Semanas más tarde, un encuentro organizado por CIPCA confirmó que para los jóvenes de las áreas rurales, las preocupaciones se relacionaban con la falta de acceso a una mejor educación, lo que les impedía aspirar a una formación universitaria y acceder a un empleo digno.

En conclusión, como se ha visto en Brasil, Chile, EEUU y los ejemplos europeos citados, los jóvenes sienten incertidumbre respecto a su futuro y demandan oportunidades de mejor formación y empleos dignos.

Se han diseñado políticas públicas desde el nivel central y los gobiernos municipales (como en el caso de La Paz), que han implementado programa de empleo juvenil junto a instituciones y organizaciones nacionales e internacionales, pero este impulso no es suficiente para el ingente flujo de jóvenes que cada año egresa de las universidades en busca de un empleo.

Según expertos, el problema no es ocupacional (pues al final los jóvenes terminan trabajando en el ámbito informal o se subemplean); es, más bien, un problema estructural, donde lo que está en juego es el papel que se le asigna al empleo y al salario en la economía y en la sociedad.

Hace unos días, el Banco Mundial destinó 20 millones de dólares para mejorar el empleo e ingreso de los jóvenes. Resta esperar que el Estado también destine su esfuerzo para que el empleo digno llegue a todos los jóvenes de Bolivia.

Los jóvenes bolivianos  sienten incertidumbre respecto a su futuro y demandan oportunidades de mejor formación y empleos dignos.

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