Página Siete • Editorial: A propósito del Día del Trabajo • 01/05/2013

Editorial

A propósito del Día del Trabajo

01/05/2013

En homenaje al Día del Trabajador, el presidente Evo Morales anunció un incremento salarial del 8% obligatorio y retroactivo a enero de 2013 para el sector público, similar al que recibirán quienes trabajan en el sector privado formal. El anuncio fue recibido con entusiasmo y su impacto es importante. Sin embargo, como lo ha hecho notar el Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA), es un beneficio que llega a un segmento minoritario de la población. El CEDLA cree que entre el 65% y el 70% de la población laboralmente activa trabaja informalmente.

Bolivia no es un país que ofrezca buenas condiciones de empleo. Una vez más, según el CEDLA, en el país existen 1.050.000 personas que tienen un empleo, pero de ese total sólo un 17% cuenta con un trabajo formal que incluye todos los beneficios que señala la legislación laboral vigente. Eso significa que para gran parte de los ciudadanos del país el término empleo se acerca más al de ocupación o medios de subsistencia que a un salario seguro y el goce de los derechos.

En este mundo globalizado se mide a las sociedades con respecto al empleo: el hecho de que las personas en edad productiva consigan o no trabajo luego de emprender su búsqueda, es uno de los índices que mide el desarrollo. Los países con mayor crecimiento tienden al pleno empleo, o sea a que la oferta y la demanda laboral se correspondan. En países subdesarrollados abunda el desempleo: amplia mano de obra ofrecida que no consigue trabajar de acuerdo a su capacitación o expectativa; o el subempleo, donde personas capacitadas deben conformarse con realizar trabajos de menor jerarquía o trabajar menos horas que lo que necesitan o desean. En estos casos es habitual la existencia de trabajadores que no gozan de los beneficios de las leyes laborales, como la seguridad social, aguinaldo, vacaciones pagadas, etc. En el caso boliviano esta situación se relaciona con las actividades informales, que tienen que ver sobre todo con el comercio, pero también con otros sectores, como la gastronomía, los empleos domésticos e incluso la cadena del narcotráfico.

Junto con estas características negativas, existen otras, más positivas: el desempleo ha bajado y, de manera paralela, los ingresos de los trabajadores han subido, en algunos sectores más que en otros. La construcción y la industria lideran los espacios en los que se han dado mayores ingresos salariales.

Se debería aprovechar la actual bonanza económica para desarrollar más intensas políticas de desarrollo productivo y la creación de más fuentes de empleo.

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