Página Siete • Carta del Ministerio de Economía • 02/05/2016

Carta del Ministerio de Economía

Señor
Juan Carlos Salazar del Barrio
Director Página Siete
Presente.-

De mi consideración:

En la edición del martes 26 de abril, el medio a su cargo, publicó el editorial titulado «Las tasas de desempleo”, en el que se afirma lo siguiente: «la tasa mencionada por el Presidente es cuando menos insuficiente para mostrar la situación del empleo y desempleo en 10 años”.

En respuesta a una lectura imprecisa, errónea y comentarios malintencionados e infundados sobre los indicadores de empleo del país, se aclara lo siguiente: A nivel internacional, y como es de conocimiento público, para la medición de la tasa de desempleo y su comparación entre países, en general se mide el desempleo a través de la «tasa de desempleo abierto urbano”. En 2005, este indicador se situaba por encima del 8%, tal como se muestra en los distintos documentos (memorias, boletines estadísticos, trípticos, etcétera) presentados por el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas (MEFP) año tras año, desde 2006, mismas cifras que son presentadas por el INE, Udape, BCB, entre otros.

Para 2014, como resultado de la aplicación del Modelo Económico Social Comunitario y Productivo desde 2006, los niveles récord de inversión pública ejecutados, los programas de empleo desarrollados por el gobierno nacional, el apoyo al sector productivo con la creación del Banco de Desarrollo Productivo (BDP), EMAPA, la creación de empresas estatales como BOA, Lacteosbol, EBA, etcétera, la nueva ley de servicios financieros que privilegia el crédito productivo, entre muchas otras medidas, se evidencia una clara reducción del desempleo hasta 3,5% (tasa de desempleo abierto urbano en 2014), como se publicó en la Memoria de la Economía Boliviana 2014 del MEFP, entre otras publicaciones que también muestran el mismo dato.

Por ello, resulta sorprendente que un medio de comunicación, con mucha irresponsabilidad y falta de criterio, cuestione las cifras que fueron avaladas por la población boliviana año tras año desde 2006 y, además, por organismos internacionales con especialidad en estadísticas como la Cepal, el FMI y otras (se recomienda ver las estadísticas de la Cepal y FMI).

Asimismo, instituciones opositoras al gobierno nacional, como el Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (Cedla), reconocen la disminución del desempleo respecto a 2005. Según la última información disponible de esta entidad, que calcula su propio indicador de desempleo, la tasa de desempleo del país se redujo de 12,1% a 8,0% en 2012.

Por tanto, recomendamos a este medio de comunicación realizar sus notas de prensa editoriales y otros con responsabilidad, análisis y una precisa investigación para evitar distorsionar la información y confundir a la población en general. En ese sentido, con el único interés de proporcionar a la población una información precisa acerca del tema, solicito la aclaración correspondiente y por el mismo medio.

Sin otro particular saludo a usted muy atentamente.
Lic. Leyla R. Medinaceli Monroy
Jefa de la Unidad de Comunicación Social, Ministerio de Economía y Finanzas Públicas

NdE

Las cifras que cita el editorial de Página Siete provienen de la Unidad de Análisis de Políticas Sociales y Económicas (Udape) y no son invento ni interpretación de este diario; mucho menos producto de la mala intención. En relación al tema de empleo hay diversidad de lecturas. Las cifras que cita el Ministerio de Economía no toman en cuenta la informalidad, el subempleo o empleo precario y otros fenómenos que, más allá de los números fríos, conocemos y vivimos todos los bolivianos. Justamente, a propósito de ello citamos un dato que no se incluye en nuestro editorial, pero no que deja de ser relevante: según un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), elaborado con datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Bolivia está entre los cinco países con peor calidad laboral y esto obedece al enorme impacto de los trabajadores por cuenta propia que pueden estar en las cifras de «ocupados”, pero claramente no con un empleo estable, ni mucho menos digno.

La intención del editorial sí es clara en cuanto a la necesidad de abordar este tema con amplitud y pluralidad.

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