Los Tiempos/anuario • Bolivia esquiva recesión, pero siente impacto
Bolivia cerrará 2009 con el crecimiento más alto de América Latina y el Caribe, según proyecciones de organismos internacionales, pero con una caída de más de tres puntos respecto a 2008.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que el Producto Interno Bruto (PIB) boliviano concluirá la gestión con 2,8 por ciento de alza y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) prevé un 3,5.
A pesar de que el país pudo esquivar la recesión, que llegó a la mayoría de los países del continente con cifras negativas, la economía del país sintió los efectos de la desaceleración con fuerza en varios rubros.
Las exportaciones descendieron, las remesas también, se perdieron mercados, sectores clave como el de hidrocarburos ya no impulsan la economía y el desempleo incrementó.
A esto se suma la debilidad de no contar políticas económicas eficaces para hacer frente a los efectos del colapso frente a una agenda marcada casi completamente por lo político.
El año comenzó con la continuación de la crisis minera iniciada a fines de 2008 por la brusca caída de los precios de los minerales. Los mineros salieron a las calles para protestar y exigir al Gobierno medidas concretar para salvar sus fuentes de empleo.
Ante esto, el Ejecutivo decidió crear fondos para compensar la caída del costo de la materia prima.La actividad económica se desaceleró también en el primer trimestre de este año producto de los efectos de la crisis internacional sobre el desempeño de las exportaciones y las remesas.
De esta manera, en los primeros tres meses del año el país empezó a sentir el efecto directo de la crisis global.Sin embargo, el crecimiento alcanzado fue uno de los más altos en Latinoamérica y estuvo acompañado por superávit en balanza de pagos, en las cuentas fiscales y un sistema financiero sólido.
El Producto Interno Bruto (PIB) creció 2,1 por ciento en el primer trimestre. A pesar de la crisis del sector minero, éste fue el que tuvo mayor incidencia en el crecimiento debido a la producción de la Empresa Minera San Cristóbal.
La pérdida de las preferencias arancelarias andinas o Atpdea, otorgadas por EEUU, la indecisión del Gobierno respecto a un acuerdo de comercio con la Unión Europea (UE) y la caída de la demanda en otros mercados por el colapso económico mundial llevaron a la baja a las exportaciones bolivianas, especialmente las de valor agregado afectando a miles de trabajadores.
Otros efectos
El sector de hidrocarburos se contrajo tras varios años de ser la base de la economía boliviana debido a la menor demanda de gas por parte de Brasil, que se ha mantenido hasta el fin de la gestión, y el descenso del precio del petróleo.
La incidencia del rubro en el crecimiento del PIB será negativa este año (-0,56 por ciento), debido a la caída en la producción anual de hidrocarburos y la caída de los precios internacionales, de acuerdo con la proyección del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (Cedla).
A eso se suma que ya es improbable que se cumplan las previsiones gubernamentales de alcanzar una producción de 44,8 millones de metros cúbicos diarios (MMm3d) de gas este año.
Para el Cedla, el PIB boliviano alcanzará este año un crecimiento de sólo 2,83 por ciento, es decir, menos de la mitad del que tuvo el año pasado, principalmente, debido a que sectores clave como la minería e hidrocarburos no impulsarán la economía como lo hicieron el año pasado cuando registraron vigorosas alzas sectoriales de por ejemplo, 56 por ciento en el caso de la minería.
La respuesta del Gobierno al impacto de la crisis se ha apoyado en la existencia de las reservas internacionales, programas de apoyo a la producción con la entrega de créditos y la aplicación de políticas en el área financiera.
Los organismos internacionales han observado que Bolivia aplicó medidas anticíclicas, pero no a la par de otros países como Brasil, Chile y Argentina.
Reservas
Para el Ejecutivo boliviano, la receta económica para que mientras otros países vecinos (Chile, Argentina y Brasil) entren en recesión y Bolivia crezca es la gran acumulación de reservas internacionales en el período de la bonanza de precios, el manejo del tipo de cambio, una menor exposición a las corrientes financieras internacionales y el bajo nivel de endeudamiento externo.
Los analistas no coinciden con el Gobierno y dicen que aunque las reservas permiten un “colchón” financiero importante, no reemplazan las inversiones para crear empleos, los mercados perdidos y no permiten superar la falta de competitividad por una baja producción.
PRINCIPALES EFECTOS DE LA CRISIS
Primer caso: Exportaciones desciendenEl valor de las exportaciones de Bolivia sumó 3.901 millones de dólares en los primeros nueve meses del año, casi un 25 por ciento menos que los 5.185 millones reportados en el mismo período de 2008, según informes oficiales difundidos recientemente.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) señaló que los principales productos exportados hasta septiembre son el gas con un valor de 1.515 millones de dólares, zinc con 451 millones, plata con 413 millones y soya con una suma de casi 405 millones de dólares.
El Gobierno ha atribuido las bajas en el valor de las exportaciones de este año respecto de la gestión pasada a la reducción de los precios internacionales de las materias primas que en 2008 alcanzaron niveles extraordinarios.
En el caso de los hidrocarburos tiene que ver además con la caída de la demanda.Pese a la baja de sus ventas, Bolivia registró un superávit comercial de 777 millones de dólares, pues el valor de sus importaciones a septiembre se situó en 3.125 millones de dólares.
Segundo caso: Sustitución de mercadosAdemás de la suspensión definitiva de las preferencias arancelarias andinas o Atpdea que dificultó el ingreso de productos bolivianos al mercado de Estados Unidos, la crisis provocó este año el cierre de otros mercados para diferentes productos, especialmente no tradicionales, por la caída de la demanda o por restricciones asumidas por los países para proteger su economía como lo hicieron Argentina, Brasil y Ecuador.
Ante ese panorama, el Gobierno de Evo Morales promovió la sustitución de mercados por otros alternativos. Venezuela y Brasil se convirtieron en los sustitutos de Estados Unidos con la recepción de textiles.
Los analistas apuntan que Bolivia no aprovechó de mejor manera el gran potencial de absorción que ofrecían los mercados externos antes de que estallara la crisis global, debido a la falta de políticas públicas que apuntalen la productividad, la competitividad y acompañen con una adecuada promoción comercial, el esfuerzo que hacen los agentes económicos privados, de invertir, producir y exportar.
Tercer caso: Dólar cumple un año sin cambiosLa cotización del dólar cumplió un año sin variación el 6 de octubre pasado manteniéndose en 7,07 bolivianos.El Gobierno anunció que el tipo de cambio del dólar tendrá en 2010 una banda de 6,75 a 7,25 bolivianos como mecanismo de reacción frente a los eventuales efectos de la crisis financiera internacional.
El ministro de Planificación del Desarrollo, Noel Aguirre, informó recientemente que el Presupuesto General de la Nación (PGN) 2010 que presentó el Gobierno al Congreso prevé una fluctuación en ese rango de la divisa norteamericana. Es decir que puede disminuir de 7,07 (cotización actual) a 6,75 bolivianos o, en su defecto, subir a 7,25, como techos mínimos y máximos.
Según Aguirre, todo dependerá de la coyuntura internacional, o sea, de la tendencia del dólar en los países y las variaciones que sufran otras monedas, como el yuan o el euro.
Pero en general, afirmó, la política cambiaria impulsada por el Banco Central de Bolivia (BCB) desde la gestión 2007 se mantendrá.
Cuarto caso: El desempleo en aumentoEl desempleo y la informalidad aumentaron este año en Bolivia con respecto a 2008 por efecto de la crisis internacional, según un estudio presentado recientemente por el Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (Cedla).
Silvia Escobar, investigadora del Cedla, precisó que la tasa de desempleo se incrementó del 10,2 por ciento registrado en 2008 al 11 por ciento este año, lo que significa que el número de desempleados es de 202.336 personas.
Para el Gobierno, la tasa de desempleo no es tan alta.Escobar explicó que el porcentaje de desempleo refleja el efecto negativo que tuvo la crisis en el desarrollo de los sectores minero, constructor y de manufacturas, las principales actividades productivas generadoras de fuentes laborales en el país.
Agregó que la contracción del consumo de los hogares por la menor disponibilidad de ingresos y por la disminución del flujo de remesas hacia Bolivia también contribuyó a la disminución de las ventas de las empresas en el mercado interno, a lo que se suma la caída de las exportaciones.
Quinto caso: La inflación a la bajaCon relación al incremento de los precios, a octubre de 2009 la inflación acumulada en el año fue de un 0,2 por ciento, mientras que la de 12 meses alcanzó el 0,8 por ciento, una de las más bajas de América Latina, y supuso una reducción de 11 y 13 puntos porcentuales, respectivamente, respecto de igual período de 2008.
El comportamiento de la inflación responde a la disminución del precio de los alimentos asociada a la caída de los precios de los productos básicos en los mercados internacionales y el incremento de la oferta interna de alimentos producto de las condiciones climáticas favorables.
Economistas y la Cámara Nacional de Industrias (CNI) consideran que la baja inflación que se presenta es el reflejo de que los hogares bolivianos han contraído sus compras y, es precisamente, ese entorno que influyó para que la oferta de productos no haya incrementado sus precios.
Sin embargo, los analistas y el Banco Central de Bolivia (BCB) han descartado que el país viva un proceso de “deflación”, un fenómeno relacionado con la recesión.
Sexto caso: Caen los envíos de remesas Las remesas de los emigrantes cayeron un 8,2 por ciento entre enero y septiembre de este año respecto al mismo período de 2008, informó la pasada semana el Banco Central de Bolivia (BCB).
El ente emisor precisó en un comunicado que el monto total de los envíos de emigrantes bolivianos hasta septiembre alcanzaron los 757,9 millones de dólares, lo que representa 67,4 millones menos que los 825,3 millones registrados en similar período del año pasado.
Según el informe, los envíos de emigrantes realizados en septiembre fueron de 89,7 millones de dólares, cifra superior en 1,7 por ciento respecto al monto de 88,3 millones de dólares recibidos el mes anterior.
El Banco Central insistió en que los efectos de la crisis mundial en las remesas que recibe Bolivia “son moderados comparados con los observados en otros países de la región” y citó los ejemplos de varias naciones latinoamericanas.
Concretamente, el comunicado del BCB indicó que en Colombia los envíos de los emigrantes descendieron en un 17,4 por ciento.
Caída del comercio externo
La tendencia se mantuvoDesde el primer mes de 2009, el comercio exterior boliviano sufrió caídas, especialmente las exportaciones, ante el desplome de la demanda global.
La inflación negativa
La inflación se desinflaDespués de un 2008 marcado por los altos precios de los productos de la canasta, este año fue opuesto y la inflación fue negativa en la mayoría de los meses.
Análisis
Gary A. Rodríguez, Gerente general del IBCE
“2009 fue el año de los números rojos”
Los números del Instituto Nacional de Estadística revelan un hecho plenamente constatable: Bolivia no había estado “blindada” frente a la crisis. El golpe vino por donde se dijo que iba a venir —el sector externo— que conecta nuestra economía con un mundo en crisis.
Si 2008 fue el año de los récords y las sonrisas, 2009 ha sido el de los números rojos y las caras largas. No podía ser de otra forma, considerando que si las exportaciones de nuestros productores y las remesas de nuestros migrantes hicieron que el PIB creciera al 6,15 por ciento el pasado año, en el año 2009 esto no sólo que no volvió a ocurrir, sino que las bajas son dramáticas.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), las exportaciones a septiembre habían caído ya más de 1.300 millones de dólares, y no sería de extrañar que bajen en cerca de 2.000 millones hasta fin de año (salvo que pase algo extraordinario).
Las remesas cayeron también como se esperaba e incluso las importaciones —que llegaron a 5.000 millones en 2008— hasta septiembre se derrumbaron en casi 1.900 millones, dando cuenta que la crisis recaló en el país.
Pero, las exportaciones no solamente cayeron por las cotizaciones sustancialmente menores, sino porque hoy tenemos severos problemas de mercado (nos compran menos gas en Brasil, menos manufacturas en Estados Unidos), además que persisten prohibiciones y cupos de exportación que hacen su parte en contra.
A esto se suma que el Gobierno se ha alejado de negociar nuevos mercados rentables como es el caso de la Unión Europea (UE). El país se alejó de la ronda con el bloque comunitario dejando en vilo a los exportadores que veían en ese mercado una gran posibilidad para sus ventas.
Lo cierto es que —a la luz de las cifras del INE, ya sean las de la bonanza de 2008, o las de la crisis actual— es de esperar que los servidores públicos caigan en cuenta sobre la importancia del comercio exterior y piensen en buenas políticas para 2010, un año que resultará económicamente muy complicado.
Si el “rostro social” de las exportaciones es el empleo, menos exportaciones implicarán más bocas sin alimentar y eso traerá otras consecuencias. Los bonos ayudan, pero no resuelven el problema, solo los buenos empleos lo harán.
Si la crisis aún no ha concluido, lo mínimo que se impone por tanto, es una “Agenda con Visión Compartida por la Producción, la Competitividad y el Empleo” que impida una debacle mayor a futuro.
El hecho de que se avizoran signos de reactivación económica, haciendo prever que la crisis internacional empieza a ceder; que los precios de los commodites se recuperan y que vuelve el ingreso masivo de dólares por inversiones y exportaciones, son factores que juegan a favor de tal hecho, pero no hay que confiarse.
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