Los Tiempos • Ex estatales no logran empleo
Según una encuesta realizada por el Centro de Desarrollo Laboral y Agrario (Cedla) en La Paz, El Alto, Santa Cruz, Cochabamba y Potosí, a fines de 2008, indica que los trabajadores que fueron despedidos del sector público (13,4 por ciento), ya sean estos calificados o no, tienen serias dificultades para encontrar una nueva fuente laboral, ya sea en éste o cualquier otro sector del mercado.
El estudio del Cedla señala que es por este aspecto que los tiempos promedio de cesantía en el sector de servicios personales son más prolongados.
“El comportamiento de la cesantía en el sector estatal es un rasgo que merece ser destacado como un reflejo del proceso paulatino de renovación de la planta de funcionarios públicos, propio del ascenso al poder de un partido político diferente (MAS), a los que estuvieron en función de Gobierno durante más de 20 años”, sostiene el informe.
Entre los asalariados, la mayor tasa de cesantía se origina en el sector estatal, siendo las ciudades de La Paz, El Alto y Cochabamba los que tienen los mayores índices de pérdidas de sus fuentes de trabajo.
El estudio laboral indica también que en Santa Cruz la pérdida de fuentes de empleos se registra en el sector empresarial.
Asimismo, el informe del Cedla da cuenta que en Cochabamba y Potosí el desempleo se origina fundamentalmente en el sector semi empresarial, puesto que en estos departamentos tienen a través de las pequeñas industrias una forma muy difundida de organización en la producción en los sectores de la manufactura y los servicios.
Otro aspecto que destaca la entidad laboral está relacionado con la cesantía que se origina en el sector familiar, vale decir trabajadores por cuenta propia y familiares que no son remunerados, que es la más baja en todos los sectores de actividad y ciudades con sólo el 2,9 por ciento.
Según el Cedla, esta cifra refleja su carácter de refugio frente al desempleo para un contingente importante de la fuerza laboral del país, en particular, el sector femenino.
A la cesantía originada en los servicios estatales, se suma el mayor desempleo entre los trabajadores del servicio doméstico. Esto se debe a causa del deterioro del poder adquisitivo de los salarios, sobre todo se observa con más precisión de las clases medias de la sociedad.
Esto se ve reflejado en un incremento de la tasa de cesantía en el sector de servicios (12,4 por ciento), durante el primer semestre de 2008.
Según el Cedla la contratación de trabajadores para las tareas propias del hogar ha disminuido en todas las ciudades en las que se realizó la encuesta, con excepción del departamento de Cochabamba.
“Al parecer, el deterioro del poder adquisitivo de los ingresos laborales y el aumento de la inflación en el rubro de alimentos, estaría llevando a que muchos hogares de las clases medias tiendan a prescindir de estos servicios, con efectos sobre un flujo de salida inusualmente alto en este grupo de trabajadores (24 por ciento), en su mayoría conformado por mujeres”, señala el informe.
Otros sectores que estarían expulsando fuerza de trabajo son: la industria con 7,0 por ciento, la construcción y el transporte con 6,3 por ciento, respectivamente; en tanto que en el comercio la cesantía llega al 5,3 por ciento.
El transporte en La Paz y Potosí, la construcción en El Alto y Potosí, así como la manufactura en Santa Cruz, son los sectores que registran tasas de cesantía superiores al promedio.
En términos generales, la encuesta del Cedla indica que la tasa de desempleo en las ciudades de La Paz, El Alto, Cochabamba, Santa Cruz y Potosí llegó al 10,2 por ciento, lo que en términos absolutos significa que el número de personas que buscan un empleo y no lo encuentran alcanza a 182 mil.
Tasa de cesantÍa por sector en el mercado de trabajo
Sectores del
Mercado de Trabajo Total La Paz Santa Cruz Cochabamba El Alto Potosí
Total 8,3 9,2 7,3 6,5 10,5 6,4
Estatal 13,4 16,8 7,8 12,.6 21,1 8,2
Empresarial 11,9 11,6 9,1 12,1 19,4 9,6
Semi-empresarial 9,1 10,7 8,3 6,3 9,4 11,7
Familiar 2,9 3.4 3,1 1,8 3,0 2,3
Servicio doméstico 24,6 15,5 20,1 6,8 80,1 0,0
ANTE LA CARENCIA DE FUENTES LABORALES
Aumenta el empleo informal
El Colegio de Economistas de Bolivia, asegura que al menos 2,9 millones de bolivianos, que representan el 65 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA) personas recurren a la informalidad para sobrevivir.
Esta situación afecta más a las mujeres (un 30 por ciento), aunque también involucra a los hombres (15 por ciento). El subempleo es más fuerte en las ciudades del eje del país (Santa Cruz, Cochabamba, La Paz y El Alto), donde se presenta el mayor crecimiento de población.
Hasta fines de 2007, eran 261 mil las personas que no encontraban trabajo en las ciudades capitales, según una investigación del Cedla. Esto equivale a 9,5 por ciento de la población económicamente activa.
Por eso, el Cedla considera que si bien ha bajado el desempleo, esto no soluciona el problema, porque Bolivia no sólo enfrenta el desempleo estructural desde la década de los 90, sino que también el mercado laboral ha generado fuentes de trabajo con un perfil ocupacional que redunda en el deterioro de las condiciones laborales.
La baja inversión privada prevista para 2009 tampoco solucionará la crisis. Se precisa por lo menos 3,5 millones de dólares anuales para que mejoren las cifras económicas y se generen empleos.
Anualmente, se requiere 160 mil nuevos puestos de trabajo para la población joven que se profesionaliza; sin embargo, sólo 30 mil logran ingresar en el aparato productivo formal.
ANÁLISIS
Libre caída del consumo en Estados Unidos
La crisis económica de Estados Unidos ha abollado tanto la confianza de los consumidores que, acostumbrados a la buena vida, someten ahora su insaciable apetito por las compras a una amarga dieta de frugalidad.
Se acabó la fiesta y, en la cultura popular, el miedo ha dado paso a una nueva tesitura en la que los consumidores se libran de sus tarjetas de crédito y «comienzan a vivir dentro de sus medios».
Basta con recorrer los centros comerciales de Estados Unidos para constatar que el consumo, que conforma poco más del 60 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del país, se encuentra en caída libre.
Ni los fuertes descuentos de los almacenes, muchos al borde de la quiebra o ya en proceso de cerrar, son un aliciente para el consumo: no hay demanda de pantallas gigantes de televisión, ni de ropa de marca, ni coches de lujo o artilugios de alta tecnología.
La caída en el consumo es una respuesta inmediata al desempleo, el alza en los precios del petróleo, la bancarrota, la caída en los precios de las casas y las restricciones del crédito, entre otros males.
La crisis aún no ha tocado fondo, pero muchos estadounidenses ya se encuentran en una época de «mera supervivencia».
Asistimos a un cambio gigantesco en la cultura popular motivado por el miedo a perder el empleo, miedo a no poder pagar la hipoteca u otros préstamos, y malas noticias por todas partes. En los últimos seis años, los estadounidenses gastaron un seis por ciento más de lo que ganaban, y ahora, en los últimos seis meses, han aumentado los ahorros a 3,5 por ciento.
Los consumidores están enterrados en una deuda de unos 14 billones de dólares, una realidad que ahora les obliga a comprar menos de todo y a buscar gangas… y las tiendas que responden a esa necesidad son las que sobreviven.
Para algunos economistas, la solución no está en la inyección de 787.000 millones de dólares que el Gobierno ha ingeniado para estimular el consumo y la creación de empleos.
Estados Unidos no está solo en esta crisis. Las economías de todos los países desarrollados también podrían sufrir una contracción sustancial este año.
Canadá, España, Francia, Italia, Alemania, Japón y el Reino Unido también sufrirán una contracción económica en 2009.
Ese dato, sin embargo, es consuelo de tontos para los estadounidenses, acostumbrados a la gratificación instantánea del consumismo y a tener mucho y de todo.
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