Los Tiempos • 51,3% de empleados tuvo un trabajo seguro en 2008
Pese a que el gobierno de Evo Morales ha aprobado una serie de medidas para favorecer los derechos de los trabajadores, la inestabilidad sigue primando en el mercado laboral boliviano.
Según datos del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (Cedla), en 2008, sólo el 51,3 por ciento de los trabajadores asalariados en las principales ciudades del país tuvo un contrato por tiempo indefinido.
Un 28 por ciento estuvo sujeto a un contrato a plazo fijo y el 20,7 por ciento fue un trabajador eventual.
El Cedla indica que en algunas ciudades como El Alto y Cochabamba el porcentaje de asalariados permanentes cae muy por debajo del 50 por ciento –acelerado por los procesos de subcontratación– y, en otras como La Paz, se eleva hasta un 60 por ciento, pero sigue siendo un porcentaje reducido.
El informe explica que uno de los mecanismos más utilizados por las empresas para abaratar los costos de producción es la flexibilidad contractual, tanto en lo que hace a la reducción en el número de trabajadores en función de las variaciones de la demanda, como a las formas o modalidades de contratación.
“Con el aumento en la tasa de rotación en el empleo y la contratación eventual, la inestabilidad y la incertidumbre laboral han pasado a ser casi una norma entre los trabajadores asalariados”, agrega.
Salarios
Una de las graves consecuencias de la inestabilidad laboral, a partir de la flexibilidad de los contratos, son los salarios, analiza el Cedla en su publicación Alerta Laboral 58.
“Por lo general, quienes no tienen un contrato de trabajo permanente están sujetos a formas de pago a destajo o por obra y no reciben otros beneficios adicionales al salario (bonos, subsidios, primas)”, indica.
Algo que es común actualmente en las empresas es que los trabajadores que no tiene un contrato seguro no son beneficiados, por ejemplo, con los incrementos de salario fijados por el Gobierno.
El Cedla señala que tomando como referencia al conjunto de ocupados en las principales ciudades del país, durante 2008 un trabajador eventual ganaba en promedio la mitad de lo que recibía un trabajador permanente y un trabajador contratado a plazo fijo, solamente llegaba a recibir dos tercios del salario de aquél.
“Es decir, a mayor inestabilidad laboral la explotación crece y se verifica que el plus valor que se extrae de los trabajadores temporales o eventuales es extremadamente alto, más aún considerando que la intensificación del trabajo y la extensión de las jornadas de trabajo rigen por igual para este grupo de la población ocupada”, explica.
El análisis añade que existe una relación directa entre la inestabilidad en el empleo y la desprotección social.
“La información disponible permite ver que solamente el 38 por ciento de todos los asalariados aporta para su jubilación; en otros términos, casi dos de cada tres ocupados difícilmente puede aspirar a una renta de vejez que le permita vivir con dignidad”, apunta el Cedla.
SALARIOS
Los trabajadores bolivianos también ven cómo sus salarios se han reducido. A pesar de que el básico se ha ido incrementando, al interior de las empresas generalmente no existe ya ningún tipo de bono u otro pese a las ganancias registradas por la compañía.
Para el Cedla, de esto resulta una distribución cada vez más desigual entre la ganancia que obtiene el capital y la fracción que se queda con el trabajador.
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