La Prensa/tapa • El CEDLA afirma que este año se aliminaron 73.801 empleos
Crisis: La entidad especializada en estudios laborales indicó que la tasa de desempleo subió de 10,2 a 11 por ciento y afecta a 202.336 personas, el Gobierno puso en duda las cifras e informó que generó más de 400.000 empleos desde 2006.
En la presente gestión se destruyeron 73.801 empleos y la tasa de desocupación llegó a 11 por ciento debido a los efectos de la crisis financiera internacional que contrajo la actividad económica y disminuyó las exportaciones.
Así lo revela un estudio del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA), pero el Gobierno puso en duda las cifras.
El ministro de Planificación del Desarrollo, Noel Aguirre, aseguró que la tasa de desempleo se sitúa entre 6 y 7 por ciento y que en la gestión presidencial actual se crearon 413.000 empleos, aunque reconoció que un 50 por ciento son eventuales y el subempleo es uno de los problemas que se debe superar en el país.
“La calidad del empleo es una de las preocupaciones que tenemos a nivel de sociedad y de Gobierno y hay que activar con mayor intensidad el aparato productivo”.
Según el informe del CEDLA, este año se crearon 84.913 empleos, pero se eliminaron 158 empleos, lo cual deriva en una tasa neta de 73.801 puestos de trabajo destruidos.
La investigadora del CEDLA Silvia Escóbar informó que los rubros más afectados fueron el comercio, con 24.972 empleos destruidos; industria, 16.139; transporte y comunicaciones, 12.958; construcción, 9.435; servicios, 8.611, y otras actividades, 1.686.
Entretanto, la tasa de desempleo se elevó de 10,2 a 11 por ciento de 2008 a 2009, lo cual quiere decir que 202.336 personas no tienen trabajo. De este número, 87.419 son hombres y 114.917 son mujeres.
De acuerdo con Escóbar, las cifras tienen que ver con los efectos de la crisis internacional que desembocaron en una caída de la demanda de las exportaciones tradicionales y no tradicionales, de los precios de materias primas, de la inversión privada nacional y extranjera y menor llegada de remesas enviadas por los emigrantes.
Estos factores se sumaron a la baja capacidad productiva del país, la estrechez del mercado interno y la lenta ejecución de la inversión pública. Entre junio de 2008 y junio de este año el crecimiento económico se redujo de 6,5 a 3,2 por ciento.
Estas variaciones, en criterio de Escóbar, hicieron perder peso a las actividades generadoras de empleo, entre ellas la minería, la manufactura y la construcción.
El estudio del CEDLA también revela que el trabajo informal aumentó de 58,6 a 62 por ciento en un año debido al retorno al país de emigrantes.
En un decenio, esta tasa había disminuido de 75 por ciento antes del año 2000 a 57 por ciento por el éxodo de trabajadores al extranjero al no encontrar una fuente de trabajo estable en el país.
Además, la desocupación sigue azotando en mayor proporción a los jóvenes de 15 a 24 años (21 por ciento) y también a las personas que tienen instrucción educativa superior (13 por ciento).
Entretanto, las personas que están ocupadas y sujetas a un contrato por tiempo indefinido representan el 52 por ciento de la población laboral.
Según el CEDLA, las condiciones en general para los trabajadores no han mejorado a pesar de los incrementos salariales de los últimos años, por ejemplo el salario mínimo actual de 647,5 bolivianos sólo cubre el 47 por ciento del costo de una canasta de alimentos.
En materia de protección social, sólo uno de cada cinco trabajadores ocupados en las ciudades del eje aporta regularmente para su jubilación.
Escóbar advirtió que si las inversiones sólo se dirigen a las actividades intensivas en capital, como hidrocarburos, y no al área productiva y la industrialización, el desempleo continuará en crecimiento.
Para destacar
El CEDLA dice que la caída del PIB de 6,5 a 3,2 por ciento impactó de manera negativa en el empleo.
Los incrementos salariales aprobados por el Gobierno no mejoraron la vida de los trabajadores.
Existe menor demanda laboral para los hombres, lo cual empeora la situación de los hogares.
El 80 por ciento de los desocupados en el país son cesantes, es decir que perdieron un empleo anterior.
La población desocupada demora ocho meses en promedio en encontrar un nuevo puesto de trabajo.
La ocupación en el sector industrial cayó en 11,2 por ciento en la presente gestión.
La crisis económica internacional afectó las ventas del país.
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