Los maestros urbanos marcharán en protesta mañana y los fabriles instalaron una huelga de hambre, pero el Gobierno ratificó ayer su decisión de incrementar el salario básico de los trabajadores en un 5%.

Después de una reunión del gabinete del presidente Evo Morales, los ministros de Obras Públicas, Walter Delgadillo y de Educación, Roberto Aguilar, anunciaron en conferencia de prensa en Palacio Quemado que el porcentaje de aumento salarial se mantendrá porque representa una recuperación de al menos 4.74% con respecto al índice de inflación del año pasado que fue de 0.26%.

El Instituto Nacional de Estadística, INE, modificó el año pasado su método de medición del Índice de Precios al Consumidor al incluir en el mismo, gastos por servicios que no representan insumos de la canasta familiar, como por ejemplo, uso de teléfonos celulares.

Delgadillo dijo que “el incremento salarial es altamente beneficioso para los trabajadores comparando con el grado de inflación que se cubre, que ha sido de 0.26 por ciento”.

“Hay un neto de 4.74 por ciento de recuperación real del salario”, insistió Delgadillo.

RECHAZO

Los trabajadores fabriles instalaron un piquete de huelga de hambre que reclama un incremento mínimo del 12%.

El dirigente de los fabriles, Vitaliano Mamani dijo que un aumento de al menos 12,5 %, representa una compensación “real” con respecto al incremento de los precios de la canasta familiar.

Desde la Federación de Maestros de La Paz, el dirigente José Luis Álvarez dijo que su sector comenzará las movilizaciones mañana viernes.

“Vamos a ganar las calles exigiendo un sueldo de acuerdo a la canasta familiar”, dijo Álvarez a tiempo de calificar como “miserable” el incremento del Gobierno.

Las marchas y huelgas de ambos sectores ciernen un preámbulo de conflicto inusitado para el 1 de mayo, Día Internacional del Trabajo que durante los primeros años de Gobierno del presidente Evo Morales fue motivo de “regalos” para el sector laboral.

El Ministro de Obras Públicas rechazó las demandas de los trabajadores.

“No hay razón para las movilizaciones. Hemos sido muy cuidadosos, muy considerados en las relaciones con los trabajadores”, dijo Delgadillo.

Pidió que “la población tiene que entender que los recursos de los que dispone el Estado los tiene que emplear en inversiones diversas”.

DESEMPLEO

En mayo del año pasado, un informe del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (Cedla) reveló que el “desempleo equivalente” llegaba al 52%, es decir, que más de la mitad de la fuerza laboral quedaría desocupada, si todos los trabajadores tuvieran un empleo “adecuado”.

El Cedla también estableció que el año 2009 se “destruyeron 73.801 empleos” y que la tasa de desocupación llegó a 11 por ciento.

El incremento a la masa salarial fue también rechazado por la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB), cuyo presidente, Daniel Sánchez dijo que “lo que tiene que ser razonablemente discutido es si esos incrementos son sostenibles en el tiempo”.

Aunque aclaró que los empresarios se sienten “obligados” a cumplir el incremento salarial, “no significa que estemos de acuerdo (o plenamente en contra) con la disposición”.

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