Jornada • En el área rural ocho de cada diez adultos mayores continúa trabajando • 31/08/2015

Ocho de cada diez adultos mayores, con un promedio de edad próximo a los 70 años, sigue trabajando sin descanso en el campo, según una investigación del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA) y HelpAge, realizada por Silvia Escóbar de Pabón.

El estudio revela que los adultos mayores trabajan hasta donde sus fuerzas les permitan. Cerca del 80% de la población adulta mayor del área rural se concentra en el altiplano y los valles, y se estima que la mayoría son mujeres.

La inexistencia de protección social, transferencias públicas o familiares, y redes sociales o comunitarias, además de los bajos ingresos hace que los adultos mayores deban trabajar hasta el final de sus días para suplir la fuerza laboral faltante debido a la migración de hijos e hijas y asegurar su subsistencia.

Según datos del INE y el BID del año 2012, la pobreza continúa concentrada en las zonas rurales, más de 2.1 millones de los 3.5 que componen la población rural, viven en pobreza; de éstos cerca de 900.000 son indigentes.

Con la agricultura de base familiar como actividad principal, los adultos mayores contribuyen a sus familias.

Por otra parte, el acceso a la Renta Dignidad (pensión no contributiva) se convierte en un importante ingreso monetario de sus hogares constituyéndose incluso en la única fuente del 16% de los hogares con adultos mayores.

Solamente uno de cada seis adultos mayores trabaja en actividades no agrícolas con mejores ingresos, esta otra fuente, actividades como la comercialización de productos no agropecuarios, servicios, construcción y transporte, que están poco extendidas. Así el ingreso laboral mensual, por estas ocupaciones para 2011, era de 446 bolivianos que representaba un tercio de los ingresos de los menores a 60 años.

Se evidencia que el trabajo es el principal medio de subsistencia de los ancianos en el campo en una sociedad que los excluye del derecho a la protección social. Al trabajar conjuntamente otros miembros de la familia ellos les transmiten conocimientos y habilidades. El deterioro de su salud o la dificultad de movilizarse debido a su avanzada edad son las únicas razones que les llevan a renunciar a la tierra o la crianza de animales.

La cantidad de adultos mayores asalariados es mínima, es frecuente más bien que combinen el trabajo dentro y fuera de su parcela o cumpliendo tareas no agropecuarias. El dinero generado les permite comprar bienes que no producen.

Contribución al ingreso familiar
Según el estudio mencionado, el aporte de los adultos mayores representa el 65% del ingreso de sus familias, el 37,5% de los ingresos provienen del trabajo, y el 27,6% de fuentes no laborales. Esta contribución es fundamental para la subsistencia familiar forzándoles a continuar trabajando hasta edades muy avanzadas.

Según el estudio ocho de cada diez adultos mayores, próximo a los 70 años, sigue trabajando sin descanso en el campo, por lo general en sus propias parcelas. En esta situación se encuentra el 90% de los hombres y más del 70% de las mujeres, adultos mayores, en Bolivia.

Tomando en cuenta estos indicadores, la pobreza es menor en los hogares con adultos mayores, en los hogares sin adultos mayores predomina la pobreza extrema. Por ello, entre las conclusiones del estudio, cobra relevancia la sugerencia de gestación de nuevas políticas públicas orientadas hacia una mejoría de la situación del adulto mayor en Bolivia, que garanticen el ejercicio pleno de sus derechos, que mejoren la calidad de sus condiciones de vida para que el trabajo remunerado se convierta en una opción.

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