hoybolivia.com • Una mayor formación académica no garantiza un buen trabajo • 1/05/2014

Página Siete.- Tener mayor formación académica no garantiza encontrar un «buen” empleo. De acuerdo con un reporte del Centro de Estudios Para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA), en 2010 casi el 70% de la población económicamente activa con educación superior ocupaba cargos no calificados. Mientras que menos del 20% ocupaba cargos de profesionales o técnicos y cerca del 10% el de operarios calificados.ç «Tener un mayor nivel educativo ya no es garantía de tener un buen empleo porque el mercado de trabajo y la demanda laboral exigen más cargos no calificados o poco calificados. La mayor cantidad de empleos corresponde a cargos que no requieren mayor calificación laboral, como obreros, operarios, ayudantes, aprendices, secretarias, promotores, impulsores, ayudantes de cocina, etcétera. Y se requiere menos médicos, antropólogos, pedagogos”, explica Bruno Rojas, investigador del CEDLA. Los datos corresponden a una encuesta urbana de empleo que se llevó a cabo entre los años 2010 y 2011 en las ciudades del eje de Bolivia: El Alto, La Paz, Cochabamba y Santa Cruz. La población económicamente activa en esos años no superaba las 5.361.000 personas. El investigador indica que el problema para que quienes más estudiaron tengan menos posibilidad de acceder a un trabajo que corresponda con su formación se debe a que en el país, tanto en el sector privado como el estatal, la generación de empleos y el desarrollo de la economía son lentos. «Mientras la población crece con mayor nivel educativo, la economía va a un paso muy lento. Esta lentitud impide que se generen empleos que sean ocupados por gente con mayor preparación. Esto, a su vez, se debe a un bajo desarrollo industrial por el crecimiento de la economía terciaria e informal. Éste es el gran problema, donde hay un desencuentro”, dice Rojas. Entretanto, de las universidades continúan egresando profesionales en busca de empleo. Rojas menciona un estudio de Fundapro en el que se informa que cada año al menos 170 mil estudiantes salen de las universidades privadas y públicas en el país, «y lo primero que quieren es trabajar, pero no hay trabajo para ellos. Entonces están trabajando en actividades que no les corresponde”. El problema, según el investigador, es estructural, «no de ahora ni de ayer”, y es el Estado el que debe atenderlo «con la seriedad que merece”. Añade que aunque se aprueban leyes y decretos que buscan una mejor calidad de vida para el trabajador, «continúa existiendo la flexibilización laboral”, es decir abaratar el precio de la fuerza laboral. «En otras palabras, es pagar salarios más bajos. Un empresario, en lugar de tener 100 trabajadores permanentes, tiene 50 y otros 50 contratados de forma eventual, con los que ahorra los costos laborales, porque un trabajador permanente resulta más caro por los beneficios sociales”, expone Rojas. En el estudio del CEDLA se indica que «el desempleo afecta más a los más pobres, mujeres, jóvenes y a la población con mayor nivel educativo”. En 2011, el 15,8% de los desempleados eran jóvenes entre los 20 y 24 años; el 9,5%, mujeres; el 12,7%, los «más pobres”, y el 10,5%, población con educación superior; el resto estaba compuesto por otros sectores poblacionales que renunciaron o fueron despedidos de sus fuentes laborales. Sin embargo, estos datos, explica Rojas, no son fijos sino variables y en muchos casos se sobreponen. «Éstas son las dinámicas que hay que entender cuando utilizamos estos datos, que pueden variar”. Con este panorama hubo un incremento del empleo informal. En 2008 llegó a 60%, en 2010 subió a 63,4% y en 2011 a 65%. La ciudad de El Alto fue la que más informalidad presentó con el 72,2%. «Además, si uno mira hacia atrás, hacia la década del 90, el empleo informal ha crecido significativamente y puede continuar creciendo tal como están las cosas”, advierte el experto. Quienes trabajan en el sector informal son aquellos que tienen un empleo creado por ellos mismos. «Como no encuentran trabajo en otro lado abren su tienda o puestos de comida. Son todos los empleos por cuenta propia. Las micro y pequeñas empresas generalmente pertenecen a este sector, donde suele haber bastante vulneración a los derechos laborales y otro tipo de precariedades”. Para generar empleo para las personas con mayor preparación académica y detener el crecimiento acelerado del sector informal, en el que hay precariedad laboral y vulneración de las leyes del trabajo, el CEDLA sugiere que el Estado ejecute un proceso de desarrollo industrial, «si no, estamos condenados a depender de las exportaciones de recursos naturales. Esto significa mirar como alternativas varias actividades económicas como metalurgia, petroquímica, industria hidrocarburífera, industrialización de la castaña, de la madera, de hortalizas y frutas, actividades que generen más empleo con calidad y que a la larga también brinden espacios para la gente que sale de las universidades”, concluye el investigador, quien añadió que «conviene prepararse en los estudios porque así también desarrolla el país”. CEDLA: la protesta está restringida Bruno Rojas, investigador en temas laborales del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA), afirmó que actualmente se encuentran restringidos los derechos de los trabajadores a formar un sindicato y protestar para conseguir reivindicaciones. «Varios derechos colectivos, como tener un sindicato, el de realizar una huelga o una medida de protesta o negociar colectivamente una demanda o propiciar una conquista en favor de los trabajadores están restringidos pese a lo que dice la Constitución”, indicó en una entrevista con ERBOL. Al respecto, el numeral III del artículo 51 de la Carta Magna dice: «Se reconoce y garantiza la sindicalización como medio de defensa, representación, asistencia, educación y cultura de las trabajadoras y los trabajadores del campo y de la ciudad”. Indicó que en el país se está viviendo en una «alta precariedad laboral” traducida en empleos eventuales temporales e ingresos bajos. Sostuvo que estas condiciones laborales coadyuvan a la desestructuración de las familias, porque algunos padres optan por otras opciones para subsistir, como el trabajo infantil, informal. Punto de vista Julio jalire Vicerrector de la Universidad Pública de El Alto «Los egresados hallan trabajo” La universidad promociona profesionales y en cada carrera se tiene un perfil dirigido a un mercado de trabajo específico. De acuerdo con eso se insertan los profesionales en el área laboral, según la necesidad de la sociedad. En este sentido, muchos egresados ya se han insertado laboralmente. Otros trabajan mientras estudian y en las instituciones en las que están como obreros piden un documento que les valide, para eso hemos creado grados intermedios como técnico medio y técnico superior, para que ellos trabajen mientras estudian con respaldo académico, y después viene la licenciatura. Los que salen están trabajando en el área en la que estudiaron. Esto es porque hubo un cambio en los últimos años y hay áreas para cada trabajo. Antes no era así y había arquitectos como radiotaxistas, ahora faltan los profesionales. En Bolivia tenemos la materia prima para transformarla, pero para eso es necesario promover la investigación, con lo que se generarán tecnologías y conocimientos que permitan dar valor a las materias primas que tenemos. Pienso que eso generará ingresos y empleos.

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