Eju.tv • A los defensores del Museo: ¿Necesidad o vanidad? • 05/02/2017

Opinión / Alexander Terrazas*

Nada, absolutamente nada justifica gastar 50 millones de bolivianos en la construcción de un museo para idolatrar a un mortal, si tenemos cientos de museos culturales en el país. Tampoco se justifica gastar otros 250 millones en la denominada Casa del Pueblo si ya hay un Palacio de Gobierno. Mucho menos se justifica comprar un avión presidencial en un valor aproximado de 38,7 millones de dólares, si se pudo haber comprado otro en menor costo. Estos ‘lujos’ le cuestan millones de bolivianos al país, que aún arrastra altos índices de pobreza y desempleo.

Según el informe de la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (Cepal), la pobreza ataca al 43.4 por ciento de la población, mientras que la indigencia afecta a 21.8 por ciento. De hecho, recientemente, el ministro de Economía, Luis Arce, reconoció que la extrema pobreza afecta en nuestro país a 1.8 millones de personas, o sea cerca del 20 por ciento de la población nacional.

De acuerdo con el Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA), la tasa de desempleo en el país, para esta gestión, continúa en el 8 por ciento, debido a los problemas en algunos sectores de la economía y la migración. Es decir, una mala administración de los recursos del Estado y una deficiente política pública para generar fuentes de empleos.

A estos indicadores, solo les agregaría dos simples ejemplos para demostrarles el precario sistema de salud y de educación que hay en Bolivia.

En salud, por ejemplo, sabían que en cada hospital público de Santa Cruz hay una lista de 200 enfermos renales en espera por falta de máquinas de hemodiálisis? Si no lo sabían vayan y vean el drama de la gente del pueblo en los pasillos de los hospitales, que mueren cada día por falta de recursos.

En educación, sabían que en las provincias de Santa Cruz todavía hay comunidades sin escuelas y sin servicios básicos, iguales o peor que casi 10 ó 20 años. Vayan y conozcan la realidad de Villa Florida. Sabían que hay escuelas de tabique y motacú donde un profesor enseña de primero a quinto grado? Pues, vayan y cerciórense en la comunidad Segunda Línea, en la jurisdicción de El Torno. Todo esto lo digo con conocimiento de causa, no de memoria, sino porque he palpado esa triste realidad.

Insisto, no estoy de acuerdo con el “Museo de la Revolución Democrática y Cultural-Orinoca”. Y no lo digo por odio, porque odio no tengo en mi corazón contra nadie. Tampoco lo digo porque el presidente sea un indígena, por el contrario valoro mucho lo bueno que ha hecho y lo respeto como ser humano. Lo que siento es impotencia con nuestros gobernantes porque gastan millones de bolivianos en otras prioridades y no en las verdaderas necesidades del pueblo.

*Periodista y diplomado en el Tecnológico de Monterrey, México.

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