Inflación en Bolivia suma 1,66 % en febrero y 10 % en últimos doce meses

La Paz, 9 de marzo de 2011 – EFE.- El Índice de Precios al Consumidor (IPC) subió en Bolivia 1,66 % en febrero, acumuló 2,97 % en lo que va de año y llegó a 10 % en los últimos 12 meses, muy por encima de las metas del Gobierno de Evo Morales, informó hoy el Instituto Nacional de Estadística.

El Gobierno ya corrigió la previsión de inflación de 2011 del 4 %, calculado inicialmente, al 6 % pero se cubrió la mitad de esa última meta en solo dos meses por el aumento de precios, especulación y escasez de alimentos desatada por el llamado «gasolinazo».

Los bolivianos llaman así al decreto por el que se aumentaron en un 82 %, los precios de los combustibles y que tuvo que ser derogado una semana después por protestas y disturbios callejeros.

Los artículos que más incrementaron sus precios en febrero fueron los alimentos (2,90 %), la hostelería (1,67 %) y el transporte (1,64%).

A pesar de la derogación del «gasolinazo» -el llamado «reculazo»- ni la inflación, ni las protestas han frenado, y se prevé que continúen las manifestaciones como muestra de rechazo a los ajustes salariales decretados esta semana.

Morales dictó un aumento salarial del 10 %, tres puntos porcentuales por encima del IPC de 2010 para militares, policías, educadores y salubristas, sectores clave que suman el grueso de los funcionarios públicos; y subió 20 % el salario mínimo mensual, que queda en 815 bolivianos (116 dólares).

Bolivia tiene el salario mínimo más bajo de Suramérica, la mitad que en el vecino Perú y la cuarta parte de la también limítrofe Argentina, según el Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA).

La Central Obrera Boliviana (COB), la mayor organización sindical del país, en el pasado afín al mandatario, tildó de insuficiente el 10 %, que rige también como mínimo para el sector privado, y anunció movilizaciones cuando terminen los festejos del Carnaval la semana próxima.

Los empresarios privados han señalado que los aumentos pueden acentuar la inflación y causar despidos, porque muchos empleadores no podrán pagarlos.

La popularidad del mandatario nacionalista e indigenista ha caído del 70 % al 32 % en los últimos doce meses, según las últimas encuestas.

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