Javier Gómez: El empleo precario ‘se ha perpetuado’ en Bolivia en los últimos treinta años

La Razón / 23 de febrero de 2015

Marilyn Choque

El Director Ejecutivo del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA) hace una breve reseña los 30 años de trabajo de la institución, la cual se fundó el 21 de enero de 1985. En estas tres décadas, el centro de investigación realizó estudios nacionales e internacionales, y generó y difundió conocimiento crítico sobre la problemática laboral en Bolivia con incidencia en el debate público y en la acción de los trabajadores y sus organizaciones.

 

— ¿Cuántas áreas de investigación tenía el CEDLA cuando nació y cuántas tiene ahora?

— El CEDLA nació en 1985 como una institución para realizar estudios sobre los mercados de trabajo y el desarrollo agrario (…). Hoy tenemos áreas de investigación en empleo y relaciones laborales, política agraria, política económica, industrias extractivas, y derechos indígenas y territorio. Nos hemos especializado en esas cinco áreas, pero si existe la necesidad de abordar otros temas lo hacemos.— ¿Con cuántos investigadores comenzó a trabajar el centro de estudios y cuántos tiene hoy?

— Actualmente contamos con 15, entre economistas, sociólogos, antropólogos y comunicadores sociales. Empezamos con diez, especializados en el campo de la economía y la sociología. De esos, dos todavía quedan como investigadores permanentes, otros han creado otras instituciones o se han convertido en funcionarios públicos.

— De investigadores a autoridades del Gobierno…

— El CEDLA es una institución relacionada con el conocimiento para la transformación de la sociedad y ha formado al menos a 200 investigadores del país y del exterior, quienes luego de haber hecho su trabajo han desempeñado, en muchos casos, cargos importantes en el aparato estatal. Por aquí han pasado Carlos Villegas, fallecido presidente de YPFB y uno de los fundadores del CEDLA, y Graciela Toro, ex ministra de Planificación, entre muchos otros nombres.

— En estas tres décadas, ¿cuántas obras publicó la institución?

— Más de 500 libros y 1.000 revistas y folletos. Somos el centro de producción de conocimiento socioeconómico más importante del país.

 

— ¿Su labor les trajo problemas?

— Hemos tenido problemas con los gobiernos de Hugo Banzer (+), Gonzalo Sánchez de Lozada, Jorge Quiroga, Carlos Mesa y Evo Morales, porque hemos sido críticos con algunas de sus políticas y por defender los derechos de los trabajadores (…). No nos adscribimos a ninguna militancia política, hacemos investigación crítica.

— ¿Cuál ha sido el momento más duro que vivió el CEDLA?

— Fueron muchos, porque en Bolivia no se reconoce la investigación. Muchas veces nos faltó financiamiento y tuvimos que reducir nuestro personal, también hemos sufrido trabas burocráticas con intenciones de que el centro deje de funcionar y deje la investigación. Estas trabas pueden atemorizar a organizaciones internacionales que quieran financiar instituciones críticas como la nuestra. Las ONG extranjeras pueden tener miedo de tener problemas con el Gobierno de turno.

 

(…). El momento más crítico fue en 2003, cuando tuvimos un debate interno sobre la reforma de nuestra institución. Ese año hubo una división en el CEDLA, algunos se fueron a trabajar con el Gobierno actual y otros se quedaron para seguir haciendo investigación crítica. Fue un punto de inflexión donde se decidió, entre los que quedamos, continuar como una institución independiente.

— ¿Cómo se financian?

— El financiamiento viene en general de Europa, de fuentes privadas, una parte se cubre con consultorías que hacemos nosotros mismos. Recibimos recursos directos de entidades públicas como la nuestra, pero no de gobiernos. — ¿Cómo les afectó la expulsión en 2013 de una de sus financiadoras, IBIS, según el Gobierno, por injerencia política?

— Económicamente, nos afectó pero no trascendentalmente. Ha sido un momento de inflexión. Desde entonces, la cooperación considera que su funcionamiento en Bolivia puede ser suspendido si no le gusta algo al Gobierno, ése es un tema muy duro porque se restringe nuestra libertad de acción, así como el de todas las instituciones sin fines de lucro en el país (…). La salida de IBIS de Bolivia la consideramos como parte del plan del Gobierno para impedir el funcionamiento independiente de las entidades de financiamiento que trabajan derechos humanos.

— ¿Cuántos ciclos económicos identificó el CEDLA en Bolivia durante estos 30 años?

— El primero es la crisis económica del denominado Estado de Bienestar, que se prolongó de  1952 a 1985, luego están la emergencia del ajuste estructural del neoliberalismo, la crisis del mismo y el llamado proceso de cambio o de Economía Plural Comunitaria.

— ¿Cuál ha sido el factor común durante estos cuatro ciclos?

— Se ha perpetuado la precarización del trabajo. Si bien hay menos desempleo, hay más empleo eventual, es decir, buena parte de esa gente vive con salario, pero sin protección en salud y sin jubilación. Más allá del neoliberalismo y el proceso de cambio, la gran mayoría de los bolivianos sigue viviendo desprotegida y con empleos muy precarios. Éste es hoy el factor común, porque si una persona gana unos Bs 1.500 vuelve a ser pobre si se enferma de una simple apendicitis, porque todo el salario se va al pago de la atención médica. La gente vive en condiciones precarias más allá de que tenga un salario. Las personas de 60 años o más tienen que seguir trabajando porque no les alcanza su Renta Dignidad (de Bs 250 al mes).

– ¿Cuáles son las proyecciones económicas para Bolivia en éste y los próximos años?

– El país no desarrolló mayores condiciones productivas y tiene una sociedad desigual con nuevos ricos y muchos más pobres (Pese a ello), este año la economía se mantendrá estable. El impacto de la caída del precio del petróleo en los ingresos fiscales va a ser rebatido por la inversión pública y la liquidez en la economía. El 2016 será un año distinto, caerán los ingresos por la exportación de materias primas que le permitieron al país tener divisas y una bonanza económica que, a su vez, aumenta hoy aceleradamente el consumo de bienes importados, lo que vuelve a Bolivia frágil.

— ¿Cuál el desafío que deberá superar el Gobierno?

— Debe superar su cortoplacismo, comenzar a mirar realmente cómo hacer una política que transforme la estructura productiva del país. El reto es acelerar el proceso de industrialización —porque se acordaron tarde de hacerlo— para que tenga frutos en tres o cuatro años. Por ahora, lo único que les queda es hacer políticas contracíclicas, es decir, intentar invertir en el país para que no hayan procesos recesivos.

 

Perfil

Nombre: Javier Gómez Aguilar

Nació: 17-09-1965

Profesión: Economista

Cargo: Director Ejecutivo del CEDLA

 

Estudió Economía en la Universidad Nacional de Córdoba (Argentina) e hizo estudios de posgrado en la Universidad de Santiago de Chile. Fue secretario técnico del Capítulo Boliviano de Derechos Humanos, Democracia y Desarrollo; director ejecutivo de la Federación de Asociaciones Municipales de Bolivia; y docente de la Universidad Católica Boliviana. Cuenta con varios trabajos en desarrollo, género y medio ambiente para organizaciones nacionales e internacionales. Es coautor de la obra Promesas en su laberinto. Cambios y continuidades en los gobiernos progresistas de América Latina y autor de otros varios escritos. Ejerció la dirección ejecutiva del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario durante dos períodos: de 1999 a 2005 y de 2007 hasta la fecha.También fue responsable de la Unidad de Políticas Públicas de la institución.

 

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