Página Siete • Crítica de los intelectuales • 18/08/2015
Editorial
Una treintena de intelectuales de América Latina y otras regiones del mundo, han enviado una carta pública al vicepresidente Álvaro García Linera en la que critican sus amenazas contra las ONG. La carta, que está firmada en general por académicos del mundo progresista, algunos de los cuales en el pasado apoyaron al régimen de Evo Morales, como Boaventura de Souza Santos, es muy explícita en su rechazo a las amenazas y chantajes del régimen contra ONG y fundaciones bolivianas.
Hace poco, García Linera atacó a las ONG Centro de Estudios y Desarrollo Laboral (CEDLA) y Centro de Documentación e Información (CEDIB) y a las fundaciones Tierra y Milenio, las acusó de «mentir” y de realizar «trabajo político”. Además, amenazó con «expulsarlas” del país, algo que es completamente irregular, porque son bolivianas. Como le respondió CEDLA, si las expulsa sería el exilio de sus directivas, es decir los mismos mecanismos utilizados por las dictaduras del pasado.
La carta desea hacerle llegar «la preocupación (de los firmantes) frente a las infundadas acusaciones y amenazas de expulsión vertidas por usted el lunes 9 de agosto pasado contra cuatro ONG de larga trayectoria en Bolivia”.
«Dichas acusaciones y amenazas constituyen un gesto de autoritarismo e intolerancia de su parte que, además de concretarse por la vía de la expulsión, implicarían un grave corrimiento respecto de la restricción de los derechos civiles; entre ellos, la libertad de expresión y de asociación y, por consiguiente, un retroceso enorme para la democracia boliviana”.
Los intelectuales firmantes, algunos de los cuales son amigos personales de García Linera, han coincidido con un concierto de voces bolivianas que han lamentado y rechazado este nuevo gesto autoritario del Vicepresidente. Pero lo interesante de la carta es que proviene, justamente, no de personas que pueden ser calificados de «derecha” o manipulados por los gobiernos de Chile o EEUU, como se suele calificar de manera demagógica a quien vierte alguna crítica. No ahora, no. Boaventura de Souza Santos no es de derecha ni manipulado por gobiernos extranjeros, ni tampoco la exesposa de García Linera, Raquel Gutiérrez, o el expresidente de la Asamblea Constituyente ecuatoriana, Alberto Acosta, ni Maristella Svampa, del Conicet argentino, ni Eduardo Gudynas (de Clades de Uruguay). En fin, no pesa sobre ninguno de los firmantes ninguna sospecha de interés sectario, pero sí de procurar hacer ver lo que las autoridades bolivianas ya no perciben: que sus actos son cada vez más antidemocráticos y que una sociedad que no debate, no crítica y no opina ya no es posible en estos tiempos.
Los intelectuales, algunos de los cuales son amigos personales de García Linera, han coincidido con voces bolivianas que rechazan este gesto autoritario.
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