La Patria • Bolivia pierde al estar bajo la dependencia del “extractivismo”
• Sigue campeando el patrón de desarrollo primario exportador. El pago de bonos sociales es mucho mayor que la inversión productiva, dice el economista Javier Gómez.
Durante los últimos años, la dependencia de la renta proveniente de las industrias extractivas (minería e hidrocarburos) en Bolivia no ha permitido la modificación del patrón de desarrollo primario exportador, advirtió el director ejecutivo del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (Cedla), Javier Gómez.
En el cierre del Seminario “Crisis económica y Políticas energéticas”, organizado la pasada semana por la Plataforma Energética, Gómez dijo que en el contexto de la actual crisis económica internacional, esta dependencia de la renta de las industrias extractivas podría incrementarse por las actuales políticas gubernamentales que no plantean una orientación distinta a los períodos anteriores y por una mayor presión por captar renta monopólica por parte de las empresas transnacionales en los sectores extractivos ligados a la generación de energía, dice un informe de la Plataforma Energética dado a conocer a LA PATRIA.
Según el documento, el director del CEDLA señaló que la mayor participación de la renta en los hidrocarburos y el incremento de los precios internacionales del petróleo durante los últimos 4 años no significaron la posibilidad de reorientar la inversión pública hacia el sector productivo con miras a su transformación.
“Por ejemplo, durante los últimos años, la inversión pública en el sector hidrocarburos se ha reducido respecto de la existente en 1997 hacia delante, periodo en el que se implementó la capitalización y en el que, como sabemos, se redujo significativamente con relación a la primera parte de la década del noventa, en la que el Estado tenía mayor control y participación en el sector”, indicó el director de la organización no gubernamental que coordina las labores de la Plataforma de Política Energética.
La orientación de la inversión pública hacia el sector productivo no tiene la misma importancia que la redistribución directa a través de bonos para la población, lo que significa pensar sólo en el corto plazo en desmedro del largo plazo, enfatizó el investigador.
“Durante el 2009, 364 millones de dólares fueron gastados en bonos de distribución directa a la población, es decir más de 50% superior a la inversión en el sector productivo”, puntualizó. Esta tendencia significará que la dependencia de mayores ingresos fiscales provenientes de las industrias extractivas para cumplir tareas sociales será mayor, en la medida en que se cuente con un sector productivo débil.
El director del Cedla expuso también que si bien existieron mayores ingresos fiscales provenientes de la renta de los hidrocarburos, la presión tributaria sobre el consumo de los ciudadanos se ha mantenido en alza.
La presión tributaria alcanzó en el 2009 un 25% del Producto Interno Bruto (PIB), uno de los más altos de la región, lo que significa que el actual financiamiento del Estado continúa dependiendo del trabajo de los bolivianos.
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