Vuelven las ganancias, pero no logran revitalizar la economía real en muchas economías avanzadas
Informe sobre el Trabajo en el Mundo 2013
La rentabilidad ha recuperado los niveles anteriores a la crisis en muchos países, pero en la mayoría de las economías avanzadas, las inversiones siguen por debajo.
Noticia | 3 de junio de 2013
GINEBRA (OIT Noticias) – La incapacidad de transformar las ganancias en inversiones en las economías avanzadas está retardando la recuperación del empleo, de acuerdo con el informe de la OIT sobre el Trabajo en el Mundo 2013.
El informe constata que las economías avanzadas contribuyeron con sólo una tercera parte de las inversiones en 2012, en comparación con más de 60 por ciento en 2000. Al mismo tiempo, en esos países el crecimiento del empleo sigue siendo débil y los niveles de empleo permanecen por debajo de los niveles anteriores a la crisis.
Por otra parte, las economías emergentes representaron cerca del 47 por ciento de las inversiones mundiales en 2012, en contraposición con sólo 27 por ciento en 2000. En promedio, el empleo creció sólo alrededor de 7 por ciento entre 2007 y 2012.
A escala mundial, las inversiones se situaron un punto porcentual por debajo de los niveles anteriores a la crisis. En las economías avanzadas, el descenso equivale a tres puntos porcentuales.
“Existe una relación evidente entre las inversiones y el empleo. Mejorar la actividad de inversión es fundamental para permitir que las empresas aprovechen las nuevas oportunidades, se desarrollen y contraten a nuevos empleados”, señaló Raymond Torres, Director del Instituto Internacional de Estudios Laborales de la OIT.
Las ganancias regresan, pero no son invertidas
La participación de los beneficios en la economía total aumentó de 3,4 puntos porcentuales en los países de ingreso medio del G-20, y de 2,2 puntos porcentuales en los países de ingreso alto del G-20. A pesar de este incremento, las inversiones en los países de ingreso alto del G-20 disminuyeron de 3,6 puntos porcentuales durante el mismo período.
El incremento de los márgenes de beneficio también se refleja en los índices bursátiles mundiales, los cuales, en diversas ocasiones se situaron – o excedieron – los máximos históricos. Desde la caída de comienzos de 2009, los índices bursátiles se han duplicado.
A nivel de empresa, los márgenes de beneficio de las grandes empresas aumentaron desde 2008, y en la actualidad se sitúan casi en los mismos niveles alcanzados entre 2004 y 2007. Pero en vez de colocar estos beneficios en la economía real a través de las inversiones productivas, con mayor frecuencia estos ingresos adicionales han sido dirigidos hacia mayores tenencias en efectivo.
Los depósitos en efectivo de la empresas que cotizan en las bolsas, tanto en las economías avanzadas como en las emergentes y en desarrollo, incrementaron de 2,3 billones (millones de millones) de dólares en 2000 a 5,2 billones en 2008 y crecieron aún más durante la crisis, alcanzando 6,5 billones de dólares en 2011.
A las empresas más pequeñas no les fue tan bien, con márgenes de beneficio más de 40 por ciento por debajo del promedio alcanzado entre 2004 y 2007.
“Observamos una polarización entre las grandes y pequeñas empresas en términos de rentabilidad. Estas últimas siguen enfrentando dificultades. Esto es especialmente preocupante, ya que las pequeñas y medianas empresas, en condiciones normales, deberían contribuir de manera significativa con la creación de empleo”, indicó Raymond Torres.
La demanda y el crédito son indispensables para las inversiones
La reducción del acceso al crédito, en especial para las pequeñas empresas, es un gran obstáculo para las inversiones.
El informe comprueba que “las empresas que experimentan restricciones financieras invierten sólo la mitad de sus activos en relación a las empresas sin restricciones, lo cual tiene un impacto negativo sobre la creación de empleo”.
Muchas pequeñas y medianas empresas (PYME) siguen notificando un endurecimiento de las condiciones de crédito.
El informe sugiere que las inversiones están siendo inhibidas por la insuficiencia de la demanda de bienes y servicios en general, así como por una falta de confianza en el futuro de la economía.
Incremento de la remuneración de los ejecutivos
En las grandes empresas, la remuneración de los ejecutivos ha demostrado ser resistente a la crisis. En los países para los cuales se dispone de datos, la remuneración de los ejecutivos regresó, y en algunos casos superó, los niveles anteriores a la crisis.
En Alemania y Hong Kong, por ejemplo, la remuneración promedio de un director ejecutivo de una empresa grande aumentó de más de 25 por ciento entre 2007 y 2011. Como consecuencia, la relación entre la remuneración de un director ejecutivo y la remuneración promedio en la economía creció de 155 a 190 en Alemania y de 135 a casi 150 en Hong Kong. En 2011, en Estados Unidos, los directores ejecutivos de las empresas más grandes ganaron en promedio 508 veces más que un trabajador promedio de ese país.
Entre las empresas más grandes examinadas, las primas calculadas en base a la rentabilidad a corto plazo representan más de una tercera parte de la remuneración total en promedio, y más de dos terceras partes si se suma al pago basado en acciones.
Invertir en la economía real
El informe destaca la necesidad de centrarse en la economía real y de adoptar medidas dirigidas a reducir la incertidumbre económica y a estimular el crecimiento, que tienen repercusiones positivas sobre la demanda agregada y la creación de empleo.
El informe indica una gran variedad de ejemplos de medidas para restablecer el crecimiento de las inversiones, como por ejemplo:
Mejorar el tratamiento fiscal de los beneficios destinados a las inversiones productivas.
Incrementar las inversiones públicas en infraestructuras, investigación y desarrollo de los proyectos “verdes”, a fin de estimular las inversiones de las empresas privadas. Esto está ilustrado por las tendencias recientes en diversos países de América Latina, en China y en la República de Corea.
Mejorar la reglamentación financiera de manera que los proyectos viables puedan acceder al crédito, en particular los de las pequeñas y medias empresas intensivas en empleo. Esto puede asumir diversas formas, desde bancos de desarrollo como en Brasil, hasta una mejor reglamentación financiera de los bancos comerciales, como en Australia y Turquía.
Reformar la gobernanza empresarial, incluyendo el ajuste de la remuneración de los ejecutivos de acuerdo con criterios de equidad y eficiencia. La UE y Suiza hace poco anunciaron reformas en esta dirección.
El informe hace además un llamado a favor de un incremento urgente de los flujos de crédito para las PYMEs a través de garantías de crédito, financiamiento y otros medios.
http://ilo.org/global/about-the-ilo/newsroom/news/WCMS_214642/lang–es/index.htm
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