El gas en la mira
El Nacional/ 29 julio 2014
Manilo Dinucci
Para comprender una de las razones por las que Israel ataca a Gaza es preciso ir a las profundidades, exactamente hasta 600 m. bajo el nivel del mar. Allí, en aguas territoriales palestinas, hay un enorme yacimiento de gas natural, Gaza Marina, estimado en 30.000 millones de metros cúbicos por un valor de miles de millones de dólares. Otros yacimientos de gas y de petróleo, según el mapa revelado por la agencia gubernamental estadounidense U.S. Geological Survey se encuentran en tierra firme en Gaza y Cisjordania.
En 1999, a través de un acuerdo firmado por Yasser Arafat, la autoridad Palestina confió la explotación de Gaza Marina a un consorcio formado por British Group y Consolidated Contractors (compañía privada palestina) con el 60% y el 30% respectivamente de las acciones, mientras el Fondo de inversión de la Autoridad Palestina se quedaba con un porcentaje del 10%. Se perforaron dos pozos, “Gaza Marina 1″ y “Gaza Marina 2″, que no entraron nunca en producción porque están bloqueados por Israel, que pretende obtener todo el gas a precio de saldo. Por intermediación del exprimer ministro inglés Tony Blair, enviado del “Cuarteto para Medio Oriente”, se preparó un acuerdo con Israel que se quedaba con las tres cuartas partes de los futuros ingresos del gas palestino, depositando la parte correspondiente en una cuenta internacional controlada por Washington y Londres. Pero inmediatamente después de ganar las elecciones de 2006, Hamás rechazó el acuerdo calificándolo de robo y éxigió otra negociación.
En 2007 el actual ministro de Defensa, Moshe Ya’alon expresó que “el gas no puede extraerse sin realizar antes una operación militar que erradique el control de Hamás en Gaza”. Israel lanza entonces la operación “Plomo fundido” contra Gaza. En septiembre de 2012, la Autoridad Palestina anuncia que pese a la oposición de Hamás retoma las negociaciones sobre el gas con Israel. Dos meses después la admisión de Palestina en la ONU como “Estado observador no miembro” refuerza la posición de la Autoridad Palestina en las negociaciones. Gas Marino queda sin embargo bloqueado, impidiendo a los palestinos explotar su propia riqueza natural. Llegada a este punto la Autoridad Palestina opta por otra vía. El 23 de febrero de 2014, en la reunión del presidente palestino Abbas con el presidente Putin, se discute la posibilidad de entregar a la empresa rusa Gazprom la explotación del yacimiento de gas de las aguas de Gaza. Lo anuncia la agencia Itar-Tass, destacando que Rusia y Palestina están formalizando su cooperación en el área energética.
En este marco, además de la explotación gasífera se prevé también explotar un yacimiento petrolero en la ciudad palestina de Ramala, Cisjordania. En la misma zona la empresa rusa Technopromexport está encarando la construcción de una fábrica termoeléctrica con una potencia de 200 MW. La formación del nuevo Gobierno palestino de unidad nacional del 2 de junio de 2014, refuerza la posibilidad de que el acuerdo palestino-ruso llegue a buen puerto. Diez días después, el 12 de junio, ocurre el secuestro de los tres jóvenes israelíes encontrados después muertos el 30 de junio, el casus bellique desató la operación “Margen Protector” contra Gaza. Operación que forma parte de la estrategia de Tel Aviv para apropiarse también de todas las reservas de la cuenca del levante palestinas, libanesas y sirias incluidas y por lo tanto también Washington, que apoyando a Israel pone bajo su control a todo Medio Oriente impidiendo que crezca la influencia de Rusia en la región. Una mezcla explosiva cuyas víctimas vuelven a ser los palestinos.
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