En Bolivia seguimos manteniendo un rol de país proveedor para la industria de los países desarrollados. 

En Bolivia persiste un patrón de acumulación económica primaria exportador, seguimos manteniendo un rol al que nos ha condenado la división capitalista como países proveedores de materia prima para la industria de los países desarrollados.

El Gobierno nunca ha cuestionado eso, lo único que ha dicho que con la industrialización, con algunos proyectos, superaríamos esto, que sería una etapa transitoria, que sería solamente una necesidad de contar con recursos para ir construyendo el socialismo.

Todo ese discurso se cae porque en realidad el corazón de sus políticas es exacerbar esta explotación de recursos naturales que le rinde rentas fiscales, rentas que para nuestro caso en esta década han sido extraordinariamente grandes; no hemos tenido un periodo tan largo con niveles elevados de ingresos al país; esto ha sido aprovechado por el Gobierno para llevar adelante una política supuestamente redistributiva mediante bonos asistenciales, subvenciones, etcétera y muy limitadamente con apoyo a la producción, al cambio de la matriz productiva.

Para eso ha servido el discurso que le llaman pachamámico, un discurso indigenista, culturalista, para presentar como una política muy novedosa, alternativa al capitalismo y que provendría de ciertos valores culturales de los pueblos indígenas. Han creado una fantasía de una visión fantástica del mundo.

Hoja de Vida

Origen. Carlos Arze nació en La Paz.
Profesión. Estudió economía en la UMSA. Es especialista en temas económicos y laborales, y por muchos años investigador titular del CEDLA.
Libros. Es autor de publicaciones y diversos artículos sobre temas sindicales y laborales.
El experto dice que este discurso cae muy bien en algunas burocracias que quieren salvar el mundo.¿Pachamama o muerte… se cumple esa postura en Bolivia o no?Esta es una postura que yo la califico, con todas las letras, de demagógica. Es una postulación, son ideas que no corresponden a las acciones del Gobierno. Es un discurso simpático afuera porque es evidente que hay una crisis medioambiental y ecológica en el mundo, y es una preocupación de todos. Hay círculos en los que vende bien este discurso.
Por ejemplo, en organismos internacionales hay una burocracia que vive de postular supuestas soluciones a los problemas del mundo y les cae bien que un Presidente popular, indígena, plantee estas cosas en escenarios donde aparecen las mismas burocracias de la ONU como si estuviesen preocupadas por el planeta cuando en realidad esos mismos organismos han permitido todo tipo de tropelías, de violaciones a los derechos ambientales.

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