jornadanet.com • Advierten sobre la «tentación» de la exportación primaria • 22/09/2014

Frente a una nueva crisis económica mundial, los países de América Latina están ante la «tentación» de volver al camino primario exportador de materias primas y de aceptar la Inversión Extranjera Directa (IED) que va a profundizar su dependencia, indicó el investigador y economista brasileño Luciano Wexell Severo, quien plantea la discusión de una industrialización soberana y la integración regional.

El economista explicó que en este momento existe una situación parecida a la economía de los años 30 que empujan a los países llamados periféricos a profundizar su carácter de exportadores de materias primas. Como uno de los invitados al seminario «Dependencia y desarrollo: la industrialización en la región y en Bolivia», organizado por la XI Cátedra Libre Marcelo Quiroga Santa Cruz, con apoyo del CEDLA, el Grupo sobre Política Fiscal y Desarrollo y la UMSA, «Wexell explica que los factores como la gran crisis internacional y el incremento de precios de las materias primas (demandadas por los países industrializados) empuja a nuestros países a profundizar el subdesarrollo.

«En ese sentido –afirmó-, nuestro camino debería ser estudiar, debatir, sobre las formas de industrializarnos de manera más autónoma y soberana, sin tantos beneficios al capital que llega, sin exenciones de impuestos, sin indultos, (sin) donaciones de terrenos o facilidades, sin tanta permisividad, para prevenir flujos (de ganancias) al exterior». Pero la propuesta de una industrialización autónoma está acompañada de la idea de integración regional, con el propósito de juntar fuerzas para maniobrar en los juegos de poder y generar mercados para países con poblaciones pequeñas, «como una plataforma de exportación para países vecinos».

En criterio de Luciano Wexell, los países de América Latina están nuevamente ante tres opciones o caminos para seguir en su economía: la primera opción es perpetuar la condición de países exportadores primarios, concentrados en la explotación de materias primas; la segunda es impulsar la industrialización dependiente que, en última instancia, puede generar complicaciones porque la inversión extranjera que ingresa al país, a la vez sale todos los meses; y el tercer camino es que los gobiernos, las universidades, los partidos políticos, las empresas y bancos estatales, y el pueblo organizado formen una unión para promocionar el proyecto de industrialización soberana, autónoma y para beneficio de la calidad de vida de cada población.

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