Opinión•Más de la mitad de la población continúa sumida en la «pobreza multidimensional»
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“La orientación de la política pública no garantiza la seguridad de ingresos para las y los bolivianos, además que amplía las brechas de desigualdad en el acceso a recursos, oportunidades, participación política y seguridad ciudadana; esto se evidencia en que 61 de cada 100 bolivianos son pobres multidimensionales”, señala una investigación del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA).
El CEDLA desarrolló el Índice de Pobreza Multidimensional (IPM), que mide la pobreza y las desigualdades actuales en Bolivia, el cual será presentado oficialmente este miércoles en el seminario internacional “Desigualdades y Pobreza Multidimensional: Desafíos de la política pública”.
De acuerdo con los investigadores del estudio, “la pobreza es la negación de los derechos humanos; las políticas públicas debieran estar orientadas a dar solución a los problemas derivados de la falta de condiciones para su ejercicio pleno, por su relación fundamental con la democracia y el desarrollo”.
El CEDLA señala que el Estado boliviano tiene obligación legal y moral en la reducción de la pobreza; “el cumplimiento de esta obligación está subordinado a las relaciones de poder y a las correlaciones de fuerza predominantes en la sociedad que impiden el ejercicio de derechos”, cuestiona.
Pobreza multidimensional: ¿qué es?
“La pobreza se produce socialmente y es multidimensional; se puede medir desde distintas perspectivas, dimensiones e interacciones, así como identificar sus causas estructurales”, indica el documento.
El estudio identifica una diferencia sustancial con la tradicional forma de medir la pobreza por ingresos: “En 2017, el 34 por ciento de la población boliviana era pobre por ingresos, mientras que los pobres multidimensionales llegaron al 61 por ciento ”, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) y el IPM del CEDLA, respectivamente.
La institución señala que entre estas dimensiones se encuentra la falta de acceso a recursos monetarios y de bienes durables (como bienes del hogar, el logro educativo o el acceso a internet), la cual “influye significativamente en la incidencia de la pobreza multidimensional de las y los bolivianos”.
Asimismo, el IPM destaca al “acceso a empleo de calidad, así como a salud y educación como otras dimensiones importantes que no permiten salir de la pobreza, lo que revela la falta de oportunidades”.
Hay dos dimensiones nuevas en la composición del IPM; una se refiere a la pérdida de poder y voz de la población, que ha generado más pobreza, “debido a la división y fragmentación de las organizaciones sociales, así como su menor participación e influencia en las decisiones políticas”.
La otra dimensión nueva en el estudio se refiere a la seguridad humana, la cual se ha convertido en “una dimensión cada vez más importante de la pobreza multidimensional, por la mayor prevalencia de violencia dentro y fuera del hogar (feminicidios, asaltos, muerte, trata y tráfico de personas)”.
Quiénes son y dónde están los pobres multidimensionales.
De acuerdo con el CEDLA, los campesinos y colonos (84,9 por ciento ), los trabajadores asalariados agrícolas (70 por ciento ), los obreros urbanos (60,8 por ciento ) y los trabajadores independientes (59 por ciento ) son los más pobres, de acuerdo al índice de pobreza multidimensional (IPM).
En el estudio, se señala que siete de cada diez personas en el área rural viven en pobreza multidimensional. “Cuando las mujeres y los indígenas son jefes de hogar en las ciudades, cumplen las condiciones de pobreza multidimensional similares a las del área rural”, indica el IPM del CEDLA.
Asimismo, concluye que Potosí (68 por ciento ), Beni (63,9 por ciento ), Oruro (62 por ciento ) y La Paz (60,5 por ciento ), son los departamentos que tienen más incidencia de pobreza, por encima del promedio nacio
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