En 2013,0,06%fue el porcentaje de las regalías pagadas por las cooperativas auríferas con relación al valor total de la producción de oro ($us 254 millones), un pago insignificante ($us 163 mil) (Poveda, P. et. al, CEDLA, 2015).
En 2011, sólo7de cada 100 jóvenes ocupados paceños tenían un empleo pleno y de calidad, menor a los adultos (24 de cada 100) (ECEDLA 2011).
En 201355%de los y las jóvenes alteños/as desocupados tardaban entre uno a tres meses para conseguir un nuevo empleo; en los adultos la proporción es menor (Encuesta de Empleo y Salarios CEDLA – IRD 2013).
En 2013,19,6%fue la tasa de desempleo de las mujeres jóvenes en la ciudad de El Alto, casi dos veces más que la de los jóvenes (Encuesta de Empleo y Salarios CEDLA – IRD 2013).
En 2015, un considerable53%sería el porcentaje de toda la deuda pública de Bolivia respecto del PIB, en caso de oficializarse el crédito del gobierno chino y sumando la deuda interna (4.112 millones de dólares) (Elaboración propia con base en datos oficiales y de prensa).
En 2013, apenas10,4%de la masa monetaria destinada al doble aguinaldo, se estimó, habría llegado a los obreros del país, mientras que un considerable 86,1% de este monto benefició a los empleados, especialmente del sector público (Alerta laboral, dic. 2013).
En 201380%de los trabajadores urbanos habrían recibido sólo el 33% de la masa monetaria destinada al doble aguinaldo, mientras que un minoritario 20% se habría apropiado del 67% de este monto; señal de la desigual distribución de este beneficio (Alerta laboral, dic. 2013).
En 2013,64%de los jóvenes ocupados de 15 a 24 años en El Alto (52.263) trabajaban en calidad de asalariados, una muestra del incremento del trabajo asalariado en Bolivia (Encuesta de Empleo y Salarios CEDLA – IRD 2013).
Hasta diciembre 2012Bs. 1.120 fue el promedio de pago de la Compensación de Cotizaciones mensual para las mujeres jubiladas, inferior al de los hombres (Bs. 1.600), (Escobar, S. y Gamboa, R. CEDLA 2014).
En 201210,4%de los jóvenes paceños constituían la población NINI (ni estudian, ni trabajan); en América Latina, en el mismo año, el promedio fue del 20% (EE-GAMLP 2012).
