En 2014, fuertes lluvias ocasionaron retrasos en la obra y la pérdida del 20% de los cultivos de caña para la producción de azúcar.
La falta de caminos y el mal tiempo ponen en riesgo la producción de azúcar del ingenio San Buenaventura -que será entregado este año- y la llegada de sus productos al mercado. Sucede que las dos vías por las cuales podría ser trasladada la producción se encuentran en construcción y estarán listas después del 2018.
En la actualidad, la única forma de acceso a la población de San Buenaventura, donde se encuentra el ingenio, es a través de lanchas que parten de la ciudad de Rurrenabaque y cruzan el río Beni. Esto se evidenció durante la inspección que realizaron los legisladores de la comisión mixta, el pasado 7 de abril y a la que asistió Página Siete.
De acuerdo con el gerente general de la Empresa Azucarera San Buenaventura (EASBA), Ramiro Lizondo, la producción del ingenio (azúcar, alcohol y bagazo hidrolizado) tendrá que salir al mercado mediante pontones que deberán cruzar el río.
«Deberá hacerse de esta forma durante por lo menos los próximos tres años, ya que los proyectos de construcción de un puente que cruce el mencionado río y de la carretera Ixiamas-San Buenaventura estarán listos sólo en ese lapso”, reveló en una entrevista.
Desde la presentación del proyecto del puente sobre el río Beni, en 2015, han surgido voces de protesta en Rurrenabaque, respecto a la ubicación del mismo y a su impacto ambiental y sobre el turismo. La construcción del puente fue encargada a la empresa china Sinopec y se inició durante los primeros meses de 2015.
Otro factor es la calidad de los caminos existentes, en su mayoría afirmados y de tierra, siendo susceptibles a inundaciones y otros daños en época de lluvias.
EASBA planea producir 11.000 quintales de azúcar al día. Además, al rededor de 100 mil litros de alcohol una vez se ponga en operación, el 30 de septiembre.
Mal tiempo
La producción azucarera de EASBA también está en riesgo por los efectos de la lluvia en la zona. En 2014, las fuertes lluvias retrasaron la construcción del ingenio, además fuertes pérdidas en los cultivos.
«En dos meses llovió lo que generalmente llueve en todo el año. Nos ha perjudicado un poco. Tuvimos que paralizar actividades y hemos tenido pérdidas en nuestros cultivos de caña de aproximadamente el 20%”, afirmó entonces Lizondo.
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