El valor de reservas de oro del BCB baja a $us 1.590 millones
Página Siete
La caída es atribuida al descenso de la cotización del metal hasta los actuales 1.108 dólares por onza troy. El metal precioso ya no es atractivo frente al dólar.
Entre 2012 y el 10 de julio de 2015, el valor de las Reservas Internacionales Netas (RIN) en oro del Banco Central de Bolivia (BCB) disminuyó de 2.267 millones de dólares a 1.590 millones de dólares.
Esta baja es atribuida a la caída del precio internacional del oro y la valorización del dólar, según los expertos del área.
El máximo valor de las reservas internacionales de oro se alcanzó en 2012, desde entonces la caída fue progresiva. En 2013 equivalían a 1.647 millones de dólares, en 2014 a 1.642 millones de dólares y en enero de 2015 a 1.722 millones de dólares.
Mientras que la cotización del metal en 2012 cerró en 1.674 dólares la onza troy, ayer se situó en 1.108 dólares, según el London Metal Exchange y datos del Ministerio de Minería.
Juan Antonio Morales, expresidente del BCB, precisó que en tre 2012 y el 10 julio de 2015 la caída del valor de las reservas de oro fue de 677 millones de dólares y explicó que éste es el activo internacional menos líquido.
«Los mercados (internacionales) están esperando una caída adicional del precio del oro, hasta por debajo de 1.000 (dólares) la onza troy”, dijo.
Recordó que por el artículo 16 de la Ley del BCB la pignoración del oro (darlo en garantía), se requiere autorización de la Asamblea Legislativa. «Si no se puede lo menos, que es dar en garantía, con mayor razón no se puede lo más que sería venderlo”.
El también expresidente del BCB, Armando Méndez, señaló que el dólar ha recuperado su valor en el mundo y eso impacta en el precio del metal. «Representa la caída internacional del oro. El oro en el mundo es un activo que los grandes inversionistas adquieren y acumulan con la idea de que habrá problemas en la economía mundial. El panorama será similar en los siguientes meses”, anticipó.
Según el expresidente de la Corporación Minera de Bolivia (Comibol), Héctor Córdova, coincidió que la caída de precios del metal, tiene que ver con la recuperación del dólar y de la economía de Estados Unidos.
«Cuando empieza a mejorar la economía dejan de comprar oro y acuden a una moneda fuerte como es el dólar. Algunos (bancos centrales) ya han saturado sus reservas de papel en vez de oro por lo tanto han disminuido la comprar de oro. Éste es otro de los factores que hizo que baje el precio del oro”, precisó.
Para Córdova, si disminuyen las reservas de oro también se reduce la capacidad crediticia de Bolivia ante los organismos internacionales; sin embargo, las reservas monetarias aún son elevadas. Las RIN al 10 de julio alcanzan a 14.737 millones de dólares (incluye divisas, oro).
Activo de refugio
De acuerdo con un análisis de Wall Street Journal la caída del precio del oro ha puesto en duda su rol de activo de refugio.
En una semana en la que se ha transado a un mínimo de cinco años, el lunes, el contrato para entrega en agosto llegó a 1.106 dólares la onza troy en Nueva York. El metal amarillo ha caído más de 40% desde que alcanzó un máximo de casi 1.900 dólares en agosto de 2011.
Desde junio de 2014, los inversionistas han retirado más de 3.000 millones de dólares de los fondos que invierten en metales preciosos, según datos de Morningstar, una firma de investigación financiera.
Los activos en fondos de metales preciosos se han encogido 20% en 12 meses, añade. El oro tiene escasos rendimientos a largo plazo, no es una panacea contra la inflación y tiene buen desempeño frente a crisis inesperadas, no frente a problemas de larga maduración como en Grecia.
Wall Street Journal
Análisis Debido a que el oro, a diferencia de las acciones, los bonos, los bienes raíces y otros activos financieros, no genera ingreso alguno, valorarlo es prácticamente imposible. «Intrínsecamente carece de valor (…) no tiene precio”, dice Paul Brodsky, un exgerente de fondos de cobertura que ahora es estratega en Macro Allocation, una firma de inversión, investigación y consultoría de Nueva York, según Wall Street Journal.
Efecto Si el mundo se va al infierno financiero, no se podrá usar lingotes de oro para pagar comida enlatada en el supermercado. Pero sí podrá pagar con dólares que estuvieran nuevamente respaldados con oro, añade Brodsky.
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