La Prensa • Luis Arce propone involucrar al Estado en cultivo de alimentos
Evaluación: El ministro de Economía celebra el dato de la CEPAL que anuncia la reducción de la pobreza en 16%.
La sonrisa del ministro de Economía, Luis Arce, el único colaborador en el área del presidente Evo Morales desde enero de 2006, no se dibujó tan amplia ayer porque faltó un medio punto al crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) para alcanzar el 4,5 por ciento esperado.
Ese medio punto se esfumó, según él, entre la crisis del sector agrícola y la caída de la producción minera de occidente, y por ello el influyente ministro Arce ha propuesto una intervención estatal en el cultivo de alimentos para recuperar el ritmo de crecimiento en el año 2011.
Mientras el círculo de la política oficialista está dominado por rumores que anticipan la salida de Arce del equipo ministerial, por diferencias con el otro colaborador leal de Morales, el canciller David Choquehuanca, la evaluación económica llegó con un resumen que comprende al periodo 2006-2010, a manera de repaso de los resultados.
Arce se convirtió en este tiempo en el impulsor de una economía del Gobierno socialista comunitario que, sin embargo, mantuvo inalterables los esquemas de disciplina fiscal, estabilidad monetaria y flexibilidad del tipo de cambio, con instrumentos heredados de los gobiernos a los que define como “neoliberales”.
En diferentes foros internacionales, Arce exhibió los resultados de estabilidad económica y crecimiento, desde 2006 a la fecha, como la exitosa “Evonomía”, un modelo coincidente con un periodo de altos precios de las materias primas y de los hidrocarburos.
Para el siguiente paso, que garantice crecimiento y alimentos para la población, sugiere incorporar nuevas tecnologías en la agricultura de oriente y, aunque sin mencionarlo, intenta motivar al Gobierno a reemplazar la agroindustria golpeada en 2010 por sequías, incendios y eventos naturales.
La agricultura presenta el índice de crecimiento más bajo, con 1,1 por ciento, hasta el tercer trimestre del año, pero el sector con una caída casi inexplicable es el minero, con -3,7 por ciento, a pesar de los tiempos de altos precios de los minerales en el mercado internacional. Arce tiene una explicación a esta baja: un conflicto de 20 días en el departamento de Potosí, por demandas regionales y al que no duda en asignarle un interés político y opositor, sirve para justificar el descenso.
La hoja del crecimiento por sectores estimada al tercer trimestre del año, con un dato preliminar de 3,8 por ciento, exhibe en primer lugar a los hidrocarburos, con 10,3 por ciento, y deja en segundo lugar a la construcción, con 8,3 por ciento, y en el puesto tercero al sector de almacenamiento y comunicaciones, con 6,8 por ciento.
Pero asigna virtudes de “crecimiento sostenido” al PIB boliviano frente a algunas economías “neoliberales” de América Latina, en las que observa subidas y bajadas, un signo de “volatilidad” de la cual, según Arce, se excluye Bolivia.
Como un resultado de su gestión, considera que la economía saltó del permanente 3,04 por ciento del “modelo neoliberal” al 4,32 por ciento del “proceso de cambio”.
Arce traduce los números en un estado de supuesto bienestar de la población apoyado en el crecimiento del consumo de los servicios de agua, electricidad y gas en 7 por ciento hasta octubre pasado.
Los datos muestran una “mejora en la calidad de vida y generan dinamismo en la demanda interna. La población obtiene una satisfacción de sus necesidades básicas”, explica.
Toda la explicación del Ministro de Economía se orienta a demostrar que en Bolivia la población pobre se ha reducido en 16 por ciento entre 2000 y 2009.
Arce muestra el informe de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) como fuente independiente, y en el cuadro que llena su expresión de sonrisa se ubica a Bolivia como el país con mayores avances en la lucha contra la pobreza y deja en segundo lugar a Guatemala, con un punto menos.
No deja de polemizar cuando habla de desempleo y cita como contendor habitual al Centro para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA), que presenta un indicador de 11 por ciento de la población económicamente activa sin empleo en 2010 frente a 12,1 por ciento de 2005.
El dato del Ministerio de Economía habla de un 6,83 por ciento de desempleo, contra 8,15 por ciento de 2005. Mirando las dos cifras, Arce evalúa los datos absolutos de la “ONG opositora” y los oficiales para determinar que ambos indicadores muestran una baja.
No dejó de hacer un descargo frente a las críticas sobre la baja inversión pública que habitualmente es atribuida al Gobierno central.
Por primera vez, las gobernaciones y los municipios acumularon dinero en efectivo por 1.000 millones de dólares y no realizaron las inversiones.
Los gobiernos municipales acumularon 4.110 millones de bolivianos y las gobernaciones 2.951 millones de bolivianos. El Gobierno no es el responsable de toda la inversión pública, ratificó.
Para destacar
1.000 millones de dólares están depositados en cuentas fiscales a la espera de ser invertidos en obras públicas.
Gobiernos departamentales y municipales son propietarios de los recursos transferidos por el Gobierno central.
Los gobiernos municipales guardan 4.110 millones de bolivianos y las gobernaciones 2.951 millones de bolivianos.
La inversión pendiente de ejecución representa la mitad de los recursos destinados anualmente a obras públicas.
Un año en datos
La producción de petróleo y de gas registró el mayor crecimiento hasta septiembre pasado con 10,3 por ciento.
La actividad minera presenta la mayor caída en este periodo, con -3,7 por ciento, a pesar del año favorable por altas cotizaciones de los minerales en el mercado internacional.
El ministro de Economía, Luis Arce, cree que la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) fue conservadora al anunciar un crecimiento de 3,8 por ciento, y confía en superar el 4 por ciento a fin de año.
Arce considera que en su gestión ministerial, desde enero de 2006, se consiguió el salto del 3 al 4 por ciento de crecimiento promedio.
La inversión pública hasta octubre de 2010 alcanzó a 988 millones de dólares, pero el despacho de Economía espera superar los 1.439 millones de dólares.
Por quinto año se anuncia un superávit de 1,5 por ciento del PIB.
La deuda externa finaliza en 2.779 millones de dólares. “Tenemos espacio para endeudarnos”, afirma Arce, quien compara el monto desembolsado con el PIB estimado en 19.000 millones de dólares.
La deuda interna es de 24 por ciento del PIB, un dato inferior al 31 por ciento del PIB registrado en 2005.
Los depósitos del público en la banca ascienden a 9.133 millones de dólares. En 2005, el nivel de depósitos era de 3.600 millones de dólares.
Las Reservas Internacionales Netas (RIN) ascienden a 9.572 millones de dólares.
Franz Reynaldo Chávez T.
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