EL LITIO EN LA MIRA DE LAS TRANSNACIONALES – Alerta Laboral Nº 59
Bolivia concentra más del 47% de las reservas de litio. Y, ante la ausencia de una política minera, las transnacionales se aprestan al saqueo. ¿Se ratificará nuestro papel primario exportador? EL LITIO EN LA MIRA DE LAS TRANSNACIONALES Por Osvaldo Guachalla Ante el inusitado interés demostrado de varias empresas extranjeras por el litio del Salar de Uyuni, el Gobierno boliviano ha descubierto que la industrialización de este metal podría llevarnos a ser una potencia mundial1. Sin embargo, aplica una política dual, porque a tiempo de declararse nacionalista y anticapitalista, se apresta a promover la presencia de nuevas empresas transnacionales en el sector minero. Estas compañías, realizando multimillonarias inversiones, pretenden aprovechar las grandes reservas de litio, materia prima capaz de proveer soluciones al principal problema de uso de energía, y la postura favorable del Gobierno hacia la inversión extranjera que, bajo el argumento de ser socio de ella, el país avanzará a la industrialización. YACIMIENTOS, PRODUCCIÓN Y MERCADO El litio es un metal alcalino, ligero, de color blanco plata y el elemento por excelencia para la fabricación de baterías de alta calidad, medicamentos, celulares, cámaras digitales, computadoras portátiles y vehículos híbridos y eléctricos. De acuerdo a los datos del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS por su sigla en inglés), al 2008 las reservas mundiales de contenido metálico de litio alcanzaban a 11,4 millones de toneladas métricas (Tm), de las cuales el 47,26% se encuentra en el Salar de Uyuni (Bolivia); el 26,25% en Chile y el resto se reparte entre China (9,63%), Brasil (7,96%), EE.UU. (3,59%), Canadá (3,15%), Australia (1,93%) y Zimbabwe (0,24%). Actualmente, existen tres productores principales de carbonato de litio en el mundo: Sociedad Química y Minera de Chile (SQM), Chemetall Foote Corp. (subsidiaria de Rockwood Holdings Inc.) y FMC Corp. Los dos primeros operan en Chile, mientras que el tercero en Argentina(1). El 2008, las tres empresas constituyeron el 90% de la producción mundial de carbonato de litio (64.500 millones de Tm). El problema está en el acceso al mercado y a la tecnología para procesar el mineral. La hegemonía tecnológica en este campo la tienen las compañías Lithium Corporation(2) y Food Corporation (LITHCO). Japón tiene prácticamente el monopolio de la tecnología para las baterías de ión litio. LAS TRANSNACIONALES Y EL GOBIERNO En la actual coyuntura, capitalistas de algunos sectores, como el automotriz, buscan soluciones a su crisis, a su incapacidad de mantenerse en el mercado con sus bajas rentabilidades, persiguiendo alternativas para diseñar nuevos productos. El año 2010 la General Motors lanzará el carro Volt con baterías de ión litio. Esto ha causado euforia en los fabricantes de automóviles. En este contexto, el Gobierno boliviano ha anunciado que invertirá $US 5,7 millones en una planta piloto de carbonato de litio que produciría, a partir del 2010, un total de 480 Tm/año del compuesto. Se prevé que esta planta tendrá una capacidad de producción de 20.000 Tm/año en la etapa industrial de desarrollo del proyecto, a iniciarse el 2013. Según el director de Minería, Freddy Beltrán, la construcción de la planta piloto en el Salar de Uyuni, que comenzó a ejecutarse en mayo de 2008, tiene un avance del 35%. A los precios actuales, el nivel de producción industrial proyectado permitiría generar un ingreso para el país de $US 140 millones anuales(3). Es por eso que las transnacionales están interesadas en explotar el litio boliviano. Entre ellas están: la Mitsubishi y la Sumitomo(4) de Japón, LG de Corea del Sur y Bolloré de Francia. Las propuestas iniciales de las empresas apuntan a adquirir la materia prima, es decir, el carbonato de litio. El planteamiento de Bolloré – Eramet fue de invertir $US 200 millones en planta de producción de carbonato de litio similar a la desarrollada por Comibol. La inversión total, sujeta a negociaciones, en el salar llegaría a $US 10 millones(5). El Gobierno, fiel a la idea de que Bolivia puede desarrollarse plenamente en el marco del capitalismo, está a punto de repetir lo sucedido con las grandes reservas de hierro del Mutún, entregadas por varias décadas a la empresa Jindal. Su intención, en el marco de la nueva frase colorida de “buscar socios y no dueños del litio», ha empezado a preparar a la opinión pública para un futuro anuncio de una alianza con alguna transnacional para la explotación del litio, bajo ciertas condiciones: no conceder monopolios, exigir participación mayoritaria (60%) del Estado en los ingresos e iniciar del proceso de industrialización del litio. Lo más probable es que, disminuido ante el poder de las transnacionales y acicateado por su urgencia de demostrar que el Gobierno garantiza la inversión extranjera, acabe haciendo concesiones que consoliden nuestro papel de productores de materias primas, abandonando los sueños para un futuro indeterminado. NOTAS 1. El ministro de Minería, Luis Alberto Echazú, declaró que, se abren grandes perspectivas para el país a partir de la explotación del litio. Jornada, 28 de febrero de 2009. 2. En 1992, debido a las protestas en el departamento de Potosí, la transnacional norteamericana LITHCO no logró apoderarse del litio de Uyuni, ésta se fue a invertir en Argentina. 3. Agencia Boliviana de Información (ABI), 18 de noviembre de 2008. 4. Sumitomo posee concesiones en el Salar de Uyuni y es dueña del Proyecto Minero San Cristóbal. 5. Los Tiempos, 24 de abril de 2009.
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