Cumbre de salud: aún falta confianza y coherencia

El Diario, 7 de Noviembre de 2012

Guido Zambrana Ávila

La Comisión Nacional de Organización de la Cumbre para la Revolución de la Salud, de la que equivocadamente se esperaba que por su composición se fragmentara en sectores antagónicos, ha mostrado nítidamente la presencia de una corriente que desea que fracase y otra que ve a la Cumbre como el espacio para imponer medidas pre establecidas.

Felizmente, la mayoría sensata de los miembros de la Comisión está al margen ambas corrientes, e independientemente de pertenecer a uno de los cuatro sectores ya mostró su convicción de llevar adelante exitosamente la Cumbre hasta su culminación, como una forma de iniciar la construcción de un nuevo Sistema de Salud Universal, y ojalá gratuito. De igual manera quedó aclarado que esta es la máxima instancia que incorporará en su agenda las propuestas emergentes de todos los espacios de reflexión y debate que se vayan produciendo en el país.

Sin duda, fue una decisión inteligente del Plenario de la Comisión la de concertar primero los ejes temáticos genéricos para después construir la agenda desglosada en componentes específicos; tarea que demandará un espíritu abierto, constructivo y desprejuiciado que serenamente identifique los aspectos que puede tratar y definir una conglomerado complejo de actores diversos en tres o cuatro días de encuentro, tomando en cuenta los resultados de las pre cumbres departamentales precedentes.

La enorme cantidad de problemas del sector salud y la ansiedad por resolverlos alentarán la tentación de querer incluir todo lo imaginable en la Cumbre, con la idea equivocada de que cuantos más puntos sean incorporados en una agenda el éxito será mayor. En este caso específico debe ocurrir todo lo contrario, es decir que los esfuerzos deben concentrarse en definir las principales líneas maestras que marquen la ruta certera que dé inicio exitoso al proceso de diseño e implementación del nuevo Sistema de Salud, evitando que las presiones o malas intenciones causen improductivas y agotadoras confrontaciones en la consideración de temas que tiene otros ámbitos para su resolución.

Un desafío tan grande e importante, con el que se pretende llegar con salud gratuita a dos terceras partes de la población, tiene que ser comprendido como un proceso largo y sostenido que ocupará a varios gobiernos, demandando de años de voluntad, esfuerzo, trabajo colectivo y enormes cantidades de dinero.

Los actores de la Cumbre deberán aceptar que es posible conformar un Sistema Único, más allá de que pueda denominarse Universal, manteniendo la independencia del subsistema de la seguridad social y del que se constituirá en un nuevo Seguro de Salud del subsistema público. En esa nueva visión ambos componentes deberán convivir actuando de manera coordinada e interactiva.

El subsistema de la seguridad social, que además de la Caja Nacional incluye a varias instituciones prestadoras (Cajas de Salud), indefectiblemente debe reestructurarse profundamente en su propio ámbito, no sólo debido a la grave e inveterada crisis por la que atraviesa, sino por la adecuación que requiere para responder al nuevo Sistema.

Por las particularidades de este subsistema, la Cumbre debe limitarse a recomendar su reestructuración, sin la impertinencia riesgosa de intentar definir su futuro en un evento que debe concretarse a la construcción del Subsistema de Seguro de Salud Público, para conformar el Sistema Único o Universal.

La Salud Familiar Comunitaria Intercultural (SAFCI), en la medida que se trata de un modelo de Atención Primaria de Salud (APS), no debe entrar en el debate de si debe o no implantarse, sino cómo hacer que de deseable se convierta en factible, ejecutable y exitosa. Debemos partir de la realidad de que hasta ahora fracasó su implementación, a pesar de que en el Plan Sectorial 2006-2012 se afirmaba que a esta altura la SAFCI estaría implantada y todos los bolivianos tendríamos Seguro gratuito. Esto último muestra que los grandes proyectos no deben ser enfrentados con superficialidad ni a nivel cupular.

Son varios los aspectos contenidos en los ejes temáticos a ser tratados en la cumbre, que merecen ser analizados. Por ahora, es importante consolidar un escenario de confianza y coherencia entre la Comisión Nacional para la Cumbre y lo que en ocasiones hacen o declaran el Ministro o alguna otra autoridad de salud, provocando susceptibilidades y reacciones adversas innecesarias que ponen en riesgo el éxito de la Cumbre.
El autor es ex Decano de Medicina.

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