El País • Sólo el 16% de la inversión de YPFB fue para exploración
La difusión de “información errónea” sobre la evolución del sector de hidrocarburos “parece ser una estrategia gubernamental destinada a confundir a la opinión pública, a la que se quiere convencer de que los esfuerzos gubernamentales han sido enormes y bien dirigidos”, advierte el investigador del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA), Carlos Arze, en una reciente publicación.
En efecto, desde el Ministerio de Hidrocarburos, YPFB y otras fuentes comunicacionales oficiales del gobierno, se ha venido dando información confusa, a veces hasta contradictoria e incompleta, sobre distintos aspectos que conforman el sector.
Uno de estos aspectos se refiere a la exploración de hidrocarburos. Al respecto, el ministro Luis Sánchez afirmó en abril de este año, al diario digital financiero money.com.bo, que “seguramente vamos a tener un número parecido a 10,45 TCF, por qué, porque hemos invertido cerca de 11 mil millones de dólares, hemos perforado creo que 89 pozos exploratorios y 160 en desarrollo, hemos construido prácticamente plantas de gas, la capacidad de procesamiento hemos duplicado de 60 a 110, entonces ha sido una gestión muy importante”.
Por otra parte, la agencia estatal de noticias, ABI, informó en una nota el 9 de septiembre que “en sus 12 años de gestión, el Estado ha invertido 13.000 millones de dólares en exploración y explotación de gas natural”.
Arze señala que, al contrario, los datos oficiales “dan cuenta de un nivel sustancialmente menor destinado a la exploración, tanto por parte de la empresa estatal como de las empresas operadoras”.
Para comprender donde están las contradicciones o falencias de la información presentada por los actores gubernamentales, es útil distinguir entre dos de los principales sectores de actividad que componen la industria del gas y petróleo: el Upstream y el Downstream.
El Upstream comprende las actividades de exploración y explotación de los hidrocarburos. Mientras que el Downstream comprende actividades de refinación, transporte y comercialización. Lo que Arze manifiesta es que los 13.000 millones de los que habla la agencia noticiosa ABI, o los 11 mil millones que menciona el ministro Sánchez, corresponden en realidad al total de inversiones, tanto en el Upstream como en el Downstream.
Desagregando los datos
Usando datos oficiales del Plan Estratégico Corporativo 2015-2019 de YPFB, de la Rendición de cuentas inicial 2016 del Viceministerio de Exploración y Explotación de Hidrocarburos, y de las Rendiciones de cuentas 2016-2017 y 2017-2018 de YPFB, el experto observa que la inversión total en el Upstream (exploración y explotación) significa el 63% del total sectorial.
En cambio, la inversión destinada específicamente a la exploración (búsqueda de nuevos reservorios) constituye sólo el 16%, es decir 2.123 millones de dólares, lejos de los 11 mil millones o 13 mil millones anunciados mediáticamente.
Así, las cifras muestran que la mayor parte de la inversión se destinó, claramente, a la explotación (vaciamiento de los yacimientos existentes), y su procesamiento, transporte y comercialización en el mercado externo e interno. La exploración no ha sido un tema priorizado por las autoridades del sector en los 12 años del gobierno actual.
Inversiones en el “neoliberalismo” y el “proceso de cambio”
Usando el mismo conjunto de datos, el investigador del CEDLA encontró que la inversión aumulada durante estos últimos 12 años en tareas de exploración y explotación (Upstream) alcanza los 8.463 millones de dólares.
El monto es ciertamente mayor que la inversión realizada en los siete años “neoliberales” del período 1998-2005, que sumó 3.080 millones de dólares. Poniendo los datos en promedios anuales, en el período neoliberal se invirtió 385 millones de dólares por año, mientras que en el período del actual gobierno se invirtió 705 millones de dólares por año, tanto en exploración como en explotación.
Sin embargo, lo revelador sale a la vista cuando se separan las proporciones de inversión destinadas a exploración y a explotación en ambos periodos: En el período neoliberal, las inversiones en exploración constituyeron el 49% del total y las inversiones en explotación el 51%; en el actual período de gobierno, las inversiones en exploración sólo fueron el 25% del total de inversiones en el Upstream.
Menos pozos exploratorios que en el neoliberalismo
Como resultado de la limitada inversión en exploración, la perforación de pozos fue “escasa y con resultados positivos muy reducidos”. La mayoría de los pozos perforados en los últimos 12 años -122 de los 170- fueron pozos de desarrollo (extracción), y sólo 48 fueron pozos exploratorios, lo que significa el 28% del total. Además, de los 48 pozos exploratorios, sólo el 52% resultó ser positivo. En cambio, en el caso de los pozos de desarrollo, el 88% fue positivo.
Más aún, el número de pozos perforados en los últimos 12 años es significativamente menor que el número de pozos perforados en el período neoliberal. Poco más de un tercio. Entre 1998 y 2005 se perforaron 342 pozos en total, 163 exploratorios y 179 pozos de desarrollo, según información consignada en los informes mensuales de diciembre de cada año de la Vicepresidencia de Negociaciones Internacionales y Contratos de YPFB, citada por Arze.
En este contexto, y sin información detallada sobre las reservas por tipo de campo (que el gobierno no publica), el investigador afirma que no se puede saber si las reservas certificadas por Sproule son veraces.
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