El Diario • Política energética y estigma de la corrupción
Wilfredo Ramírez Terceros
El Gobierno plurinacional, caracterizado por el estigma de socialista, populista, revolucionario, antiimperialista, antineoliberal (y otros antis), asumió el poder en medio de una gran expectativa nacional, porque se suponía que habría un “cambio” estructural en la economía nacional y en la política energética, orientada a romper con el actual esquema neoliberal causante de la alineación exportadora de materias primas y de la corrupción en YPFB. Esta visión esperanzadora quedó como una simple impostura, compatible con la conducta de los partidos políticos tradicionales en función gubernamental, siendo la causa principal para que el Gobierno plurinacional de indígenas y campesinos vaya perdiendo raudamente su popularidad, su vanagloria y su mejor oportunidad de servicio a la Patria, por incumplir ante todo con el mandato soberano del pueblo boliviano expresado en Octubre 2003 y ratificado por el voto ciudadano que intransigentemente exige y con sobrada razón, la industrialización del gas natural, como la mejor opción para potenciar la economía nacional y liquidar males endémicos que abruman a la nación: pobreza, hambre, miseria, desocupación, desnutrición y la mortalidad materno infantil, etc.
Política energética
La política energética del Gobierno plurinacional del MAS, con su plan en vigencia, ratifica la tendencia de dar prioridad al mercado externo, dejando al olvido el programa de industrialización del gas natural y lo que es peor, convirtiendo a Bolivia en importadora de petróleo y combustibles pesados, para su refinación y comercialización respectivamente. Al respecto el Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA) dice: “El decreto nacionalizador del gobierno del MAS no afectó el dominio de las empresas petroleras transnacionales, en consecuencia YPFB no cambiará su política exportadora del gas”.
A esta verdad desalentadora agregamos que las ocho empresas que conforman actualmente la cadena productiva en el marco de la nueva composición de YPFB, son las mismas petroleras nacionales y extranjeras que manejaron y manejan a su libre albedrío, antes y después del decreto nacionalizador (DS 28.701 y Ley 3.038) y aunque no lo crean, actualmente sigue en sus manos el manejo de todas las operaciones de producción y exportación de nuestros hidrocarburos. Es decir que aquí nada cambió y para colmo de la iniquidad, a estas mismas empresas petroleras el Gobierno plurinacional del MAS les compró más de cinco millones de acciones con un importe exorbitante en dólares, pagados por el Tesoro General de la Nación, sin previa evaluación técnica, económica, financiera y sin considerar los resultados de auditoría.
Por este dispendioso gasto surge la pregunta: ¿cuál fue el beneficio para Bolivia por la compra millonaria de acciones? La respuesta es sencilla, NADA, solamente se dilapidó dinero del depauperado pueblo boliviano. ¡Qué tal! Este maremágnum económico, por supuesto desalentador para el pueblo boliviano, es resultado de la pésima administración pública y con razón la opinión ciudadana muestra su descontento manifestando por ejemplo: “El Estado al presente navega sin brújula y sin timón en medio de huracanes y tempestades”, etc., como producto de la improvisación, corrupción y otros males que afloran en el entorno gubernamental.
Mirada retrospectiva
Desde el inicio de la explotación de los hidrocarburos por las empresas petroleras transnacionales, los actos de corrupción siempre estuvieron matizados por enriquecimiento ilícito, contrabando, etc., destinados a empobrecer a la Patria, echando por tierra las esperanzas de mejores condiciones de vida para el pueblo boliviano.
Una mirada retrospectiva al pasado nos permite recordar hechos negativos que al presente pueden servir para reflexionar y en lo posible para evitar se sigan cometiendo atrocidades contra la economía nacional, como la expoliación y vaciamiento paulatino de nuestros hidrocarburos y otras riquezas naturales. Como ejemplo mencionamos el siguiente.
Pozo antiguo considerado como nuevo
Por su actual importancia y gigantesca producción de hidrocarburos nos referimos a los yacimientos de “San Alberto”, como uno de los mayores y mejores pozos productores de gas natural (gas rico) de Bolivia entregados a Petrobras en 1996 por el ex gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada y su entorno (coaliciones delictivas), como si fuera pozo NUEVO, artimaña inventada para pagar menos impuestos al Tesoro General de la Nación. Así se soslayó la verdad, porque los yacimientos de “San Alberto” fueron descubiertos por YPFB en 1990 con una inversión millonaria en trabajos de exploración y perforación. Esta entrega delictiva quedó grabada en las páginas del engaño a la Nación.
Para concluir, rendimos homenaje de respeto y admiración a la Patria que nos vio nacer, en su 185 aniversario de creación, con la promesa de que los bolivianos unidos y despojados de la indiferencia logremos liquidar el subdesarrollo y la pobreza que agobian a la Nación. “Morir antes que esclavos vivir”. ¡Viva Bolivia!
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