Bolivia última en eficiencia energética
El país utiliza más energéticos de los necesarios en varios sectores, por lo que deja a otros sin lo necesario para la producción y la vida diaria.
Bolivia utiliza en promedio, casi el doble de cantidad de energía que los países de Latinoamérica.
Bolivia utiliza en promedio, casi el doble de cantidad de energía que los países de Latinoamérica.
Bolivia es uno de los países menos eficientes en materia energética en América Latina y es uno de los que más energía desperdicia, asegura un diagnóstico del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agraria (Cedla).
Esta ineficiencia y derroche de energía surgen a partir de que la economía boliviana utiliza, en promedio, casi el doble de cantidad de energía que los países de Latinoamérica en la producción de una unidad de producto o un bien necesario para satisfacer las necesidades de consumo de la población y de los sectores productivos.
Así, por ejemplo, por cada mil dólares de producto, en Bolivia se utiliza 0,57 toneladas equivalentes de petróleo, mientras que a nivel latinoamericano el promedio es de sólo 0,36 toneladas equivalentes de petróleo.
Según el Cedla, se produce una situación paradójica: mientras en algunos sectores se desperdicia energía, otros amplios sectores de la población no tienen acceso a la energía necesaria para cubrir sus necesidades vitales y, menos aún, para impulsar la producción.
Las industrias, grandes y pequeñas, son parte de los consumidores que más desperdician energía. En el uso doméstico, el desperdicio ocurre por malos hábitos de los consumidores finales.
Esta extrema ineficiencia provoca millonarias pérdidas al país. Bolivia malgastaba 120 millones de dólares al año y 32 megavatios (MW) de electricidad por el masivo uso de focos incandescentes que disminuyó con el cambio de focos.
Según el informe, urge que la sociedad boliviana y en especial los centros universitarios y académicos generen y desarrollen conocimientos sobre esta temática, para que sean incorporadas al debate público y sean escuchadas por las instancias del poder político.
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