InSight Crime • Bolivia enfrenta aumento del contrabando en la pandemia
Por: Max Radwin / InSight Crime
Este mes las autoridades en Bolivia incautaron varios grandes cargamentos de contrabando, justo en el momento que las dificultades económicas del país por cuenta de la pandemia de COVID-19 siguen incrementando, así como la demanda de productos del mercado negro.
Cigarrillos, alcohol, vehículos y productos agrícolas entran de contrabando a Bolivia procedentes de Perú y Chile, entre otros países vecinos, como resultado de un posible cambio en las dinámicas fronterizas y el desempleo generalizado causado por la pandemia.
En solo una semana, fueron capturados más de 70 vehículos en un buen número de operativos en el departamento de Oruro, frontera con Chile. Así mismo, las autoridades bolivianas embargaron cerca de 60 toneladas de vino, cerveza y otras bebidas alcohólicas en la frontera con Argentina.
A mediados de noviembre, se decomisaron más de 180 sacos de papa de contrabando que se transportaban hacia La Paz, luego de entrar al país desde Perú. También es común el ingreso ilegal de otros productos agrícolas y lácteos, así como carne de cerdo y res, desde países vecinos.
“El contrabando es la razón por la que en Bolivia tenemos problemas para desarrollar y fortalecer la economía”, señaló el coronel Gonzalo Rodríguez, alto funcionario del gobierno en la lucha contra el contrabando, en entrevista con InSight Crime. “Porque deja los precios por el suelo y nos encontramos con productos de mala calidad”, agregó Rodríguez.
El contrabando de víveres específicamente ha obligado a los líderes de la industria a pronunciarse por la contracción de sus márgenes de ganancias. Según la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), los porcicultores reportan un descenso de 20 por ciento de su producción pecuaria.
Análisis de Insight Crime
Aunque el flujo de contrabando en Bolivia no es un fenómeno nuevo, parece haberse intensificado como resultado de la pandemia de COVID-19, que complicó las operaciones ilícitas entre fronteras a comienzos del año y activó la demanda de produtos básicos a bajo precio.
Muchos productos se pasan por los puntos de inspección en camiones de transporte que ocultan el contrabando entre mercancías registradas siguiendo los trámites legales, como le comentó a InSight Crime un experto de seguridad del país. Pero cuando Bolivia empezó a cerrar sus fronteras a mediados de marzo, hubo muchas más trabas para que los camiones continuaran la práctica. Solo cuando las restricciones en las fronteras comenzaron a relajarse más adelante en el año, volvió a ingresar el contrabando, muchas veces a un paso acelerado para compensar las pérdidas.
El contrabando agrícola tiende a ingresar por Perú, mientras que los vehículos y dispositivos electrónicos ingresan desde Chile, y el licor y la harina de Argentina, explicó el experto. Los granos también tienden a entrar desde Brasil, pero a una escala mucho menor.
Parte del contrabando también se abre paso hacia Bolivia por puntos fronterizos informales que reciben poca o ninguna supervisión. Según el Viceministerio para la Lucha Contra el Contrabando, los contrabandistas mantuvieron actividad en estas rutas durante toda la pandemia, pues los mercados negros reaccionaron inmediatamente para abastecer a los residentes tan pronto comenzaron a salir de la cuarentena.
Esto indica que el mercado negro de Bolivia sigue impulsado por la necesidad económica. Actualmente, el Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario reporta unos de los peores incrementos en décadas en desempleo y pobreza, en gran medida por causa del COVID-19. Además de la compra de productos de contrabando por menor precio, los residentes dependen del mercado negro para ocuparse temporalmente.
Esto pone al gobierno en una posición difícil, pues siguen combatiendo el contrabando, pero aún no ofrece otras oportunidades económicas a sus ciudadanos. La frustración estalló a finales de noviembre, cuando los residentes atacaron a funcionarios del Ministerio de Defensa que hacían una visita a Opoqueri, población situada sobre una prolífica ruta de contrabando.
En julio, el gobierno interino anunció un plan para subsidiar miles de salarios. Pero el presidente electo, Luis Arce, declaró que la recuperación económica completa podría tardar hasta 2022, lo que indica que la demanda de productos informales podría seguir siendo un motor del contrabando en Bolivia por los próximos años.