Correo del Sur • Bolivia no es transparente en difusión de presupuesto

El control del Presupuesto General de la Nación (PGN) es casi imposible por la reserva con la que es manejado desde el Gobierno, que no facilita información al público. Esta falta de claridad coloca al país entre los 25 menos transparentes del mundo, de acuerdo con el Índice de Presupuesto Abierto 2008.
La falta de información y los impedimentos para acceder a los datos del PGN impiden un control de la sociedad, lo que puede dar lugar a esconder malversaciones y hechos de corrupción. El estudio fue realizado por el International Budget Partnership (IBP), con la participación del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA), en 85 países, indica el informe de la entidad nacional, al asegurar que «el 80 por ciento de los Gobiernos del mundo no proporcionan información adecuada para que la gente pueda exigir cuentas sobre el manejo de los recursos públicos».

MAL SÍNTOMA

Con datos que corresponden al 2007, en la puntuación del Índice de Presupuesto Abierto, el Gobierno nacional está en el lugar 74 de los 85 países. Esto indica que «se ofrece poca información al público sobre el Presupuesto General de la Nación», incluyendo su elaboración, aprobación, ejecución y fiscalización.
El informe del CEDLA señala que «el último índice registraba al país con un 20 por ciento de transparencia», con lo cual se registra «una caída de 14 puntos».

IMPEDIMENTOS

Para un ejercicio de la fiscalización ciudadana «lo correcto es que la propuesta de presupuesto deba estar disponible para el público y el Poder Legislativo en un plazo superior a los 60 días que actualmente contempla la nueva Constitución Política del Estado», señala el informe.

En cuanto al seguimiento del gasto, los ingresos y el endeudamiento público, su acceso es difícil, porque «la información que difunde el Gobierno sobre el ejercicio fiscal es muy restringida».
Además, «no se publican informes de medio año sobre los resultados del gasto público ejecutado, esto a fin de efectuar los ajustes pertinentes en la gestión pública».

También «es difícil evaluar la ejecución del presupuesto una vez que el ejercicio presupuestario ha terminado. Se produce un informe de fin de año lo que permite comparaciones entre lo que se presupuestó y lo que realmente se gasta y se recoge, pero no se da explicación sobre estas diferencias».

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