Ayer por ti, hoy por mí
HABLANDO DE ENERGÍA
Carlos Miranda Pacheco
viernes, 10 de abril de 2015Ayer por ti, hoy por mí Hablando de energía. Carlos Miranda Pacheco Tenemos la buena noticia de que Costa Rica nos cooperará en el desarrollo de la geotermia para generación eléctrica. Una misión técnica llegará a nuestro país para trabajar con ENDE. Lamentablemente, por el hermetismo oficial, no se puede dar una fecha, ni siquiera aproximada, del arribo de esos funcionarios.
No es la primera vez que entre Bolivia y Costa Rica se realiza un trabajo de cooperación técnica. En 1971 se hicieron todos los estudios para proveer de crudo boliviano a la refinería de Costa Rica (Recope). Unos detalles de esa operación poco conocida:
En 1969, después de la nacionalización de BOGOC, subsidiaria de Gulf Oil Corporation -que se acogió a la "enmienda Hinken Looper” de la ley de protección de inversión privada norteamericana en el exterior-, nos vimos impedidos de exportar crudo por Arica.
Era un contrasentido. Bolivia se había comprometido a pagar la indemnización a BOGOC, pero no podía obtener ingresos para hacerlo. Éramos noticia, enseñanza y también motivo de simpatía por nuestros problemas.
Estando en esa tribulación, se nos hizo saber que Costa Rica, a su máximo nivel de gobierno, deseaba ver la posibilidad de comprar crudo boliviano.
En consulta con el Gobierno de Costa Rica, en San José, el presidente Figueres indicó que habían sido notificados por los proveedores de crudo de Recope sobre un próximo incremento de precios que provocaría un aumento a los consumidores, extremo que se quería evitar, y pedía que se explore la posibilidad de adquirir petróleo boliviano.
Nuestro Gobierno aplaudió y agradeció la iniciativa, y se destacó una comisión de técnicos de YPFB a Costa Rica para diseñar la modalidad de suministro de petróleo boliviano a ese país.
La comisión rápidamente estableció que la sustitución de crudo caribeño por crudo boliviano sería muy ineficiente, porque la refinería había sido diseñada para crudo pesado.
Además, hizo notar que el sistema de distribución de los productos de la refinería por vagones, tanques y tanqueros podría ser mejorado y menos costoso.
Habiendo en Costa Rica un genuino interés político en adquirir nuestro crudo, se planeó un esquema más amplio destinado a los precios al consumidor final y no limitado solamente a la sustitución de crudo.
En ese sentido, se planeó un sistema de abastecimiento de crudo y distribución de productos que no alteraba los precios al consumidor final.
Se precisaba una estación de descarga de tanqueros en el Pacífico, en Costa Rica, para así ahorrar los costos de utilizar el Canal de Panamá. Y de esa estación, tender un oleoducto hasta Puerto Limón, modificar la refinería y después efectuar el envío de productos refinados por poliducto a puntos de distribución al detalle.
Para no alterar la situación existente y en vista de que las obras tomarían varios meses, se recurrió a la ayuda de Pemex. Con la estatal mexicana se acordó un swap de crudo pesado con crudo liviano boliviano, a realizarse en Puerto Limón.
Pemex suministraría el petróleo para refinación, y cuando el oleoducto Pacífico – Atlántico estuviera en funcionamiento, recogería el crudo liviano boliviano, objeto del swap, en Puerto Limón.
Para esta operación, la estación de descarga en el Pacífico era fundamental. El Gobierno de Costa Rica acogió la idea y con gran entusiasmo nos otorgó una zona franca en Punta Arenas, en el golfo de Nicoya.
Esta disposición fue presentada y aplaudida en el primer periodo de sesiones de la Asamblea General de la OEA, que comenzó el 14 de Abril de 1971, en San José de Costa Rica.
El programa estaba armado pero no pudo ser llevado a cabo porque la competencia -los proveedores de crudo caribeño a Recope- hizo una oferta al Gobierno imposible de rechazar económica y políticamente. Formalmente, ofrecieron proveer crudo a 5 centavos por barril, más barato que cualquier otra oferta bonafide que pudiera recibir el Gobierno de Costa Rica.
Así terminó, en 1971, ese proyecto de cooperación petrolera entre Bolivia y Costa Rica que, inclusive, contaba con la ayuda de México.
Ahora, razonablemente, podemos esperar que el programa geotérmico llegue a un final feliz porque no se está afectando ningún interés privado.
http://www.paginasiete.bo/opinion/2015/4/10/ayer-52893.html
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