Juan Carlos Núñez le recuerda al ejecutivo que la Fundación Jubileo aportó en la elaboración del Plan Nacional de Desarrollo.

El director ejecutivo de la fundación Jubileo, Juan Carlos Núñez, salió al paso para informar cuáles son los financiadores de la institución que dirige, después de que el ministro Autonomías, Hugo Siles, preguntara públicamente cuál es el origen de los fondos que utilizan. Jubileo, dijo Núñez, es una entidad dependiente de la Conferencia Episcopal Boliviana y tiene respaldo de instituciones como Misereor Porticus, Oxfam-GB, Catholic Services Relief, Coalición Flamenca, Revenue Watch Institute y Fundación Ford, entre otras.

El director de Jubileo también mencionó entre sus auspiciadores a Eurodad, Adveniat, Hermandad de Hildesheim, DKA, Christian AID, Conferencia Episcopal Boliviana, Hanns Seidel y Pan Para el Mundo. Todas ellas, contó, garantizaron a Jubileo un ingreso de 4,2 millones de bolivianos en 2014, de los cuales quedaron como saldo de operaciones casi 33.000 bolivianos.

El ministro Siles dijo la semana pasada: «De las cuatro ONG ya hablamos (las que el gobierno anunció que ?expulsaría? del país), saben cuáles son. Ustedes como medios investiguen los fondos de Jubileo, por ejemplo, ¿de dónde vienen los fondos de Jubileo?». Durante una conferencia de prensa, Núñez dijo que la transparencia debe empezar en casa, y ofreció el estado de resultados de la auditoría realizada en 2014.

«Nuestra tarea fundamental está abocada a la tarea de fortalecimiento institucional, quien esté en el gobierno nacional o subnacional nuestra tarea es fortalecerlos, porque si les va mal, nos va ir mal a todos», señaló. Con publicaciones en mano, Juan Carlos Núñez recordó al gobierno que el año 2006, con la publicación «Cuestión de justicia, desigualdad y pobreza en Bolivia», Jubileo presentó una propuesta de lucha contra la pobreza que fue trabajada junto al extinto Carlos Villegas, quien tuvo varios cargos dentro del Ejecutivo.

«Cuando se sentó a todos los directivos del Ministerio de Planificación para sentar las bases del Plan Nacional de Desarrollo, Jubileo aportó y ha contribuido a los resultados del país, así como otras acciones, como un estudio sobre sostenibilidad de la deuda externa sobre el Plan Nacional de Desarrollo, tratando de contribuir en este proceso», dijo. Núñez enfatizó en señalar que la crítica no es necesariamente mala, sino que puede ser constructiva.

«Debemos mencionar y creo que hay que estar en los zapatos de quienes están gobernando, me imagino las presiones políticas, la mirada coyuntural que hace que perdamos de vista a mediano y largo plazos (y la importancia) que trabajamos en la investigación e incidencia para mirar este largo plazo», agregó el funcionario.

El investigador recomendó al gobierno una apertura de diálogo y de reencuentro con las ONG y fundaciones pues muchas de ellas, merecen respeto por todo el aporte que realizaron al país, «ojalá se abra ese espacio, en encontrarse otra vez con las instituciones y ver cómo regular su situación (…). Estas instituciones también aportan con análisis que no se enfocan a objetivos de corto plazo, sino apuntan a soluciones sostenibles en el tiempo», dijo.

Recordó algunas recomendaciones que realizó el Papa Francisco durante su visita a Bolivia. «Dijo que aquellos que hay procesos, donde la pasión por sembrar y regar serenamente, lo que otros verán florecer, reemplaza la ansiedad por ocupar todos los espacios de poder disponibles y ver resultados inmediatos. La opción es por generar proceso, y no por generar espacios».

En criterio de Núñez, el Estado tiene todo el derecho y competencia para fiscalizar a las ONG, pero eso no debería derivar en la vulneración de principios fundamentales como el de la libertad de expresión y de asociación. La conferencia de Jubileo fue ofrecida en una coyuntura especial, en momentos en que el Ministerio de Autonomías declaró «irregulares» a 38 ONG, fundaciones y entidades sin fines de lucro a las que se «caducó» su personería jurídica.

La decisión se da después que el vicepresidente Álvaro García Linera acusó a cuatro centros de investigación de «hacer política solapadamente», de «mentir» en contra del gobierno, y de «defender» los intereses de gobiernos y empresas extranjeras interesadas en la economía verde. Esas cuatro son las fundaciones Tierra y Milenio y las ONG Cedla y CEDIB.

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