SIE • Analista CEDLA destaca que en Bolivia rige política de contención salarial • 12/02/2015
Sistema de Información Económico – Empresarial/ Lourdes A. Cueto Quisbert
El Salario Mínimo Nacional es una muestra clara de la política de contención salarial vigente, porque es un referente para el pago de los trabajadores y por otro lado hay relación directa entre salarios e inflación, destaca el analista económico del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario CEDLA, Bruno Rojas.
En entrevista con Escenario Empresarial, Rojas resaltó que si bien el salario aumentó más del doble de Bs. 500 a 1200 desde 2006, no ocurrió lo mismo con su capacidad de compra, por efecto de la inflación acumulada. Mientras que el 2006 no alcanzaba cubrir ni la mitad del costo de una Canasta Normativa de Alimentos , con el aumento a Bs. 1200 en 2013, permitió cubrir un poco más de la mitad del costo de los alimentos. Aquí remarca Rojas que debe tomarse en cuenta que el 30 por ciento de los trabajadores de las ciudades todavía gana por debajo del Salario Medio Nominal.
La evolución de los salarios medios reales no fue mejor. Entre 2006-2012, en el sector privado tuvo una pérdida de 1.5 por ciento cada año en su capacidad de compra, el 2012, el salario medio real ya estaba por debajo del registrado el 2006.
Los profesionales y empleados fueron los que más perdieron. Los obreros habían alcanzado una pequeña mejora de 1,9 por ciento anual, explicado casi exclusivamente por el boom temporal de la construcción, ya que los de la industria manufacturera siguieron entre los peor remunerados.
Por otro lado en el sector público, desde el 2006 la capacidad de compra del promedio aumentó apenas en 1,8 por ciento hasta el 2012; más los salarios de una parte de los profesionales y técnicos no así en los demás grupos ocupacionales que vieron caer o alcanzar pequeñas mejoras en la capacidad de compra. Hasta el 2012, el salario real promedio aumentó apenas en 11,5 por ciento. Aquí recapitula Rojas que todo esto expresa una tendencia que viene profundizándose en los últimos 13 años: la desvalorización de la fuerza de trabajo.
Se profundiza la explotación
En el análisis que realiza Rojas, destaca también que tanto en el sector público como privado, la contratación temporal o por producto, en muchos casos a través de la terciarización y subcontratación, ganó terreno eliminando conquistas laborales.
En ese marco se fueron ampliando las prácticas empresariales y estatales de extensión de las jornadas laborales y la intensificación del trabajo en función de metas y resultados fijados con estándares elevados, mientras los salarios reales medios apenas se modificaron o retrocedieron.
Aumento salarial e inflación
Otro aspecto que se analiza es que no existe relación directa entre salarios e inflación debido a que los precios no suben porque se aumentan los salarios, que son extremadamente bajos. Como ejemplos mencionó que el 2009: el salario se incrementó en 12 por ciento y la inflación fue de 0,2 por ciento y en 2010: el aumento fue del 5 por ciento y la inflación fue mayor llegando hasta 7,8 por ciento, en 2013; el aumento fue del 8 por ciento y la inflación del 6,48 por ciento.
Si existe relación, es inversa es decir los salarios aumentan porque los precios suben y los sectores empresariales buscan mantener los salarios bajos para proteger o mejorar sus ganancias. La verdadera causa de la inflación es la baja de bienes agropecuarios y no agropecuarios a la que se añade la importación de bienes a precios elevados.
Finalmente recalcó que la precariedad laboral creciente en el país minimiza cualquier impacto real de las medidas de aumento salarial, porque para la mayoría no significará ni siquiera la reposición de la pérdida del poder adquisitivo por efecto de la inflación.
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