Energía nuclear en Bolivia

Hugo del Granado Cosío

viernes, 20 de marzo de 2015

En su discurso de inauguración del Encuentro por la soberanía hidrocarburífera, el presidente Morales, el año 2013,  mencionó  que  "hay estudios, y quiero que sepan que con nuestro hermano vicepresidente ya soñamos contar con energía nuclear atómica y no estamos tan lejos”, y que varios países europeos,  además de Argentina, estaban interesados en aportar a su desarrollo. (L T  30. 10.13).

En octubre del año pasado, el Presidente precisó que el 2025 se instalará un complejo de energía nuclear en La Paz con una inversión de más de 2.000 millones de dólares (MM$us).   (PS 03. 10.14). 

El Ministerio de Energía señaló que el plan nuclear boliviano se aplicaría  en  cinco ámbitos: 1. Un ciclotrón para diagnósticos médicos. 2. Un radiador gama para esterilizar alimentos, mejorar semillas  y aumentar la productividad. 3. Una central nuclear para generar energía eléctrica. 4. Cuantificar la presencia de uranio y torio en el país. 5. Un reactor con fines investigativos (UCOM 18. 02.2015).

Para tal efecto, este año se destinarán 2 MM$us para arrancar el plan.  Y tal es  la importancia que el Gobierno da a este proyecto, que en el programa de gobierno 2015 – 2020 ya está planteada la  construcción del reactor nuclear  y es uno de los grandes proyectos de  la Agenda Patriótica 2025.

Se debe aclarar que el ciclotrón PET/CT y el radiador gamma son sólo aparatos que irradian positrones y rayos gamma, respectivamente, no son plantas y menos complejos nucleares y no son fuentes de generación de energía eléctrica.

Otro dato nebuloso es la capacidad del reactor del proyecto. El reactor más común y comercial de mercado es de 1 Giga Watts (1GW es igual a mil MegaW). Otra opción sería la de reactores modulares de pequeña capacidad, pero que todavía necesitan de regulaciones y normas de seguridad reforzadas para ser comerciales.

Lo polémico del "complejo nuclear” es la instalación de un reactor de fisión para producir electricidad,  no sólo porque Bolivia no necesita de esta fuente alternativa de energía, sino por los riesgos que ello conlleva y sus connotaciones geopolíticas.   Veamos cada uno de estos factores.

El descontrol de la operación de un reactor es un problema latente (recuérdese a Three Mile Island, Chernobil y Fukushima), a pesar del avance de la tecnología y de regulaciones cada más estrictas. Sin embargo, a fines de 2014, cerca de 440 reactores operaban en todo el mundo (entre ellos en Brasil y Argentina) sin problemas y hay otros 40 países que están considerando introducir reactores nucleares, incluyendo Chile, Perú, Uruguay, Venezuela y Bolivia, en Sudamérica. Lo que demuestra que el descontrol, pese a su dimensión,  podría ser remoto frente a los demás problemas.

Otro riesgo emergente es el tratamiento de los residuos nucleares. Hasta ahora, y después de 60 años de operación de estas plantas, no existen depósitos permanentes de residuos, todos son temporales o son proyectos.

Los problemas geopolíticos tienen que ver con el control de la proliferación de armas nucleares, porque el proceso de enriquecimiento de uranio para estas plantas es exactamente el mismo que para fabricar armas nucleares. Es impensable que en Bolivia se permita la instalación una planta de enriquecimiento. Irán es el ejemplo del control mundial sobre este proceso.

Pero además:

En Bolivia se tiene abundancia de fuentes alternativas de energía, renovables y no renovables, como para no tener que acudir a la energía nuclear en busca de seguridad energética.

La inversión es muy alta. Actualmente es de cinco a 6.000 $us/MW (dólares por Mega Watt), sólo en el reactor. Una planta tipo que tiene una capacidad de 1 GW, significaría una inversión de 6.000 MM$us.

Para absorber esta cantidad de energía eléctrica, el país debería tener una amplia red de distribución eléctrica  y la red actual llega sólo a 1GW. La solución podría ser conectarse a las redes de Chile o Perú.

Otro grave problema es el enorme consumo de agua para el enfriamiento.  Se necesitarían cuatro millones de metros cúbicos por día para una planta de 1 GW, casi igual al consumo diario de Nueva York y 32 veces más que el consumo diario de agua de las ciudades de El Alto y La Paz (juntas  consumen menos de 125 mil M3/Día.)

Bolivia sería dependiente del uranio. Aun cuando se descubran grandes reservas, el uranio tendría que ser enriquecido, lo que está fuera del alcance local y tendría que importar alrededor de 180 toneladas/año. En cambio con cerca de 5 MMM3/D gas natural  se podría  generar la misma cantidad de electricidad.

Hugo del Grando es experto en hidrocarburos

http://www.paginasiete.bo/opinion/2015/3/20/energia-nuclear-bolivia-50581.html

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