Reforma fiscal 2015: el impuesto de la renta que está por venir
ActiBva
Algo que es incontestable es que la presión fiscal se ha elevado en gran medida durante los últimos años, subidas del IVA, en los impuestos especiales, en el impuesto de la renta, etc… Ahora, con la cercanía de las elecciones y con cifras macro que insinúan una posible recuperación, el gobierno planea una reforma fiscal que conlleva un nuevo impuesto sobre la renta.
No es un secreto que mucho expertos fiscalistas opinan que el sistema tributario español es algo tan complejo como ineficiente que necesita una reforma en profundidad. El gobierno de Mariano Rajoy parece haber recogido el guante y aceptado el reto de remodelar un sistema fiscal que, seamos sinceros, ya necesita una buena reforma.
Contexto actual
Según la última edición del informe anual de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), conocido como Taxing Wages, la presión fiscal en España para un trabajador sin hijos se situó en 2013 en el 40’7%, cinco puntos por encima de la media de los países que integran la organización.
De hecho, nuestro país es uno de los que ha sufrido un mayor incremento de la presión fiscal durante los últimos años. No es de extrañar, si miramos los gravámenes a los que estamos sujetos. Si bien en el caso de los impuestos indirectos estamos en línea con Europa (en línea por la parte de arriba, claro), al mirar los impuestos del trabajo, entramos en el top-five europeo.
Hasta 2011 el impuesto de la renta se estructuraba en cuatro tramos, cuando durante el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, en plena crisis y con las administraciones públicas en riesgo de quiebra, se decidió ampliar a seis los tramos fiscales a las rentas del trabajo. En este contexto, nacieron dos tramos con tipos marginales para sueldos entre 120.000 y 175.000 euros el primero (con un tipo del 49 por ciento); y entre 175.000 y 300.000, el segundo (51 por ciento de contribución).
Después, durante el gobierno de Mariano Rajoy, apareció el séptimo tramo en un contexto de subidas impositivas generalizadas, dejando el impuesto sobre la renta tal y como está ahora. Si lo sumamos todo, un español medio trabaja hasta mediados de mayo para pagar impuestos y solo después de entonces, tras el Tax Freedom Day, comienza a ganar dinero para sí mismo.
Con tanta subida, el tipo máximo, que grava sueldos por encima de los 300.000 euros con un 52%, se sitúa bastante por encima del 44% de la media europea, igualando al gravamen holandés y sólo superado por el gravamen sueco, con el 56,6 por ciento, y danés, situado en el 55,4 por ciento y, ojo, esto sin contar los tramos autonómicos.
Reforma fiscal: lo que nos han contado
No es mucho lo que el Ministro Montoro ha contado sobre la próxima reforma fiscal, pero sí que ha comentado el hecho de que el Impuesto sobre el Valor Añadido, el IVA, no volverá a subir. Por tanto, tal y como yo lo veo, puede que el IVA no suba pero se podrían modificar la fiscalidad indirecta de algunos productos elevando su escalón de tributación.
Por otro lado, el gobierno ha manifestado su intención de reducir el número de tramos que componen el IRPF de los siete actuales a cinco. Sin embargo, esto deja mucho margen a la especulación pues puede significar que se eliminen los dos últimos tramos del impuesto y se acojan a la tributación menor del mismo modo que podría ser la fusión de los dos primeros tramos con la tributación más baja.
Para finalizar, el Ministro de Hacienda comentaba su intención de rebajar el impuesto de sociedades, que ahora se sitúa en el 30%, con el fin de acercarlo al tipo efectivo existente actualmente, de modo que se produciría un efecto reclamo para la inversión empresarial.
Reforma fiscal: lo que podemos esperar
Según los diversos expertos en fiscalidad, parece probable que se eliminen los tramos superiores de modo que el gravamen máximo del impuesto se aplique a todos aquellos salarios superiores a los 120.000 euros, además, los expertos recomiendan no sólo la reducción de tramos sino también del tipo marginal.
Como es lógico, la reforma del impuesto sobre la renta no debería afectar sólo a los tipos máximos si se quiere mantener la progresividad del impuesto, también deberían reestructurarse los escalones más bajos de la renta. Actualmente, aquellos contribuyentes con ganancias inferiores a 17.707 euros brutos al año, tributan al 24’7%. Según el informe Lagares, habría margen para reducir esta tributación hasta el 20%.
Para finalizar y en línea con lo que ha comentado el gobierno, podríamos ver cómo aumenta la cantidad que permite no presentar la declaración a la Agencia Tributaria en ningún caso, conocido como “mínimo exento”, cantidad que pasaría a los 12.000 euros anuales frente a los 11.200 euros actuales.
Conclusión
La verdad es que resulta difícil reactivar el consumo interno cuando se sufre una presión fiscal tan alta como la que sufrimos. Si realmente la reforma fiscal hace que el esfuerzo fiscal disminuya, bienvenida sea, sin embargo, no puedo evitar ser escéptico pues los impuestos son la principal vía de financiación de un estado cuya deuda pública supone casi un 100% del PIB. Veremos.
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