El Diario/ La Paz / 17 de enero de 2014
En Cochabamba, el presidente Evo Morales anunciará hoy, ante los cooperativistas mineros, que su gobierno ha decidido seguir postergando la aprobación de la Ley Minera en honor a ellos, debido a que no quiere que paguen impuestos por el momento.
Hace dos semanas, el presidente hizo lo mismo con los cocaleros en el Chapare, cuando les anunció que la Ley de la Coca quedaba en suspenso, porque, en ese caso, él no quiere que se apliquen limitaciones terminantes al cultivo de la coca. No quería que sus bases cocaleras sepan que los cultivos deben ser reducidos a 14.705 hectáreas en todo el país.
Esta vez, el presidente no quiere que los cooperativistas mineros conozcan que el gobierno quiere cobrarles impuestos, como a los otros sectores, porque debido a las elecciones de octubre próximo debe postergar el anuncio.
La decisión llega cuando la minería está en crisis, con una producción en descenso que, combinada a la caída de los precios, podría provocar situaciones muy difíciles para todo el país.
Las inversiones en minería están congeladas desde que el gobierno del presidente Morales decidió poner en suspenso la aprobación de la nueva ley, en 2006, mientras que a los países vecinos llegaban miles de millones de dólares. Solamente el año pasado a Perú llegaron US$ 7.000 millones, mientras que a Bolivia no llegó ninguna inversión.
La razón por la que el presidente quiere complacer a los cooperativistas es que ellos suman 160.000, y sus votos cuentan, sobre todo si se los multiplica por sus parientes.
Con esta decisión, el presidente cierra un acuerdo con el segundo sector económico más importante para su gobierno. Los primeros son los cocaleros y los segundos los cooperativistas mineros.
Hay un tercer sector económico al que el gobierno quiere mimar, que es el constituido por los contrabandistas y los gremialistas, a los que ya ha concedido una liberación de impuestos, por lo menos mientras no se realicen las elecciones.
De esta manera, el gobierno muestra que todo esta supeditado a las elecciones. No importan las políticas económicas, no importa la imagen internacional del país, no importa que vengan o no las inversiones. Todo puede y debe esperar mientras que presidente cumple su propósito de ser reelegido.
La Fundación Heritage informó esta semana que Bolivia sigue estando en los últimos lugares en cuestión de libertades económicas.
Que los economistas de moda hayan decidido decir que todo va bien en la economía no cambia las cosas. Y mucho menos cambia la mala imagen del país en el exterior.
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